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Sociedad

Embarazo adolescente en Bariloche: qué dicen las estadísticas

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En los últimos años, la cantidad de menores de edad embarazadas disminuyó notablemente en el país. ¿Cuál es la situación en la ciudad?

19/06/2025 11:12 Hs.

En los últimos años, se notó un descenso notable en la cantidad de embarazos adolescentes. Foto: Marcelo Martínez.

El embarazo adolescente es una problemática social que afecta a todo el país, aunque tiene un mayor impacto en algunas provincias o zonas. Ser madre antes de los 18 años, en la mayoría de los casos, sin haberlo elegido ni pensado, genera un efecto cadena en otros aspectos de la vida de chicas menores de edad, como la interrupción de la educación formal, problemas de salud y la imposibilidad de inserción en la vida laboral más tarde.

A nivel nacional, las estadísticas no están actualizadas. La última Encuesta Nacional sobre Salud Sexual y Reproductiva del INDEC fue realizada en 2013, en la que se profundizó sobre el conocimiento que hombres y mujeres, de distintas franjas etarias, tienen sobre métodos anticonceptivos y prevención de enfermedades de transmisión sexual.

En 2024, se realizó una encuesta online con un muestreo muchísimo menor, que alcanzó a unas 2000 mujeres de entre 15 y 49 años del país, en la que se comprobó que los métodos más utilizados son el preservativo (39%), las pastillas anticonceptivas (34%), la ligadura de trompas (13%) y el implante subdérmico (11%).

En 2022, por ejemplo, en el país, 43.210 adolescentes de 15 a 19 años, tuvieron un hijo, mientras que ocurrió lo mismo con 1087 adolescentes menores de 15 años, también llamado embarazo precoz. 

Pero, ¿cuál es la situación en Bariloche? “Hay una especie de mito alrededor del embarazo adolescente”, sostiene Jessie Cortés, Licenciada en Obstetricia del hospital zonal de la ciudad y agregó que en los últimos años, se notó un descenso en las estadísticas que a esta problemática se refieren. 

Si bien esto ocurrió en todo el país, hay lugares en los que el descenso de embarazos adolescentes se dio de manera más fuerte y sostenida. Río Negro está dentro de estas provincias. 

“En los últimos 15 años se registró un descenso sostenido, sobre todo en los últimos cinco o seis años, tiempo en el que se vio muy marcada la baja. El problema más grave que era a lo que apuntábamos con las campañas o trabajos de prevención, era a las menores de 15 años, y ese número bajó aún más”, explicó.

El mayor acceso a la información, la apertura para hablar de salud sexual, la difusión en redes sociales y la ESI (Educación Sexual Integral) formaron parte de este trabajo de hormiga para hacer que la problemática no vaya en crecimiento, sino por el contrario, que se achiquen los porcentajes de mamás adolescentes. 

Cortés agregó además que desde el hospital zonal se realizaron muchísimos trabajos en pos de reducir la cifra de embarazos en menores de edad. “Siempre tratamos de brindar la información y la educación para la salud, con el objetivo de evitar que muchas mujeres jóvenes o adolescentes,  comiencen la vida sexual sin tener conocimientos de lo que implica y las posibilidades de métodos anticonceptivos que existen, además de la forma de prevenir enfermedades de transmisión sexual”.

El trabajo de difusión y la mayor apertura en la información se traducen en cifras. En 2015, por ejemplo, el índice de partos adolescentes en Bariloche era de un 14%. “Del último censo que se hizo años atrás, se desprendió que Argentina diminuyó la tasa total de embarazos adolescentes a un 9,5%. En ese entonces, Río Negro tenía una estadística del 9,2% de embarazos adolescentes y Bariloche estaba mucho más bajo, en un 7,8%”. 

En lo que va del año, el 6,5% de partos corresponde a madres adolescentes. Foto: Marcelo Martínez.

Esta cifra continuó en descenso y en lo que va de este 2025, del total de los partos que asistieron en el hospital zonal, que son 250 aproximadamente, el 6,5% corresponde a embarazos adolescentes. 

De todas maneras, en este número no está contemplada la cantidad de interrupciones voluntarias del embarazo en casos adolescentes, ya que no hubo acceso a las cifras. Sobre esto, desde el hospital señalaron que el mayor porcentaje de personas que acceden al aborto legal, son adultas. 

Además de la problemática social que implican las menores embarazadas, “nos preocupa porque los embarazos adolescentes también implican un riesgo biológico y nuestro objetivo es que las mujeres no lleguen a tener algún tipo de morbilidad por el hecho de gestar”.

De las menores de edad que llevan adelante un embarazo, un porcentaje pequeño, pero existente, lo deseó y buscó, muchas veces, como un intento de escapar a entornos violentos o de carencia en los que viven. Lo que sucede en estos casos, es que suelen acceder a las consultas y controles frecuentes, por lo que el riesgo de salud disminuye. 

“Uno de los riesgos más asociados a los embarazos adolescentes son partos prematuros, o bebés con bajo peso”, explicó Cortés, aunque también esta problemática se revirtió en el último tiempo.

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“Hace 25 años, el embarazo en adolescentes o embarazos precoces,  nos parecía realmente era un problema. En ese momento armamos un dispositivo especial para las adolescentes, interdisciplinario, pero terminó resultando inapropiado y se dejó de implementar. De esta forma, incluimos a las madres adolescentes en la atención regular, como cualquier otra embarazada, y logramos que estén más abiertas para recibir información”.

El descenso notable en las tasas de natalidad también contempla a las menores de edad. La cantidad de partos disminuye año a año y para las adolescentes, es igual. “Ahora llevamos unos 250 partos, cuando, por ejemplo en 1995, tuvimos más de 1500 o 1300 en 1998. Este era un número promedio, que comenzó a descender estrepitosamente en los últimos años”, sostuvo.

“Creo que es un fenómeno multicausal. Hay más información, hay más curiosidad por el cuidado del propio cuerpo, se descentralizó la atención sanitaria y cada barrio tiene su sala en la que las chicas pueden tener una consulta privada y respetuosa, entre otras cosas”.

El acceso a métodos anticonceptivos también es un factor a favor, aunque en el último tiempo está “tecleando”, como parte de la problemática de la Salud pública. La falta de pastillas anticonceptivas y preservativos, se tornó en una constante y se intenta priorizar la entrega a menores de edad o personas que no cuentan con los recursos. “Tienen prioridad las mujeres jóvenes y adolescentes y aquellas que ya tuvieron evento obstétrico”, afirmó.

La situación con respecto a esta problemática, cambió notablemente, aunque quede un arduo camino por recorrer y prejuicios y tabúes que derribar. “Afortunadamente, en los casos que se presentan, la mayoría de las jóvenes se arma de una red de contención, se rompieron prejuicios, se comenzó a entender que es algo que puede ocurrir, y no se cuestiona, se acompaña”, finalizó. (ANB)