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Bariloche Rojo Sangre y una peli “de gatitos” inquietante

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Entrevista con el director de “7 Vidas”, un filme con espíritu punk.

Un gatito muy especial… (imágenes gentileza).

Un gato que muere. Un joven en problemas. Una muchacha que llega y dice que, en realidad, es el felino. Vecinos que causan rechazo. Y todo dentro de un edificio comandado por una inteligencia artificial inquietante… Esos elementos combinados dan como resultado 7 Vidas, película dirigida por Alejo Rébora, quien coescribió el guión con Matías Oniria.

El filme se proyectará en la ciudad en el marco de Bariloche Rojo Sangre (del 30 de mayo al 1 de junio), pariente directo de Buenos Aires Rojo Sangre, mítico festival dedicado al cine de terror, bizarro y fantástico.

Alejo Rébora cuenta que, en el filme, el retorno de la mascota en versión humana permite “un careo” con quien debía cuidarlo, reclamándole al respecto, para luego intentar averiguar, juntos, qué fue lo que sucedió. “‘A mí me mataron’, dice el ‘gato’, entonces, los dos tienen que investigar quién lo hizo”, señala el realizador.

Un gato muerto.

El director detalla que le interesaba que existiera variedad visual, con diferentes ambientes, pero todo en interior. Así, apareció la idea de un edificio, algo que, en cierto modo, remite al filme La comunidad, de Alex de la Iglesia, aquella producción del 2000 en la que, en medio de un reparto coral, destacaba el protagónico de Carmen Maura.

“La película empieza en la calle, te muestra dos, tres, cuatro planos del barrio, y sigue a un personaje que entra en el edificio. Luego, la cámara –o el espectador – no sale nunca más”, revela Alejo.

Entrada a un edificio muy particular.

Para el cineasta, el tema del valor que se le da a la existencia también entra en 7 Vidas. E incluso la importancia –o no– que se le otorga a una pérdida si la muerte involucra a un animal. “Si fallece un humano, se toma como algo grave. Pero si se muere un gato, puede pasar que lo pongas en una bolsa, lo entierres en el patio y te consigas otro”, expresa.

Una bolsa siniestra.

Por momentos, el filme puede incluso considerarse como una comedia surrealista, pero siempre atada a una tensión constante. “Es un licuado de géneros”, ríe Alejo.

Ese mix se debe en parte a la intención de “tirar toda la carne al asador”, porque el producto nació de un festejo. La productora de cine Sarna, colectivo artístico con espíritu punk, en 2023 cumplía dos décadas de vida y sus integrantes –con Alejo a la cabeza– querían un brindis digno.

“Las nuestras son películas hechas con una filosofía de trabajo en equipo, incluyendo una idea horizontal de las labores, con una puesta en valor del esfuerzo, autoimponiéndonos dificultades para aprender algo durante el proceso de realización, y que incluso las imperfecciones queden plasmadas dentro del producto, ya sea una película, un corto, un videoclip…  Realizamos un cine consciente de su propia técnica porque está hecho, justamente, por técnicos a quienes les encanta llevar a cabo su tarea”, señala el realizador. 

“Te estoy mirando”.

En definitiva, entre los elementos que conforman la ecuación se incluyen cosas como el trabajo en su máxima expresión pero también la mencionada filosofía punk. “El punk es urgente, es imperfecto, pero también es colaboración; es decir, una independencia creativa compartida. De esa manera, surgen productos que están hechos muy pasionalmente, sin esperar demasiado a cambio”, sostiene el director.

Espíritu felino.

Y, frente a tanta referencia punky, hay que decir que el director también se acerca al estilo desde lo musical, como vocalista de una banda que nació en 1999, llamada, precisamente, Proyecto punk, que en 2019 sacó su primer álbum, titulado ¿Qué es eso de pensar en progresar? “Cuando lo estábamos por presentar, llegó la pandemia”, recuerda Alejo. “En el tiempo que siguió, pasó de todo. Recién ahora la realidad se está acomodando como para poder decir: ´Bueno, hagamos el recital de presentación de aquella grabación’. Así que en ese momento estamos”.

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Más allá de este lado musical, la presencia del cine en la vida de Alejo es total. Tan es así que con la reconocida Narda Lepes tuvieron una hija a la que llamaron Leia… ¡Sí, como la princesa de Star Wars! “A los dos nos gusta la saga, y la consigna que nos habíamos puesto era que fuera un nombre corto y con muchas vocales”, cuenta el director, quien, a todo esto, le debe el suyo a la admiración de su mamá por el escritor Alejo Carpentier.

Ambiente sofocante.

Por otra parte, cabe destacar que la visita del cineasta a Bariloche también le servirá para realizar entrevistas destinadas a una próxima película, un documental sobre montañismo, idea que surgió a partir de un hecho trágico de 2010, en Esquel, donde murieron tres personas.