Seguel conducía un Volkswagen Gol cuando chocó de atrás a un Subaru Impreza que había frenado por el semáforo rojo.
Lorena Yanina Quiñelen enfrentó un proceso judicial del que resultó definitivamente sobreseída con la expresa mención de que la sustanciación del proceso no afectó el buen nombre y honor del que hubiera gozado previamente.
La acusada, empleada policial, había sido formalizada en un legajo fiscal por un hecho ocurrido el 21 de junio de 2020 y que fue encuadrado en la figura de resistencia a la autoridad.
De acuerdo a la acusación, Jorge Seguel, su pareja, había protagonizado un grave hecho de tránsito en la previa, en la intersección de la Ruta 40 con calle Molle.
Seguel conducía un Volkswagen Gol cuando chocó de atrás a un Subaru Impreza que había frenado por el semáforo en rojo. Cuando la conductora del vehículo bajó para dialogar con Seguel, éste retrocedió sorpresivamente impactando a un Fiat Palio que se había detenido por detrás y le tiró el auto encima a la primera conductora afectada, a quien golpeó en las piernas para escaparse de la escena.
Momentos después, el acusado fue divisado por la policía y procuró esconderse en su domicilio, circunstancia en la que se trabó en un forcejeo con un agente policial que intentaba detenerlo. En esas circunstancias intervino su pareja, quien lo acompañaba en todo momento, golpeando al uniformado y colaborando para que el sujeto finalmente pueda robarle el arma al agente y escapar del lugar. Poco después se entregaría, no sin antes amenazar con el arma policial a un vecino y robarle una camiseta de la Juventus de Italia.
En la resolución, se destacó que en el tiempo fijado por el juez para la suspensión del juicio a prueba, Quiñelen no cometió nuevos delitos, reparó los daños en la medida ofrecida y cumplió con las reglas de conducta, por lo que correspondía declarar extinguida la acción penal.
