El huracán Helene ha tocado tierra en la costa de Florida trayendo consigo devastación y muerte. Con vientos sostenidos de 225 km/h, Helene se ha destacado en la temporada atlántica como uno de los fenómenos más destructivos.
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Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), el ojo del huracán Helene, de categoría 4, rompió la calma en la región noroeste conocida como Big Bend. La violenta entrada ocurrió a las 11:10 de la mañana en la desembocadura del río Aucilla, a unas 10 millas de Perry. Este fenómeno ha sido clasificado como “muy peligroso”, un peligro inminente que está lejos de haber mostrado su peor cara.
Los meteorólogos expresan una profunda preocupación por las marejadas ciclónicas que amenaza con inundaciones hasta de 6 metros. El NHC ha destacado repetidamente el término “catastrófica” para describir las condiciones que podrían prevalecer en próximos días, mientras el violento vórtice sigue su curso destructivo.
En la región del Big Bend, se ha advertido a la población sobre el peligro de olas destructivas además que no se abandone sus refugios hasta nuevas noticias. “Esta es una situación extremadamente peligrosa y potencialmente mortal”, advierten las autoridades del NHC.
El huracán ya ha cobrado la vida de un hombre que se encontraba resolviendo fuera de casa.
Para mañana, el Gobernador DeSantis anticipa sumar nuevas cifras a las pérdidas y consecuencias humanas que vendrían con los diferentes calculos de daños registrados.
