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Cripto

De la democracia a la descentralización: Bitcoin como revolución personal

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«Creo que el libro blanco de Bitcoin es una de las obras 

más seminales de la informática en los últimos veinte o treinta años.» 

Jack Dorsey.


La gente linda de CriptoNoticias me pidió que escribiera algo en conmemoración del libro blanco (whitepaper) de Bitcoin. Y como no quiero negarle alimento al basilisco, aquí vengo a pagar mi deuda.  

No se me ocurre qué decir sobre ese documento técnico que no se haya dicho previamente, así que en su lugar aprovecho el espacio para contar mi historia personal de cómo conocí Bitcoin a través de su libro blanco.  

Alrededor del año dos mil trece o catorce transcurría mi vida como abogado tradicional en una ciudad cercana a Buenos Aires, Argentina. A pesar de ser en aquel entonces demócrata y republicano me encontraba muy desilusionado con los partidos políticos tradicionales. El libertarianismo objetivista, escuela de Ayn Rand, me ayudaba a comprender la realidad pero no llegaba a satisfacerme con respecto a la consecución de las herramientas necesarias para poder modificarla, en forma permanente, eficaz y suficientemente valiosa.  

El camino público no tenía sentido por estar cooptado por los populistas mientras que el camino privado tampoco lo tenía porque, tal como lo demuestra Rand, los empresarios son los más castigados por el colectivismo reinante.  

En este contexto y tras haber cerrado el ciclo de militancia en un partido político tradicional -mainstream- me dediqué a apoyar la causa libertaria nacional. Específicamente me sumé a apoyar al Partido Liberal Libertario (PLL) porteño. 

El primer PLL que hubo, el único que conozco con auténtica ideología. Ese colectivo humano que en pleno cepo expuso las falencias del compliance vendiendo dólares en el mercado negro en la puerta del Banco Central. El único partido que clausuró la AFIP y que lo hizo sin necesidad de llegar al poder y sin abrir una agencia que con otro nombre hiciera exactamente lo mismo que la anterior.  

Mis coincidencias ideológicas con el partido fueron plenas pero no así su enfoque metodológico. Si bien el PLL fue totalmente disruptivo desde lo ideológico, su metodología de búsqueda de modificación de la realidad fue esencialmente la misma que la de cualquier otro partido tradicional. Es decir: participar del sistema democrático, aceptar sus reglas, realizar propuestas, esperar conseguir suficientes votos, logrados los mismos llegar al poder, esperar que el resto del aparato político te reconozca en el poder y desde una o varias bancas realizar las modificaciones normativas pertinentes.  

Yo aún no era anarquista, pero al volver a vivir en carne propia el sistema democrático me terminé de dar cuenta que ese camino no era el mío. Por ello, tras un tiempo de militancia y ya empezando a percibir la insalvable contradicción del sistema republicano, abandono definitivamente la política democrática.  

Tras dejar el partido mantuve como contacto a varios de sus miembros a quienes continué siguiendo en las redes. La calidad humana de ese colectivo era ampliamente superior a todo lo que había vivido en partidos tradicionales. Punto que me ayudó a dejar de lado más fácilmente mi militancia democrática, pero no por ello rellenado el vacío que tenía.  

Luego de esa última experiencia democrática evidencié de primera mano como el sistema rechaza a los decentes y asciende a los indecentes. Logré mediante conocimiento experiencial evidenciar cómo toda democracia evoluciona indefectiblemente hacia una cacocracia, o sea el gobierno de los peores. Tal como acertadamente retrata H.H. Hoppe en “Democracia, el Dios que fracasó”. 

Entonces, llegado el año dos mil quince y tras haber dejado de lado el PLL me volví a encontrar insatisfecho con el sistema, sufriendo inflación -como cualquier argentino-, haciendo girar la rueda del hamster sin avanzar hacia lado alguno.  

En ese contexto, en un día como cualquier otro, mirando las redes, como tantas otras veces, leo un post de un ex-colega del PLL. Franco Amati postea sobre una especie de moneda, token o algo por el estilo. Una clase de producto financiero que empieza con B. Leo el post, no lo comprendo y sigo de largo. Los asuntos financieros nunca me interesaron.  

Semanas después, en otro día también ordinario y nuevamente ejerciendo el regular rito de mirar las novedades en las redes sociales me cruzo con un nuevo post de Amati que también habla de ese tal bit-coin o algo similar. En esta segunda oportunidad le presto más atención y veo que se trata de algo del estilo de una nueva moneda. Como en aquel momento no me interesaban las cuestiones económicas vuelvo a dejarlo de lado.  

Semanas más tarde, en otro día y ocasión también ordinarios me cruzo por tercera vez con un post de Amati que trata sobre un tal “Bitcoin”. Lo que en ese momento percibí como una especie de ¿moneda digital? O sea, ¿es acaso posible que exista algo así? Desconfiando de que tal cosa podría existir, pero confiando en que ya era momento de prestarle atención a este tema que  apareció en mi línea temporal unas tres veces, decido dedicarle atención para ver en qué consiste.  

Si bien no recuerdo de qué trataba el post, lo interesante del mismo es que tenía un link a un whitepaper o libro blanco. Lo que resultó muy práctico para alguien que no conocía nada del tema y que quería saber de qué trataba esto que posteaban los locos libertarios.   

Portada del documento técnico fundacional de Bitcoin. Fuente: CriptoNoticias.

Entro al link y me encuentro con un documento técnico escrito en el típico formato de publicación científica. Mi interés a esa altura era sólo conocer de qué se trataba la cuestión. Entender el por qué en estos círculos libertarios estaban hablando de este tema. Entonces me tomo los minutos necesarios y leo con atención el documento completamente. Lo hago con máxima suspicacia ya que su contenido me iba generando más dudas que certezas. En el mismo instante que completo su lectura, sin siquiera esforzarme en pensarlo, evidencio que: lo que dice este libro blanco es falso por tratarse de una mera idea bien escrita pero que no se puede desarrollar en la realidad por algún motivo, o bien existe en la realidad. Y si existe lo van a bajar, porque si no lo bajan, si no pueden bajarlo, disrumpirá radicalmente la totalidad del sistema económico global actual.  

Siendo naturalmente escéptico y además ignorante de la realidad material de la red Bitcoin de aquel momento, me incliné principalmente a creer la primer opción. Por lo que cerré el whitepaper y me puse a investigar si lo que allí se afirmaba se correspondía con algún desarrollo práctico tangible. Es decir, si la mágica red descrita en el libro blanco efectivamente existía en la realidad. Entonces en ese momento comienzo a estudiar Bitcoin a fondo, lo que luego descubro que se conoce como “caer en el agujero del conejo”. Día tras día y en cada momento libre posible encaro el tema desde una óptica científica. Intentando falsear la afirmación de que “la red Bitcoin existe y funciona”.  

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Resulta que no sólo la red existía y funcionaba tal como el libro blanco la describía, sino que incluso lo venía haciendo prácticamente sin interrupciones desde hacía ya unos siete años. Por lo que, tras un tiempo de estudio arribo a la conclusión de que lo planteado en el libro blanco se condice con la realidad. Qué el fenómeno -red Bitcoin- efectivamente cumple plasmando en la realidad la teoría del libro blanco. Y que por lo tanto, indefectiblemente está rompiendo con el sistema económico vigente. Y que lo seguirá rompiendo salvo que sea frenada. Por lo que me dedico a continuar estudiando de qué forma podrían frenarla para luego llegar a la conclusión de que no hay forma alguna de detenerla. Su teoría de juegos es infranqueable.  

Desde aquel momento vi como evidente que Bitcoin y el fiat no pueden coexistir por mucho tiempo. Que uno de los dos debe desaparecer o cambiar radicalmente. Y, tras haber analizado los primeros siete años de bitcoin, llego a la conclusión de que lo que cambiará será el fiat. Puesto que de poder cambiarse o desaparecerse Bitcoin ya lo hubieran hecho. Sin embargo, en aquel momento no me quedé satisfecho con ese conocimiento. Sino que precisé ratificarlo en varias oportunidades. Por lo que desde el año dos mil dieciséis continué cayendo por las diferentes cavernas de la madriguera del conejo siempre explorando cómo bitcoin podría fallar. Cómo podrían bajarlo, por qué lado se va a romper, por donde explota “el ponzi”. Ocho años después sigo sin encontrar respuestas válidas a estas preguntas. Todo me sigue indicando que Bitcoin seguirá existiendo y que por lo tanto el cambio se produce por el otro lado, por el lado fiat. El continúo aumento del precio de Bitcoin en USD suma un argumento más en este sentido. Cada bloque sumado a la timechain agrega una certeza adicional a la permanencia en el tiempo de la superior moneda que, por ser superior, indefectiblemente se terminará de comer a toda la competencia llevando a la raza humana a un estadio superior conocido como hiperbitcoinización.  

Así como en la Argentina actual hay políticos que se dicen defensores de la libertad pero que en la práctica sólo asumen el poder para perpetuar el sistema fiat; también hay políticos – literalmente personas transformadoras de la realidad- que efectivamente creen en la libertad y por ello promueven verdaderas herramientas de transformación. En este caso una herramienta basada en la superioridad económica y técnica que pone en evidencia la futilidad de las votaciones, de la existencia de mayorías, de las formalidades republicanas, de los escaños legislativos y ejecutivos.  

Afortunadamente, tras encontrarme con el fenómeno de Bitcoin, finalmente encontré el ángulo que necesitaba para encarar las transformaciones de la realidad que deseaba. Por lo que, a partir de ese momento y en forma gradual me dediqué a conocer más sobre la tecnología para poder apreciarla, difundirla y también aprovecharla incluso desde un punto de vista profesional. Abandonando así el mundo fiat, al menos desde lo profesional.  

Aprovecho este nuevo aniversario de la publicación del libro blanco para agradecer a todos aquellos verdaderos militantes de la libertad que siguiendo el ejemplo de Satoshi difunden ideas y tecnologías que nos permiten vivir en un mundo más libre y justo.  


Camilo JdL para Criptonoticias a las 867.170 timechain 


Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.