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El empate sin goles de Ferro ante Talleres de Remedios de Escalada en la última fecha del campeonato decretó un nuevo fracaso para los de Caballito: durante el 2025 volverá a jugar en la Primera Nacional. Así, ya serán 25 años desde que descendió a la segunda categoría del fútbol argentino y no pudo volver.
Después de lo que fue la década dorada de los 80′ -no solo en el fútbol profesional, sino que en todas las disciplinas-, atravesó los 90′ con un gran declive y constantes crisis económicas. A tal punto que, a inicios del 2000, reportó un pasivo financiero de $16.000.000.
Allí comenzó su mayor bajón institucional. Ese mismo año descendió a la vieja Primera B Nacional, y de forma inmediata, se fue a la Primera B Metropolitana, el punto más bajo de su historia. En el medio, se declaró en quiebra y comenzó a ser gerenciado por Gustavo Mascardi, conocido empresario e hincha de Ferro.
Jugó dos torneos en la tercera categoría y volvió al Nacional, de dónde nunca más salió. Desde el 2005, el club empezó a ser gerenciado por la Justicia Argentina, hasta el 2014, cuando levantó oficialmente la quiebra y volvió a estar administrado por los socios.
Con algunos torneos más regulares que otros, Ferro nunca estuvo cerca de poder volver a la élite del fútbol argentino -en 2021 llegó a semis del Reducido pero cayó con Quilmes-. Una institución ejemplar en muchas de las disciplinas deportivas, pero que todavía mantiene la espina de todo lo que logró y no pudo sostener.
Simplemente por su nombre, cada temporada el Verdolaga se posiciona como uno de los equipos más importantes de la categoría. El año en curso no fue la excepción, porque además, se reforzó con jugadores de jerarquía como Ricardo Blanco y Franco Mussis, entre otros.
Con Jorge Cordon al mando del plantel -que ya estaba desde el 2023, donde quedó afuera en cuartos de final del Reducido-, Ferro daba indicios de buen juego en los primeros partidos. Pero de a poco, esas intenciones comenzaron a quedar tapadas por la irregularidad, a tal punto de que el deté dio un paso al costado: ocho ganados, nueve empatados y ocho perdidos, los números de Cordon en 2024.
En ese contexto, el que agarró la batuta fue Aníbal Biggeri, que recién salía de Chacarita. Pese a tener una nueva impronta y ganar cuatro de los primeros seis, la situación no cambió. En la recta final, cuando tenía que mantener los resultados, el Verde no respondió: estuvo siete partidos sin ganar y se quedó en las puertas del ingreso al Reducido. De yapa, tras un nuevo fracaso, volvió a quedarse sin deté de cara al 2025…
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