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Política y Economía

El Gobierno evalúa no prorrogar las sesiones extraordinarias y que la Ley Ómnibus se trate en marzo

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Tratamiento en particular ley de bases (Gustavo Gavotti)

La posibilidad de que el Gobierno disponga una nueva prórroga de las sesiones extraordinarias que vaya más allá del 15 de febrero a cada hora se diluye más. “El proyecto de ley murió”, confesó un funcionario en la Casa Rosada al referirse a la frustrada Ley Bases que ayer fue retirada de la discusión parlamentaria en particular en la Cámara de Diputados para que vuelva a tratarse en comisión.

“Todas las herramientas constitucionales están siendo evaluadas y se tomará la decisión de ir por el camino que creamos más correcto y que revista mayor celeridad”, aseguró el vocero presidencial Manuel Adorni en la conferencia de prensa que dio esta mañana.

Entre esas herramientas figuran las opciones de convocar a un plebiscito no vinculante o de avanzar con algunas reformas por decreto. Ante las dificultades para contar con el suficiente apoyo en el Congreso, el oficialismo elegiría esperar hasta el viernes 1° de marzo que es cuando debería comenzar el período legislativo ordinario en su objetivo de sancionar leyes.

El 26 de diciembre había salido la primera convocatoria para que en extraordinarias se debatieran los 664 artículos de la Ley de Bases y Puntos de partida para la libertad de los argentinos en el decreto 76/2023. Luego, ante la extensión de la discusión en las tres comisiones por las que pasó (Presupuesto y Hacienda; Asuntos Constitucionales y Legislación General), se solicitó ampliar ese plazo por otros 15 días, que se vencen el jueves 15 de febrero.

“Después de esta experiencia es casi imposible que el proyecto vuelva a tratarse”, confesó otra voz en Balcarce 50. El enojo en el Gobierno fue bien visible en cada uno de los representantes gubernamentales. “El Congreso está diseñado para trabar todo”, disparó otro de los que habitualmente habla con el primer mandatario. Por eso nadie descarta que Milei avance en varios temas mediante la vía del decreto.

Debate de la Ley Ómnibus en el Congreso 02/02/2024
Los diputados del oficialismo Gabriel Bonoroni, Oscar Zago y Lorena Villaverde durante el debate en particular de la Ley Ómnibus. (Gustavo Gavotti)

El diputado y jefe de bloque de la La Libertad Avanza, Oscar Zago, aseguró este miércoles en un programa de televisión que “la ley se puede desguazar y tratarse a partir del 1° de marzo”. Y agregó que “dependerá de lo que conversemos con el Ejecutivo, en consulta permanente con el presidente Milei, cómo vamos a volver a tratar la ley. Si es en comisión o si se puede dividir”. Por último especificó que si insisten con el mismo proyecto quedará afuera el capítulo fiscal pero que la discusión partirá de “fojas cero”.

En el Congreso esta tarde se reunió el bloque libertario de diputados para evaluar cómo seguir. El oficialismo insiste con la idea de que ya cedió bastante y que por eso para la aprobación en general la Ley Bases quedó reducida a menos de 400 artículos. Hace responsable a los legisladores dialoguistas de la oposición por el fracaso de la votación en particular, los tilda de traidores y en esa acusación también entran los gobernadores a los que les endilgan no haber cumplido con la promesa de respaldar la iniciativa. En esa categoría el mayor enojo es con Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba) y Gustavo Sáenz (Salta).

Mientras tanto en el Senado aún sigue pendiente el tratamiento del mega DNU 70, que Milei tituló como Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina. El kirchnerismo quiere que se discuta en ese ámbito la vigencia y la validez de ese decreto pero la vicepresidente Victoria Villarruel mostró su oposición ante esos intentos. Villarruel ya afirmó que antes habrá que debatir sobre otros temas pero la dilación es evidente.

“Nadie está violando la Constitución, las leyes vigentes ni el reglamento, si no que las cuestiones como la convocatoria del DNU se van a decidir con el acuerdo de todos los senadores”, sostuvo la presidenta del Senado. La Casa Rosada envió el mega DNU que desregula la economía durante los primeros días de su gobierno. Luego el plazo de 10 días para que éste fuera tratado por la comisión bicameral de Trámite Legislativo transcurrió sin que este cuerpo se reúna.

En la Rosada alguien deslizó que “el ajuste económico sigue adelante” y que “el 75% del ajuste fue por afuera” de la Ley Ómnibus. Socarronamente alguien con acceso al despacho presidencial dejó en claro que ante la deslealtad legislativa “sería una buena idea que Milei inaugure las sesiones en marzo, de espaldas al Congreso como cuando asumió”.

Política y Economía

Pronóstico del Dólar Blue según Salvador Di Stefano para 2024: “Va a caer por debajo del MEP y el CCL”

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11 septiembre de 2024

El analista financiero Salvador Di Stefano, titular de la consultora SDS y conocido como “el gurú del dólar blue“, ha compartido sus predicciones sobre la cotización del dólar en el mercado informal para lo que resta del 2024, basándose en la política económica y las tendencias macroeconómicas actuales.

“Yo en diciembre/enero dije que había que vender los dólares. Estaba más cantado que el tango ‘Caminito’ que el dólar bajaba, lo que pasa es que la gente vive con Milei, pero sigue pensando como si estuviera el kirchnerismo”, planteó el Gurú del Blue en una entrevista con Radio Continental. 

Inflación e Inflación: Di Stefano ha subrayado que la inflación es una de las variables principales que afectan el valor del dólar blue. En un contexto donde la inflación ha mostrado un aumento significativo, el dólar blue ha tendido a seguir esta tendencia, aunque no necesariamente a la misma tasa. Si el gobierno logra controlar la inflación, el dólar blue podría estabilizarse o incluso disminuir en relación a la inflación esperada.

Política Económica y el Cepo Cambiario: Con la administración de Javier Milei, Di Stefano ha sugerido un cambio en la mentalidad respecto a la política económica. Si el gobierno mantiene su rumbo de no emitir moneda y busca una restricción presupuestaria, el dólar no debería aumentar tanto como en administraciones anteriores. Sin embargo, si se levanta el cepo cambiario, Di Stefano ha advertido que el dólar podría dispararse hasta $3.000, lo que tendría un impacto significativo en la inflación y el poder adquisitivo de los argentinos.

Blanqueo de Capitales y Mercado Financiero: En el contexto de un blanqueo de capitales, Di Stefano ha observado una tendencia a la baja del dólar blue, ya que muchos venden sus dólares para blanquearlos en pesos. En este escenario, el especialista pronosticó que “el dólar blue va a estar en breve por debajo del dólar MEP y el contado con liquidación”. 

La política de igualar el dólar CCL con el mayorista afecta negativamente a los productores agropecuarios, ya que pierden la oportunidad de vender a un dólar más alto. Esto podría tener implicaciones en la producción y en la economía rural, aunque Di Stefano no ha profundizado en cómo esto podría repercutir en el precio del dólar blue a largo plazo.

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Política y Economía

Problemas para Javier Milei: la inflación volvió a chocar contra la pared del 4%

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El Indec publicó hoy el Indice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto, que registró un incremento mensual de 4,2%, en línea con las estimaciones más elevadas de los consultores y analistas del mercado.

Había algunas estimaciones más cercanas a 3,5% y el propio Gobierno esperaba poder, finalmente, perforar la pared del 4%. Pero no se pudo.

La inflación de julio fue 4%. La de junio había sido 4,6%. La de mayo, 4,2%. Por ahora, la línea de 4 es impenetrable para la delantera compuesta por Milei, Luis Caputo y Santiago Bausili.

En agosto, la división de mayor aumento en el mes fue vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (7%) por las subas en alquiler de la vivienda y gastos conexos, suministro de agua y electricidad, gas y otros combustibles. Le siguieron educación (6,6%) por el alza en los distintos niveles y tipos de enseñanza; y transporte (5,1%) por los incrementos en el transporte público.

Problemas para Javier Milei: la inflación volvió a chocar contra la pared del 4%

La división con mayor incidencia en todas las regiones -excepto en la región GBA- fue alimentos y bebidas no alcohólicas (3,6%), donde se destacaron en algunas regiones los aumentos de Carnes y derivados y, en otras, las subas en verduras, tubérculos y legumbres. 

En la región GBA, la mayor incidencia la tuvo transporte (5,1%) por los incrementos en el transporte público. 

Las dos divisiones que registraron las menores variaciones en agosto fueron prendas de vestir y calzado (2,1%) y bienes y servicios varios (2,3%). 

A nivel de las categorías, Regulados (5,9%) lideró el incremento -por las subas en las tarifas de servicios públicos-, seguida el IPC núcleo (4,1%), mientras que los estacionales aumentaron 1,5%.

A nivel interanual, la inflación fue de 236,7% y, en el acumulado anual, los precios ya subieron 94,8%.

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Política y Economía

Es el peso, estúpida

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La semana pasada Cristina Fernández de Kirchner escribió una nueva carta con críticas al programa económico, así como ideas sobre cómo el peronismo “se torció y se desordenó” durante el Gobierno pasado (posiblemente mientras ella estaba ocupada escribiendo otras cartas y dando charlas).

En sus reflexiones sobre la deriva del peronismo, CFK muestra señales de haber obtenido algunas lecciones de estos meses de Gobierno libertario. Entre otras, parece admitir que los intermediarios de planes sociales fueron un error que atenta contra “la universalidad” de las políticas de asistencia social y que el “Estado omnipresente” puede alcanzar dimensiones que lo vuelven “ineficiente e ineficaz”. 

Hay que celebrar el reconocimiento de que pedirle más de 40% del PIB a la población para darle a cambio servicios malos más descalabro macroeconómico podría llegar a ser percibido como una estafa por una mayoría de votantes.

Sin embargo, en la primera parte del documento Cristina insiste en las ideas de política monetaria y cambiaria que generaron el problema del cual estamos tratando de salir hoy: la “restricción externa”, es decir, “la escasez de dólares” como responsables de la inestabilidad macroeconómica. 

Que la economía argentina es bimonetaria lo sabemos todos. Pero esto es el resultado de años de castigar el poder adquisitivo del peso, no su causa. En la formulación kirchnerista, el bimonetarismo aparece como dato exógeno que parecería no tener ninguna relación con la emisión descontrolada de moneda y con su ancestro inmediato, el déficit fiscal. 

Del mismo modo, las “corridas cambiarias” son presentadas como un evento externo, desvinculado de la emisión: la decisión de tener menos pesos en cartera no aparece como una consecuencia del valor esperado del activo “peso” o de que el BCRA provea más de este activo de lo que demanda la gente.

Esto lleva a pensar el problema como algo que ocurre en un mercado específico (el “del dólar”) como si este fuera un mercado de bienes a regularse, en lugar de un problema de la moneda “peso”, que pierde valor frente a todo. Así, el cepo se convierte en un instrumento necesario en lugar de excepcional; e incluso se advierte que entre 2019 y 2023 se fracasó en “administrar divisas”. 

CFK no lo dice en su carta, pero economistas cercanos a ella incluso insisten en que hubiera sido mejor tener más controles aún, con más funcionarios estudiando y decidiendo el uso de dólares. 

Como si la virtual administración del comercio exterior a través de permisos y licencias no automáticas en 2023 no hubiera sido suficiente muestra de la ineficiencia del sector público para este propósito, sin mencionar su enorme potencial para generar corrupción.

En contraste con este marco conceptual, durante los últimos 20 años muchos países de la región dejaron atrás el problema de la inflación y construyeron monedas estables. Lo hicieron sin cepos ni administración cambiaria, mediante el establecimiento de bancos centrales responsables, prudencia macroeconómica y poniendo el foco en el valor de la moneda doméstica. 

En el caso de Perú, a pesar de una enorme inestabilidad política, el Banco Central de Reserva del Perú fue una institución firme que incluso logró revertir en gran medida el uso del dólar como depósito de valor preferido por la población. 

Paradójicamente, el Presidente que prometió dolarizar puso en marcha medidas que realmente contribuyen a recuperar credibilidad para el peso.

En el caso de Chile, gobiernos de centro izquierda y centro derecha se alternaron respetando la independencia del Banco Central de Chile, así como reglas presupuestarias prudentes para moderar la influencia de precios volátiles de los principales productos de exportación.

En el caso de Brasil, Lula no dudó (en su primer mandato) en utilizar altas tasas de interés real ni tampoco en ajustar al sector público más allá de lo pedido por el FMI para anclar expectativas y mostrarse fiscalmente responsable.

¿Por qué es tan difícil en Argentina generar prácticas similares? Porque el objetivo de largo plazo -construir una moneda sólida y confiable- es constantemente subordinado a otros objetivos de política pública, como la actividad, el consumo, el empleo o satisfacer los pedidos de cada grupo de interés que obtiene partidas del presupuesto. 

Las señales del Gobierno (o en su momento, del principal partido de oposición) terminan marcando siempre la misma dirección: si hay que elegir entre objetivos contrapuestos, siempre se va a aceptar más inflación antes que afectar la actividad o poner en riesgo las próximas elecciones. 

La sumatoria de estas decisiones, año tras año, es la destrucción del peso y la creación de “la economía bimonetaria”.  

Durante el Gobierno kirchnerista, no solo se eliminó cualquier independencia del BCRA sino que también literalmente se cambió su misión para que quedara bien claro que lo importante ya no era “preservar el valor de la moneda” (una “máxima neoliberal” comentó Página/12 en 2012) sino un montón de vaguedades impulsadas por el Poder Ejecutivo de turno. 

Y por supuesto no podemos olvidar la intervención del Indec para falsear los datos de inflación así como muchas otras medidas en detrimento del mercado de capitales -estatizaciones, defaults, cepos y arbitrariedad- cercenando la capacidad del sector privado de construir mecanismos para que el sector público pudiera eventualmente obtener financiamiento genuino a largo plazo en moneda doméstica. 

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Lo que aprendimos los argentinos en esas dos décadas es que siempre que las papas quemen, los tenedores de pesos van a ser el pato de la fiesta.

Paradójicamente, el Presidente que ganó las elecciones prometiendo dolarizar es quien ha puesto en marcha medidas que realmente contribuyen a recuperar credibilidad para el peso: reparando la hoja de balance del BCRA, proponiendo prudencia en la emisión monetaria y proporcionando señales de que el sector público puede operar sin requerir financiamiento permanente del Banco Central. 

Son sólo los primeros pasos: falta mucho y construir credibilidad requiere años de esfuerzo sostenido. 

Históricamente fue difícil para gobiernos mirando la próxima elección, pero quizá no lo sea tanto para un Gobierno que arriesga poquísimos escaños en el Congreso en 2025. 

Quienes creen que una moneda nacional es una herramienta fundamental de política pública o un atributo indelegable de soberanía deberían pedir más, no menos, de este esfuerzo.

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