Esta fecha surgió en 1998, impulsada por el Centro Argentino de Promoción del Dulce de Leche y Afines, con el objetivo de reconocer a este alimento como Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico en varios países como Argentina y Uruguay, donde es uno de los más consumidos después de la leche, el queso y el yogurt.
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El mito de la leche quemada
Según se cuenta, fue creado por casualidad en 1829, cuando una criada del general Juan Manuel de Rosas corrió a avisarle que su enemigo Lavalle se encontraba en su estancia, olvidando en la hornalla encendida una olla con leche y azúcar para hacer la lechada, y tomó una consistencia similar a como se lo conoce en la actualidad.
Al parecer Lavalle había llegado muy temprano al encuentro y Rosas no se encontraba en su estancia. Con la idea de descansar la fatiga que traía del viaje, se acostó nada menos que en la cama del propio dueño de la casa y se quedó dormido. Ignorando su presencia, la criada entró al dormitorio y se asustó por la presencia del militar rival de su patrón. De ahí en más, el resto es historia.
Orgullo por el invento argentino
El dulce de leche es reconocido en el país como Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico de la Argentina. Y aunque es de exportación y se puede conseguir en otras partes del mundo, incluso fabricado en diferentes latitudes no logró universalizarse como sí ocurrió con otros productos nacionales. Fundamentalmente, este dulce es muy fuerte en Argentina y en Uruguay.
Estos países durante mucho tiempo discutieron el “copyright”, aunque todo indica que fue en la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Cañuelas, donde comenzó la historia del dulce de leche. ¿Cuál sería el aporte uruguayo? Posiblemente, la mujer que sin querer hizo el primer dulce, era uruguaya.
Todos los nombres del dulce de leche
Al nombre “manjar” dado en Chile, al dulce de leche se lo conoce como “manjar blanco” en Perú, “dulce de cajeta” en México, “queso de urrao” en Bolivia, “fanguito” en Cuba, “bienmesabe” en Panamá, “arequipe” en Colombia, Venezuela y Guatemala. Y siguen los nombres.