Gabriel Di Tullio, referente de la Cámara de Chocolateros de Bariloche, hizo un balance positivo de la reciente edición de la Fiesta Nacional del Chocolate, y destacó que fue “una de las más convocantes que se han realizado hasta el momento”. Además, fue enfático al señalar que “no hay que politizar” un evento que beneficia a toda la ciudad.
“Fue una fiesta que se desarrolló en muy poco tiempo, con varios aciertos y algunos aspectos operativos a mejorar, pero conceptualmente muy bien lograda”, expresó enel programa Ideas Circulares.
Recordó que la organización estuvo a cargo de la Secretaría de Turismo y la Cámara de Chocolateros, en una edición en la que no se contrató a una productora externa como en años anteriores.
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Respecto a la salida del productor Lucio Bellora, Di Tullio explicó que “fue una decisión basada en diferencias presupuestarias”, y que desde la Cámara entendieron que la Secretaría estaba en condiciones de afrontar la organización: “Y lo pudo hacer”.
Sobre el impacto del evento, el referente del sector sostuvo que “la fiesta tracciona distintos segmentos”, y remarcó que en esta edición se amplió la franja etaria del público con actividades como el show de drones y la presencia de DJs de primer nivel. “Eso hizo que la plaza del Centro Cívico se llenara, y nos dejó a todos una buena sensación”, resumió.
También resaltó el aporte del clima y el fuerte componente turístico. “Fue una fiesta que ayudó a atraer visitantes y que moviliza a la economía local, desde hoteleros hasta comerciantes”.
Sin embargo, Di Tullio se mostró crítico con las lecturas políticas en torno a los costos de la organización. “Estamos viendo una politización innecesaria. Se pone el foco en el gasto, cuando en realidad lo que se ejecutó fue el presupuesto asignado por el directorio del Ente de Promoción Turística (Emprotur), que era de 220 millones de pesos, votado hace meses”, explicó.
Y agregó: “Todavía no se cerraron ni rindieron los números finales, por lo que hablar de excesos es apresurado. Incluso puede que el presupuesto haya sido subejecutado. Además, el Emprotur está financiado con aportes del componente B de las tasas municipales, que pagan los comercios, no los vecinos”.
Insistió en que “la fiesta no solo se mide en dinero invertido, sino también en el aporte concreto de más de 2.000 kilos de chocolate, regalos promocionales y 250 trabajadores que hicieron posible la barra, que es el corazón de la fiesta”.
Finalmente, expresó: “Estamos todos de acuerdo en que se gaste lo presupuestado si el evento beneficia a la comunidad. Hay que dejar de politizar lo que fue una fiesta exitosa y que le sirve a toda la ciudad”. (Bariloche Opina)
