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El gran artífice de los montajes de García Luna: un ex baterista de Timbiriche y ex corista de Cristian Castro

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Personajes clave en el caso de Florence Cassez

Los montajes mediáticos son, sin duda, uno de los principales legados y sellos de la gestión de Genaro García Luna ––actualmente detenido en Estados Unidos por nexos con el narcotráfico–– como secretario de Seguridad Pública de México, durante el sexenio de Felipe Calderón (20006-2012).

El más sonado, la detención de Israel Vallarta y su entonces pareja sentimetal, la francesa Florence Cassez. En esa ocasión, de manera bastante “oportuna”, reporteros de Televisa y Tv Azteca se encontraban desde el inicio del operativo en el que supuestamente se liberó a tres personas. Tiempo después el mismo García Luna reconoció que las presuntas detenciones nisiquiera fueron transmitidas en tiempo real.

Pero los shows televisados que proyectaban la eficacia del “súper policía”, no podrían haber sido posibles sin la colaboración de los dueños de las dos grandes televisoras del país. A través de intercambios millonarios de contratos publicitarios y promesas garantizadas de elevadas cifras de ratings, fue como quedó establecida esa alianza.

Y en todo este embrollo, hubo una persona que fue clave para tender esos lazos: el panista Maximiliano Cortázar.

maximiliano cortazar
Maximiliano Cortázar Lara (Twitter)

Así lo explica el periodista Jesús Lemus en uno de los pasajes de “El licenciado”, su más reciente libro en el que desmenuza todo el personaje de Genaro García Luna, a fin de contextualizar los motivos por los que el “súper policía” está ahora donde está (trás las rejas).

El autor apunta a Maximiliano Cortázar como la pieza clave en la sinergia de los medios con García Luna –a quien retrata como un obsesionado con obtener proyección y reconocimiento de su labor–. Cortázar Lara se hizo en el medio, ya que desde niño fue parte del famoso grupo Timbiriche, era el baterista. Posteriormente fue corista de Cristian Castro. Ahí fue donde formó una estrecha relación con Bernardo Gómez Martínez, el ejecutivo de Televisa que llevaba el mencionado proyecto musical infantil.

Cortázar tuvo problemas con Cristian Castro –según expone Lemus– y ese fue el momento en el que se retiro de la farándula y se encamino hacia otros rumbos: el mundo de la política. Todo esto ocurrió por ahí de 1997, entonces Gómez Martínez recomendó a Maximiliano con Juan Camilo Mouriño, quien en ese momento era diputado local de Campeche. Mouriño lo aceptó como su encargado de Relaciones Públicas.

Hay que recordar que Mouriño fue el secretario de Gobernación de Felipe Calderón, y prácticamente considerado su delfín, planes que terminaron con la muerte de Juan Camilo en aquel accidente que sufrió abordo de un avión que se estrelló en plenas vialidades de la Ciudad de México, el 4 de noviembre de 2008.

Entonces, de acuerdo con Jesús Lemus, fue Mouriño quien acercó a Cortázar con Calderón, pero desde mucho antes de que este fuera presidente de México, más bien en la época en la que era diputado plurinominal.

“El trato duro de Cortázar hacia a la prensa pudo ser la respuesta al acogimiento que recibió de Calderón Hinojosa. ‘Max era ‘el bombero’ al que se le asignaban las tareas para sofocar cualquier crisis de información que afectara a la fracción del PAN en la Cámara de Diputados’, recuerda Ricardo López, ex agente el Cisen, quien considera: ‘Eran millones de pesos de los que disponía Max Cortázar para mantener alineada a la prensa, atendiendo a los intereses de la fracción [parlamentaria] del PAN”, relata un fragmento de la obra de Jesús Lemus.

Para su texto, las fuentes de Lemus van desde miembros del crimen organizado, algunos actualmente activos; hasta agentes y exagentes de organizaciones nacionales cercanos a García Luna, así como de la DEA y el FBI. Además de documentos a los que tuvo acceso, mismos que adjunta como material público de su libro en la página web.

el licenciado
Portada de “El licenciado”, libro de Jesús Lemus (Cortesía)

Cuando Felipe Calderón se convirtió en presidente de México, Maximiliano Cortázar fue nombrado coordinador General de Comunicación Social de la Presidencia, posición desde la cual controló la comunicación de 16 de las 18 secretarías de Estado que había entonces, donde estratégicamente acomodó a amigos suyos como voceros. Incluso, indica Lemus, se llegó a conocer a todo ese grupo como los ‘neotimbiriches’.

Precisamente, el primero de agosto de 2008, la revista Contralínea los describía de la siguiente manera: “Algunos de los timbiriches han ingresado a la burocracia presidencial, gracias a las recomendaciones del exbaterista quien ahora, con poder sobrado, está al frente de los tambores de guerra contra los medios de comunicación que no se someten, mediante el estira y afloja de la publicidad oficial de las secretarías del despacho presidencial, a los requerimientos de Cortázar”.

Lemus señala que, de acuerdo con las declaraciones que le hizo el exagente del Cisen, el deseo de García Luna de difundir sus logros era tan grande que llevó a Cortázar a contactarlo con su viejo amigo Gómez Martínez, el ejecutivo de Televisa, quien a su vez lo llevó a Emilio Azcárraga Jean.

“De ese modo, Televisa puso su abanico de espacios de comunicación a disposición del Licenciado, reitera Jesús Lemus en su texto. Y Azcárraga contactó al “súper policía” con Ricardo Salina Pliego y su televisora TV Azteca.

Maximiliano Cortázar Lara actualmente es un político militante del Partido Acción Nacional (PAN), en el que se desempeña como miembro de su Comisión Permanente.

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