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hace 2 añosel
Maximiliano Espinillo estaba distinto, claramente más flaco que la imagen que lo muestra en su afiche de most wanted, donde el Ministerio de Seguridad de la Nación ofrecía 5 millones de pesos para quien lo delatara. Estaba prófugo desde el 10 de agosto de 2018, cuando fue condenado a seis años de prisión por haber abusado sexualmente de una menor de edad durante siete años.
Sin embargo, Espinillo nunca fue a la cárcel. Había dejado el auto que manejaba como remise, había dejado de ir a la cancha, intentaba borrar los rastros de sus movimientos. Así, se mantuvo en la clandestinidad durante casi cinco años, hasta hoy.
La División Búsqueda de Prófugos de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA finalmente lo encontró en la mañana del miércoles mientras dormía en una casa chorizo de la calle Luis Sáenz Peña al 1900, zona de Boedo, a pocas cuadras del hospital Garrahan, en una investigación pedida por el Tribunal de Menores N°3 a cargo del juez Sergio Real y la UFECRI, la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja, a cargo del fiscal José Campagnoli.
Así, lo arrestaron y se lo llevaron.
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