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La ministra de Seguridad volvió a apuntar contra la Confederación General del Trabajo (CGT) tras el anuncio de la marcha del miércoles 30 de abril.
En medio de un clima tenso entre el Gobierno Nacional y la Confederación General del Trabajo (CGT), la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, expresó severas críticas ante la convocatoria de una nueva marcha sindical prevista para el 30 de abril. Al borde del Día del Trabajador, Bullrich señaló que esta movilización no contribuye en nada al bienestar de los trabajadores, al contrario, aseguró que “siempre molestan al trabajador en vez de ayudarlo”.
La determinación de la CGT de llevar a cabo la marcha justo el día anterior al 1 de mayo, tradicionalmente dedicado a celebrar a los trabajadores, fue objeto de controversia y crítica por parte del Gobierno. Bullrich criticó la elección de la fecha, enfatizando que va en detrimento de un día laboral, perjudicando a aquellos que la marcha pretende proteger : “Es como que siempre molestan al trabajador en vez de ayudarlo,” remarcó.
Durante una reunión reciente, la dirigencia de la CGT anunció la medida en medio de una coyuntura económica compleja. Detrás de la protesta, están los efectos de un paro general que pretendía llamar la atención sobre la pérdida del poder adquisitivo y el impacto negativo de la devaluación reciente, impulsada por el anuncio del entonces ministro de Economía, Luis Caputo.
La CGT también invitará a los gobernadores de las provincias peronistas a discutir y concienciar sobre la situación crítica de los trabajadores. El encuentro programado para el mismo 30 de abril tiene el objetivo de analizar cómo la liberación del cepo cambiario podría desencadenar un aumento de la inflación, y con ello, la pérdida del valor real de los salarios. Armando Cavalieri, figura central del movimiento sindical y jefe de Comercio, comentó: “La gente gana poco porque el Gobierno fija el salario. No hay libertad”.
Más allá del trasfondo económico, la convocatoria intensifica un conflicto latente entre la central obrera y el Gobierno de Mauricio Macri. Solo unas semanas después de liderar una protesta el 10 de abril, la relación entre ambos bandos se torna más tirante.
Exigiendo una vuelta al diálogo y medidas más amigables para el trabajador como salarios negociados libremente, ajustes de emergencia para jubilaciones y el cese de represiones contra protestas sociales, la CGT no muestra señales de ceder en sus demandas.
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