La expresidenta había sido condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua a ocupar cargos públicos.
En medio de un clima de alta expectación y debate político, la Cámara Federal de Casación Penal se encuentra ante una decisión crucial que podría redefinir la panorámica política argentina. La exmandataria, Cristina Fernández de Kirchner, condenada previamente a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, enfrenta una nueva etapa procesal en la denominada Causa Vialidad, que podría alterar su situación judicial.
Este miércoles, a las 11 horas, se conocerá el fallo de los jueces de Casación, Gustavo Hornos, Mariano Borinsky, y Diego Barroetaveña. Estos magistrados deliberarán sobre la confirmación de la condena previa o un posible agravamiento de la misma, a partir de la acusación de integrar una supuesta asociación ilícita, con una demanda de hasta 12 años de prisión, como fuera solicitado por los fiscales.
En el contexto del juicio, se hallan varios exfuncionarios juzgados con diversas penas, resultantes de un proceso judicial que ha captado la atención y dividido a la sociedad. Figuras como Lázaro Báez, y José López, entre otros, fueron condenados, mientras otros como Julio De Vido, resultaron absueltos de los cargos en su contra. La disposición también incluye un decomiso millonario a raíz del perjuicio económico atribuido.
El kirchnerismo, al tanto de la situación, se prepara para lo que consideran una resolución adversa. Reconocidos dirigentes anticipan un resultado que, según opinan, podría configurar una respuesta política más allá de lo judicial, una percepción compartida por el senador Oscar Parrilli, quien no escatimó aludiendo a presuntas maniobras políticas y mediáticas encaminadas a proscribir a Cristina Kirchner.
El desenlace dependerá, en última instancia, de la confirmación del fallo y los posibles pasos siguiente, incluyendo una inminente apelación ante la Corte Suprema de Justicia. El impacto de una eventual extensión del juicio a altos tribunales podría significar que la situación de la expresidenta Fernández de Kirchner mantenga relevancia en el espectro político y mediático más allá del momento del fallo de Casación.
