El agresor y su novia fueron detenidos.
En horas de la mañana del lunes, la comunidad de La Paz, Bolivia, despertó conmocionada tras la impactante captura de Manuel A.Z., un joven de tan sólo 25 años acusado de cometer un brutal ataque a tres jóvenes frente a una discoteca reconocida. El desafortunado incidente, que tuvo lugar en las primeras horas del domingo, dejó un saldo trágico con la muerte de uno de los agredidos y a dos más gravemente heridos.
Según informes oficiales y revisiones a las grabaciones de las cámaras de seguridad, Manuel, peculiarmente vestido como el infame personaje de cómics Joker, perpetró su ataque en un acto de violencia injustificado y aterrador. La comunidad, impresionada por el disfraz y el brutal acto, ha expresado su asombro y tristeza ante la tragedia.
El ataque, que ocurrió aproximadamente a las 5:00 de la mañana, tuvo como víctimas a tres jóvenes de admirables atributos, de entre 19 y 21 años. Entre ellos, uno que trabajaba como guardia de seguridad en la discoteca, conocido por muchos, perdió la vida al mediodía tras el incidente, desatando así una ola de dolor entre familiares y amigos. Su hermano, también agredido, lucha por su vida en una unidad de terapia intensiva tras ser sometido a una cirugía de emergencia, según reportan las fuentes locales.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) emprendió una investigación rigurosa que llevó a la captura del sospechoso y su pareja, supuestamente cómplice, en pleno centro paceño. Acusados de homicidio y complicidad, respectivamente, están siendo sometidos a pruebas e interrogatorios para determinar posibles implicados adicionales en este atroz crimen.
El fiscal departamental de La Paz no tardó en manifestarse, comunicando que las pruebas recabadas señalan la conducta irracional e inexplicable del atormentado agresor. “Estaba vestido con el traje del Joker, y encontramos rastros de posible sangre en sus prendas”, reveló. El ministerio fiscal exige su detención inmediata, remarcando la peligrosidad del acusado para la sociedad.
En medio del dolor que embarga a los afectados, el relato del padre de las víctimas resuena en la comunidad. “Mis hijos son conocidos y queridos por ser amables jóvenes, siempre saludables y activamente participativos en la iglesia y la escuela. Ahora una amarga incertidumbre y tristeza nos acorralan”, dijo explícitamente en entrevista.
Este caso no culminará pronto, pues hay esfuerzos activos para reclasificar legalmente el delito a asesinado, lo cual conllevaría una cadena perpetua de 30 años sin opciones de indulto para el acusado, dado lo macabro y sensacional del incidente perpetrado en nuestra capital.
