Las tardes de intenso calor hacen desear un lugar apropiado para refrescarse o pasar un momento en familia. A tan solo algunos pasos de la ruta de Circunvalación, que bordea a los barrios del Alto de la ciudad, las márgenes del arroyo Ñireco reúnen a un buen número de personas que deciden aprovechar el buen caudal de agua para dar un chapuzón.
En las últimas semanas se volvió más habitual la presencia de vehículos y familias enteras disfrutando del agua de tal manera que incluso se volvió tentador para los turistas que pasan por el lugar. Podría ser la última excursión en la ciudad para quienes continúan su itinerario de viaje hacia el sur.
“Pasamos, vimos el arroyo y lo pasamos muy agradable”, confió Víctor, un turista que llegó desde Concepción (Chile) y quien decidió hacer un alto para comer y apreciar una postal distinta. El hombre reconoció que no contaba con ese sector como playa y lo destacó por tener menos gente que en otras zonas y por su tranquilidad. “Aparte bajita y muy limpia el agua”, agregó en diálogo con Noticiero Seis.
Este turista dijo que se encontró con esta oportunidad de casualidad mientras se dirigía a tomar la ruta nacional 40 para luego pasar por El Bolsón, Esquel y tomar el paso internacional Futaleufú antes de volver a recorrer la carretera Austral hacia Coyaique.
El hombre, un asiduo viajante dada su condición de integrante de la comunidad gitana, se mostró muy contento con el hallazgo y en especial por la temperatura del agua que dista muchísimo de lo que ocurre con los cursos de agua trasandinos.
A pocos metros de la familia de turistas se encontraba Camila, una joven del barrio El Frutillar. “Siempre venimos acá y la pasamos re lindo”, comentó acerca de una opción por la cercanía con su casa. Contó que llegan vecinos de “todos lados” y que la prolija hilera de piedras, que dan forma a los pozones, fue colocada allí por quienes son visitantes recurrentes.
La soleada jornada del miércoles (1/2) también fue aprovechada al máximo por los chicos que asisten al programa de montaña barrial que ofrece la Subsecretaría de Deportes del Municipio. Uno de los profes, Jesús, comentó que se trata de una opción para disfrutar del entorno natural próximo.
“Brinda la posibilidad de que los chicos puedan disfrutar tanto del agua como de las montañas próximas que hay acá en el barrio”, describió acerca de un plan de trabajo que permite a los chicos juntarse con otros niños de los barrios cercanos.
Jesús dijo que se forman grupos grandes que reúnen hasta 50 niños por cada punto predefinido por la comuna. “Es un programa de montaña barrial, social”, destacó acerca de la posibilidad de que aquellos que asisten puedan hacerlo con los elementos básicos que tienen en sus casas: “cualquier niño del barrio puede salir”, explicó.
“Es muy lindo y ha sido un acierto muy grande de la Subsecretaria de Deportes poder implementar estos programas”, comentó respecto a un programa que apunta a lo recreativo sin descuidar lo social y lo deportivo. Es que, recientemente, esos mismos chicos ya pudieron apreciar los senderos de los cerros Ventana, Carbón y Ñireco. Todos al alcance de sus barrios y que aportan una mirada muchas veces desconocida de su ciudad.
