Cultura y Educación
Caos, desenfreno y armonía en obra de joven elenco barilochense
Se titula “Revisora. Panóptico introspector” y contó con la dirección del entrerriano Gustavo Bendersky. Dos funciones el próximo fin de semana en CC El Negro.
“Revisora…” salió de la universidad, pero ya adquiere vuelo propio. Foto: gentileza
Con dos funciones en el Centro Cultural El Negro, vuelve a escena “Revisora. Panóptico introspector”, una obra que surgió de la carrera de Teatro de la Universidad Nacional de Río Negro, pero que se afianza como trabajo de un elenco independiente. Se podrá ver el sábado (14 de junio) desde las 21 y al día siguiente desde las 20, en el reducto del barrio Virgen Misionera. La propuesta tiene una particularidad: si bien el staff es barilochense, trabajó en la dirección Gustavo Bendersky, quien reside habitualmente en Paraná (Entre Ríos).
Con él intercambio algunos pareceres El Cordillerano en aras de introducirnos en el universo de la puesta. “El elenco se conforma con estudiantes de la Licenciatura de Arte Dramático de la UNRN que están en su último tramo de formación. La carrera les ofrece la posibilidad de una experiencia de profesionalización en la cual asumir el desafío de llevar adelante el proceso de producción de un espectáculo teatral, atravesando todas las etapas: la preproducción, los ensayos y la producción, no sólo en el aspecto actoral sino en todo lo que implica una puesta en escena: lenguajes lumínico y sonoro, vestuario, escenografía, comunicación y difusión”, precisó Bendersky.
Hay que resaltar que “la Dirección de la carrera, en un contexto extremadamente complejo por los permanentes recortes presupuestarios a la educación pública, ha sostenido la decisión de contar con un director que provenga de otra región del país, brindándoles a las y los estudiantes la oportunidad de conocer y experimentar otras poéticas teatrales y maneras de abordar el oficio”, explicó. “En este sentido, creo importante contar que, sin el enorme compromiso y entusiasmo del grupo de estudiantes, esta dirección externa no se podría haber gestionado”, resaltó.
“El equipo de trabajo se completa con la asistencia de los docentes Mónica Dreidemie y Santiago Cámpora, Liliana Durzo en el vestuario y Virginia Salamida en las fotos”, añadió. En tanto, el elenco se compone con Mariana Eciolaza, Gisele Sánchez, José Luis Díaz, Isaías Krasbuch, Martín Moreno, Chiara Palese y Lucrecia Alzueta.
La obra multiplica interrogantes.
Señaló el entrerriano que “la materia navega a dos aguas entre un proceso pedagógico formativo y una experiencia en el campo profesional”, sumó Bendersky. “El trabajo procura que las y los estudiantes vayan paulatinamente haciéndose cargo de la innumerable cantidad de tareas que implica la construcción de una obra. Y al mismo tiempo los invita a descubrir y apuntalar sus propias inquietudes teatrales, sus búsquedas temáticas y poéticas, afianzando así los conocimientos adquiridos en su trayectoria universitaria. La materia desde la que surge el espectáculo es un puente, un camino a transitar entre el aula y el escenario, entre el ámbito universitario y la comunidad de la que forma parte”, describió.
Clásico vigente
En particular, para “Revisora…” se trabajó “a lo largo de cuatro meses. Se eligió un texto clásico de la literatura y el teatro ruso, El Inspector, de (Nikolái) Gogol, publicado hace prácticamente 200 años. Sin embargo, conserva una vigencia y contemporaneidad realmente asombrosas”. Versa sobre “las antiquísimas peripecias de un muchacho desenfadado y simplón que es confundido, al llegar a un pequeño pueblo de provincia, con un inspector enviado por el gobierno central”, compartió el director.
Texto tan añejo “nos ha permitido confrontarnos con metáforas que funcionan como interrogantes. Interrogantes que le hacemos a esta época que nos toca transitar, a nosotros mismos y obviamente al público”, señaló el teatrero. “Preguntas que tienen que ver con lo real y lo fingido, las imposturas y nuestra identidad, los espejos que deforman, la crueldad como una moda y el sentimiento de soledad y solidaridad que prende como una mecha en la noche de tanto en tanto. En cuanto a los procedimientos actorales, intentamos permanentemente que cada uno de los participantes tuviese la oportunidad de experimentar, probar, equivocarse e ir encontrando su propio espacio dentro de la estructura del trabajo”, señaló.
Así las cosas, “en el espectáculo confluyen y coexisten una serie de recursos y procedimientos teatrales que conviven de una forma por momentos caótica, por momentos desenfrenada y por momentos armoniosa. Como director, no suelo trabajar con categorías teatrales firmes y establecidas, como puede ser un determinado lenguaje teatral, sino que intento ir abriendo puertas y desplegando dispositivos sobre todo de escucha, en el sentido amplio de la palabra. ¿Qué es lo que escucho? Lo que la actriz o el actor tiene para decir y transitar sobre la escena, lo que el espectáculo como organismo tiene para decirnos, cuáles son las cosas que como primer espectador me sacuden, me interpelan, qué es lo que la grupalidad va tramando en su conjunto y que trasciende la manifestación individual de cualquiera de los integrantes”, sintetizó.
“No obstante, podemos reseñar que el espectáculo es coral, polifónico y profundamente colectivo”, precisó Bendersky. “Conviven un lenguaje lumínico potente junto con actuaciones que van desde el clown hasta lo tragicómico. No dudamos en echar mano de recursos como la música en vivo, las danzas y por supuesto, la palabra. El espectáculo es una versión de un clásico del teatro canónico europeo y al mismo tiempo, profundamente popular y festivo”, realzó.
Ya van varias funciones de “Revisora. Panóptico introspector” y hasta el momento, “el público ha sido muy generoso y amoroso en la recepción de nuestro trabajo. Se queda reflexionando, pero a partir de la vivencia a través del cuerpo. Hay risas, asombro, desconcierto y un sentido de comunión con estos personajes desamparados y ansiosos por salir del laberinto en el que han sido apresados. Ese sentido de comunión, de pertenencia, de cuerpo colectivo es el mejor premio que podemos tener como teatristas”, valoró el director.
Como balance preliminar, compartió que “fue un privilegio fascinante conocerlos (a los/las protagonistas) en su rol de creadores y facilitar el espacio para que puedan desplegar su fantasía, su imaginación, su postura vivencial frente al arte, el teatro y la comunidad. Me es particularmente sugestivo e inspirador, por eso lo vivo como lo que es: un enorme regalo de la profesión, poder acompañar a quienes se han formado en la educación pública y ya están más que preparados para brindarle a la comunidad un teatro de la gente y para la gente”, invitó. Sería pertinente considerar el convite.