A pura emoción. Así se vivió esta nueva edición del Yo Corro que reunió a familias, parejas, amigos y le sumó aventuras e historias de superación a un evento que, con esta, lleva ya 5 ediciones de magia y adrenalina.
Como siempre ocurre la playa fue el marco ideal para que la carrera despertara lo mejor de los corredores. Es que el mar y el aire salobre activan los sentidos, y eso quedó demostrado en las caras de felicidad que pudieron verse en cada uno de los que participó de la carrera.
Al decir “¡largada!” el entusiasmo fue unánime. Y una marea celeste y blanca invadió la costa, porque esta vez, a tono con el clima mundialista que sigue haciéndonos palpitar el corazón a todos, los participantes llevaron camisetas de ese color, que formaron parte del kit que se les entregó a cada uno de ellos.
El día se prestó para que la actividad saliera de maravillas. Como la largada fue a las 9 desde temprano, en la cuarta bajada, se fueron agrupando los deportistas, que elongaron guiados por un ‘profe’.
Luego llegó el momento de la cuenta regresiva junto al mar, enmarcados por el enorme arco rojo de la competencia. La salida arrojó las mejores postales para compartir, y muchos siguieron con los teléfonos celulares a los familiares y allegados que, llenos de energía, se lanzaron a recorrer los 6 km propuestos.
Los primeros participantes fueron llegando entre 20 y 30 minutos después, cansados pero plenos, tras vivir un recorrido único.
El ganador de la competencia fue Alberto Gago, un joven cipoleño de 36 años. Mientras que Maxmiliano Pinchulef (25) de General Conesa fue el 2ª y Martín Mesa (44) de Carmen de Patagones el 3º.
En el caso de las mujeres, la primera en llegar fue Carla Cabral, que es de San Antonio y corrió junto a su hija de 14 años. Natalia Álvarez (de Las Grutas pero ahora radicada en Cipolletti) fue la 2º y la 3º Soledad Acuña. Sole es de Benito Juárez, Provincia de Buenos Aires, y corrió junto a su pareja. Al llegar a la meta brindaron una de las imágenes más lindas de la carrera, porque sellaron con un beso la intensa recorrida.
Como siempre, la carrera estuvo plagada de historias para compartir. Como la de Milagros y su papá, Sebastián, que al llegar provocaron un aplauso cerrado. Es que la pequeña nació con sus extremidades sin desarrollar y, junto a su papi, atravesaron juntos el recorrido que Mili cerró con la más luminosa sonrisa.
“Siempre nos anotamos en estas carreras. Es algo que hacemos juntos y nos llena de felicidad” contó el hombre, emocionado.
Otros de los momentos tiernos fue el que regaló la llegada de Sebastián, que corrió junto a Vanesa, su mamá. La familia de Cipolletti provocó la ternura de todos. “Ahora Sebas siempre se prende en estas competencias, y hay que seguirlo, porque corre a full” comentó, entre risas, su mamá. “Se me unió en un tramito del trayecto, pero lo vivió a pleno” aseguró, mientras acariciaba al pequeño.
La pareja que cerró con un beso su llegada también compartió su historia. Se trata de Sole, de Benito Juárez, de la que se escribió antes porque fue la tercera mujer en llegar. “Con mi novio viajamos a Bariloche y también allí corrimos una carrera. De esta que se hacía en Las Grutas nos enteramos a último momento, así que nos anotamos. Para seguir mezclando turismo y deporte” sintetizó, feliz.
Los niños también vivieron su propio evento. Los más chiquitos llenaron de colorido y risas la arena. En este caso la largada se dio poco después de la llegada del último público adulto.
El tramo recorrido fue más corto, pero no menos emocionante. Porque los peques le pusieron todo la pasión al trayecto, generando la ternura de todos.
¿Los más chiquitos? Valentina, de dos años y medio, y Aitana de 4. Ambas son de Buenos Aires y sus familias llegaron para vacacionar, pero no quisieron perderse la actividad.
“Es la primera vez que ella corre. Su papá es el deportista de la familia, y esta vez quisimos que el trayecto fuera en plan familiar” comentó la mamá de Valen.
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