(Rosario3) En medio de un fuerte operativo de seguridad y gran presencia de medios de todo el país, e incluso de Paraguay, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad bonaerense de Dolores rechazó la nulidad del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa solicitada por la defensa de los ocho rugbiers acusados, a quienes condenó con distintas figuras criminales por el homicidio a golpes y patadas del joven de 18 años en enero de 2020.
Los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia condenaron a prisión perpetua a Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (23), Matías Benicelli (23) y Ciro (22) y Luciano Pertossi (21). La lectura del fallo comenzó pasadas las 13. A Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Lucas Pertossi (23) los sentenciaron a 15 años de prisión como partícipes necesarios.
Cuando Thomsen escuchó la condena, se descompensó y el tribunal pidió una pausa en la transmisión online que se reanudó a los pocos minutos. Para las 13.37 estaba concluida la lectura de la condena y se activó el operativo de traslado de los ya condenados.
Ciro y Luciano Pertossi, Comelli y Benicelli recibieron la misma pena como autores primarios de homicidio doblemente agravado. Mientras que Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi fueron condenados a 15 años de prisión por ser partícipes secundarios.
En sus alegatos de cierre el último 25 de enero, tanto los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García como los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola, quienes representan a los padres de la víctima en calidad de particulares damnificados, habían considerado acreditada la responsabilidad penal de los imputados.
A partir de los elementos de prueba incorporados en la instrucción del caso y de las declaraciones de 87 testigos, en las 13 audiencias de testimonios, en las que fueron exhibidos además videos que registraron el ataque y pericias de ADN y sobre los teléfonos de los acusados, sostuvieron la figura del homicidio doblemente calificado, en concurso ideal con “lesiones leves”, por los golpes sufridos por amigos de Báez Sosa que intentaron ayudarlo.
En ese sentido, ambas acusaciones pidieron que los ocho jóvenes sean condenados a prisión perpetua, porque consideraron que fueron coautores del crimen. Sin embargo, el tribunal finalmente dividió las responsabilidades.
Para la Fiscalía, los ocho golpearon al joven asesinado, a diferencia de lo que indicaba el requerimiento de elevación a juicio, que apuntaba solo a cinco de ellos como agresores directos, aunque acusaba a todos los miembros del grupo por la presunta “coautoría funcional” del hecho.