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El tandilense, que desafió a los mejores de la historia y dejó huella en el tenis mundial, confesó que su mayor obstáculo nunca estuvo del otro lado de la red, sino dentro de su propio cuerpo.
Juan Martín Del Potro compartió cancha con los mejores tenistas de todos los tiempos y supo vencerlos en los escenarios más importantes. Ganador del US Open, medallista olímpico, campeón de Copa Davis y ex número 3 del mundo, el argentino protagonizó una carrera brillante pese a convivir en la era dorada del tenis, junto a Novak Djokovic, Rafael Nadal, Roger Federer y Andy Murray. Sin embargo, en una emotiva confesión realizada durante una conferencia de prensa en 2023, el tandilense dejó en claro que su mayor rival no fue ninguno de ellos.
“Mi rival más difícil fue mi cuerpo”, sentenció Del Potro, con la sinceridad que siempre lo caracterizó. “Yo no tenía miedo de jugar contra los mejores”, agregó, en una frase que aún resuena entre los fanáticos del tenis. El físico, más que cualquier oponente con raqueta, fue lo que limitó su extraordinario potencial y le impidió prolongar una carrera aún más exitosa.
Desde sus inicios, la “Torre de Tandil” luchó con múltiples lesiones. En total, acumuló 16 lesiones graves, incluyendo cuatro en su muñeca izquierda, dos en la derecha, y fracturas de rótula que terminaron por condicionar su retiro. Su cuerpo fue una trampa constante que no le permitió mantenerse en la élite de forma sostenida.
Una de las lesiones más determinantes ocurrió en 2018, durante las semifinales del Masters 1000 de Shanghái frente a Borna Coric, cuando sufrió una fractura en la rodilla derecha. Cinco años después, aún en recuperación, el propio Del Potro confesó: “Todavía hablo con médicos para ver cómo puedo curarme. Veo Roland Garros y quiero jugar, pero tengo que escuchar a mi físico y aceptar que me lleva por otro camino”.
A pesar de todo, Del Potro logró vencer al menos tres veces a cada uno de los ‘cuatro fantásticos’ del tenis y se consolidó como uno de los jugadores más queridos del circuito. Su historia es la de un luchador incansable que, más allá de los títulos, se ganó un lugar eterno en la memoria del deporte argentino y mundial.
Hoy, alejado de las canchas pero no del tenis, Delpo sigue luchando: esta vez, no por un trofeo, sino por su salud y calidad de vida. Un gigante que, aunque derrotado por su cuerpo, nunca perdió su espíritu.
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