La escalada de tensiones en el Medio Oriente ha tomado un nuevo giro con las incendiarias declaraciones del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei. Durante un sermón en la capital iraní, Teherán, Jamenei llamó a los países musulmanes a unificar fuerzas contra Israel, a quien calificó como su “enemigo común”.
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Las palabras de Jamenei vienen en un momento sumamente delicado para la región, donde el conflicto entre Israel y Hamas desde el 7 de octubre ha deteriorado aún más la frágil estabilidad. El ayatolá describió estas acciones como “lógicas” y “legítimas”, en un discurso lleno de simbolismo y cargado de retórica belicosa. Según sus palabras, considera que el papel desempeñado por Hezbollah en este enfrentamiento es crucial para proporcionar un “servicio vital” a la región. Esto refuerza la ya compleja red de alianzas entre facciones y países que caracteriza al conflicto, sumando otra capa de dificultades para cualquier resolución pacífica futura.
El llamamiento a la unidad entre las naciones musulmanas fue otro punto central del discurso, emplazando a países como Afganistán, Yemen, Irán, Gaza y Líbano a cerrar filas contra Israel. Desde su perspectiva, esta unidad es imperativa para resistir la influencia israelí, una posición que sigue alimentando un ciclo interminable de violencia y desestabilización en el Medio Oriente.
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Jamenei no escatimó en críticas hacia Israel, acusándolo de cometer crímenes contra civiles en un intento de “ganar la guerra” a través de métodos inhumanos. Este tipo de declaraciones tienden a polarizar aún más las opiniones y refuerzan la percepción de Israel como un agresor en los ojos de sus detractores.
Además, al referirse a los ataques recientes de las fuerzas iraníes con 200 misiles hacia Israel, Jamenei no mostró señales de arrepentimiento ni de búsqueda de diálogo. Al contrario, justificó esta acción como una respuesta mínima a lo que él considera las agresiones del régimen israelí. Armado con un fusil mientras pronunciaba su mensaje, dejó clara su postura de confrontación, lo que augura un horizonte de crecientes tensiones y posibles nuevos enfrentamientos.