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hace 3 semanasel
Poco a poco, paso a paso o programa a programa, LAM va completando una nueva temporada de éxitos y sucesos periodísticos. Una vez más fue el programa más visto de América y peleó con hidalguía tanto contra su rival más directo (Bendita) como con los demás programas del rubro chimentero. Consolidado ya como una marca registrada, no se sabe si seguirá en “el canal del cubito” o si irá en busca de nuevos destinos. Sin embargo, uno de sus integrantes vive un inesperado drama. Veamos.
Si bien el panel tuvo a casi todos sus integrantes medianamente fijos (Angel de Brito en la conducción más Yanina Latorre, Marcela Feudale, Marixa Balli, Fernanda Iglesias y Nazarena Velez para acompañarlo como bastoneras informativas y opinadoras) hubo dos incorporaciones que movieron un poco el avispero del ciclo. A diferencia de lo que sucedió siempre, no se trató de “angelitas” sino de dos “angelitos” que llegaron para quedarse.
A decir verdad, Pepe Ochoa y Fefe Bongiorno de “angelitos” no tienen nada. Más bien son bastante directos y frontales para decir tanto lo que saben como lo que piensan. Primero aparecieron para hablar de Gran Hermano y como una presencia medio esporádica. Después, sus intervenciones se fueron haciendo cada vez más repetitivas y terminaron formando parte del “elenco estable” del programa. En una palabra -o en tres- se lo ganaron.
Los dos le dieron forma a “Las suricatas” y ya no sólo hablaron de lo que sucedía dentro de la Casa. Una vez terminado el realitie de Telefe -algo que podía poner en duda su continuidad- se quedaron hablando de todos los temas que se tratan en LAM. Una separación, un romance, un embarazo, una pelea, una crisis, un pase televisivo o radial. Para lo que sea, su voz empezó a ser escuchada.
Fue tan notorio e importante el crecimiento que hace unos meses, al calor de la explosión de canales de streaming, Pepe y Fefe pasaron a tener su propio programa en ese espacio. Notable. La vida le sonríe a Pepe, menos cuando todo el mundo le dice que está “tapado”. Y ese es su drama. Que no se lo ve. No porque Pepe Ochoa se interponga entre él y la cámara a codazo limpio, sino por todos los “graphs”, avisos o símbolos que tiene la pantalla de América. Por su ubicación, siempre hay algo que no permite ver su cara.
“Es verdad, Fefe, no se te ve. Siempre estás tapado por algo” le dijo uno de estos días, medio en broma medio en serio, Angel de Brito. Fefe, que a lo lejos parece un tipo bonachón, tranquilo, sereno y sobre todo conciliador y poco enojoso, confirmó que la gente se lo dice todo el tiempo. Que siempre queda tapado por algo. “Arriba a la derecha” -de acuerdo a la mirada del televidente- aparece o el logo de América o algún aviso de programación o “carteles” de todo tipo que no permiten verlo, y se merece otra cosa. ¡Justicia para Fefe!
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