El exsecretario de Turismo de Bariloche fue baleado al ingresar por error al Morro dos Prazeres en Río de Janeiro. La investigación señala a dos adolescentes como los presuntos autores.
Serían dos adolesentes quienes realizaron los disparos a Gastón Burlon. (Foto de archivo)
La investigación por el ataque al exsecretario de Turismo de Bariloche, Gastón Fernando Burlon, apunta a dos menores de edad como los presuntos autores de los disparos que lo dejaron en estado crítico. El hecho ocurrió este jueves (12) cuando Burlon, acompañado por su esposa y sus dos hijos, ingresó por error al Morro dos Prazeres, en la región de Santa Teresa, mientras se dirigían al Cristo Redentor.
Según el relato policial, Burlon conducía un Volkswagen Taos cuando fue interceptado por delincuentes que, al parecer, eran adolescentes. Testigos señalan que los atacantes le ordenaron detenerse, pero al intentar escapar, acelerando el vehículo, dispararon contra él. Los proyectiles lo alcanzaron en el pecho y la cabeza, dejándolo gravemente herido.
El exsecretario fue trasladado al Hospital Municipal Souza Aguiar, donde permanece internado en estado crítico. Las autoridades recogieron un proyectil de pistola en el lugar del ataque y continúan las investigaciones para identificar a los responsables.
El episodio ha conmocionado tanto a la comunidad de Bariloche como a las autoridades argentinas. Burlon es conocido no solo por su rol en el turismo regional, sino también por su labor como presidente de la Asociación Argentina de Viajes y Turismo de Bariloche. Su esposa, Nadia Loza, secretaria de Turismo de la provincia de Salta, y sus hijos ya prestaron declaración ante la Delegación Especial de Apoyo al Turismo (Deat), que lleva adelante la causa.
El incidente se suma a la preocupación por la seguridad en algunas zonas turísticas de Brasil y reaviva el debate sobre la participación de menores en hechos de violencia. La Policía Militar retiró el vehículo de Burlon, que había impactado contra un muro tras el ataque, mientras las investigaciones se centran en determinar la identidad de los atacantes.
El caso pone en el foco la responsabilidad penal de menores en crímenes graves y la necesidad de estrategias para proteger a turistas que, como en este caso, podrían terminar en áreas peligrosas debido a errores en los sistemas de navegación.
