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Policiales y Judiciales

Condenaron a dos hermanos por abusar sexualmente de otro detenido

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Los jueces que dictaron la condena prohibieron difundir la identidad de los acusados, aunque no notificaron su decisión a los medios ni al área de prensa del Poder Judicial. A los hermanos les dieron diez años de prisión por una salvaje agresión sexual a otro detenido, dentro de una celda del Penal 3.

Los jueces prohibieron difundir la cara e identidad de los hermanos involucrados en el hecho.

Habían sido imputados en 2023 y ayer se conoció el veredicto que les impuso una pena de diez años de prisión, por una salvaje agresión sexual a otro detenido, dentro de una celda del Penal 3, que además fue filmada con un teléfono celular y viralizada por los propios acusados. La víctima, en tanto, cumplía una condena previa por abusos y días atrás resultó sobreseído en otra causa por violar a otro preso.

Los jueces Bernardo Campana, Gregor Joos y Marcelo Álvarez Melinger impusieron una pena de diez años de prisión efectiva para S. F. y L. K. B., luego de haberlos declarado autores penalmente responsables de un tremendo caso de abuso sexual ocurrido dentro del Penal 3,  en el que ya estaban alojados en cumplimiento de condenas previas. La víctima ya cumplía condena por el mismo tipo de delito y, en otro legajo judicial, resultó sobreseído por violar a otro detenido.

Aunque el juicio no fue público por la entidad de los delitos investigados, el caso había tenido una amplia cobertura periodística durante la etapa inicial del proceso. No obstante lo anterior, los jueces Campana, Joos y Álvarez Melinger dictaron una restricción de difundir la identidad de los dos hermanos acusados. Con una salvedad no menor: se olvidaron de notificar fehacientemente tal decisión y ni siquiera la comunicaron de manera informal hasta varias horas después de la publicación de El Cordillerano. Más allá de eso, tampoco se dieron a conocer cuáles fueron los argumentos esgrimidos por el tribunal para esconder la identidad de los condenados ante la sociedad.

Sin duda alguna la actitud del tribunal de cubrir la identidad de dos personas condenadas por graves hechos de abuso dentro de una cárcel rionegrina, la omisión de comunicar su decisión y la falta de exposición de los argumentos para adoptar tal medida, en mucho colabora con el descrédito creciente de la sociedad en la magistratura y el Poder Judicial en pleno.

No obstante lo anterior, por decisión editorial, El Cordillerano editó el contenido de este artículo y eliminó la fotografía de los acusados, obtenidas en anteriores procesos judiciales que enfrentaron, dados sus profusos prontuarios y su identidad, a fin de no incumplir una orden judicial, más allá de que como se indicó, la misma no fue notificada fehacientemente y se desconocen sus argumentos y alcances.

El hecho investigado ocurrió en el interior de la celda que los hermanos compartían con el denunciante, el 11 de marzo de 2023 y se prolongó durante varias horas, en las que además, los acusados, golpearon e hirieron en reiteradas ocasiones a la víctima.

La acusación fue sostenida en juicio por el fiscal Gerardo Miranda, quien les imputó los delitos de abuso sexual y lesiones, destacando además que los hermanos se pusieron de acuerdo previamente para someter al otro interno, que al momento de los hechos se encontraba indefenso.

En las horas que siguieron, ambos internos amenazaron y agredieron con extrema violencia a la víctima, obturaron su boca para evitar que pudiera pedir auxilio y además lo maniataron de pies y manos, asestándole tres puntazos con una “faca”, elaborada con un trozo de hierro de construcción previamente afilado. En esas circunstancias, además, le profirieron todo tipo de amenazas hacia él y su familia.

La tremenda secuencia fáctica descripta continuó hasta que agentes del Servicio Penitenciario provincial advirtieron la situación y retiraron de la celda a la víctima, que pocos días después tomó contacto con su familia, narró lo sucedido y sus allegados radicaron la denuncia.

En el marco de un juicio oral, pero no público, por la entidad de los delitos investigados, los jueces consideraron probada la teoría que planteó el fiscal Gerardo Miranda en función del profuso material probatorio reunido, entre el que se destacaba fundamentalmente el registro fílmico que los mismos autores del hecho grabaron con su teléfono celular. La actitud repudiable e insana de los acusados no quedó ahí, viralizaron el contenido de la filmación, al punto de que el material llegó a la redacción de El Cordillerano pocos días después del hecho.

No obstante ello, los hermanos habían negado durante la sustanciación de la causa su participación en el hecho y señalaron que se trataba de un artilugio montado por el denunciante, oriundo del Alto Valle rionegrino, precisamente para reclamar su traslado a General Roca.

La víctima de este hecho, en tanto, cumple una condena por abuso sexual que cometió en el norte provincial y algunos días atrás logró ser sobreseído en otra causa en la que también se investigaba una serie de abusos sexuales que le habían atribuído en perjuicio de otro interno que cumplía condena por homicidio agravado pero que logró evadirse del Penal 3 y continúa al día de hoy en calidad de prófugo.