Si bien algunas cuestiones parecen haberse encaminado desde el 10 de diciembre a esta partes, otras no y dependen aún de cierta logística que acarrea ya no sólo incertidumbre sino parates concretos.
Es el caso de la industria automotriz, pieza fundamental de la economía argentina, que tras varios meses de no poder afrontar pagos en dólares a casas matrices o firmas del exterior, hoy sigue arrastrando esa problemática que afecta directamente a la producción.
En el caso de General Motors (GM), este martes se conoció la noticia de que decidió suspender sus operaciones en el Complejo Industrial de General Alvear, provincia de Santa Fe hasta el 4 de marzo, cesanteando momentáneamente de sus funciones a los empleados, quienes seguirán percibiendo sus sueldos.
El Economista Motor se puso en contacto con el área de Comunicaciones de la terminal quienes confirmaron la medida: “GM informa que, tras un acuerdo con sus proveedores afectados por los pagos en el exterior, retomará la producción en su planta de Alvear el próximo 4 de marzo”.
Cabe recordar que en ese lugar se fabrica el Chevrolet Tracker, modelo que lideró los patentamientos locales del segmento de los SUV compactos durante 2023, totalizando 12.363 unidades; la producción del Cruze cesó en diciembre, aunque aún habrá varios meses de ventas de unidades (tanto de la silueta hatch como sedán) ya listas o en stock en los concesionarios.
En el Complejo de Alvear, que en noviembre pasado cumplió 25 años, trabajan 1.200 empleados directos y más de 2.000 empleados indirectos de contratistas que acuden diariamente a cumplir distintas tareas.
Marcelo Barros, secretario general de SMATA de Santa Fe, declaró a Radio LT8: “Tenemos un acuerdo para justar el salario según el aumento de costo de vida, y en los últimos dos meses tuvimos 38% de aumento”.
“Aunque el trabajador no pierde su salario, por un acuerdo que hicimos con la terminal, esto nos alarma porque la empresa no aclara qué es lo que pasa. En diciembre dejó de fabricarse el Chevrolet Cruze y por eso tuvimos 130 retiros voluntarios; además, las fundas para las camionetas Chevrolet Tracker se traen desde Brasil y, entonces, la sección de costura -donde trabajaban chicas que tenían entre 20 y 21 años de antigüedad – se cerró”, sostuvo.
Más allá de la preocupación lógica del gremio, GM dejó en claro este verano -en el marco de sus acciones institucionales- que tiene planes concretos de lanzamientos de nuevos modelos para este año que incluyen no sólo modelos importados, como la Chevrolet Silverado, sino también versiones especiales de la propia Tracker.
Caída de producción y ventas
Este lunes se dio a conocer el primer reporte de 2024 de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), el cual reflejó lo mismo que ya había mostrado el de los patentamientos: un derrumbe del sector.
ADEFA informó que en enero la producción de vehículos alcanzó las 22.643 unidades, un 38,8% menos que diciembre y 16,7% por debajo del volumen de enero de 2023. En tanto se exportaron 15.302 vehículos, una baja del 29,8% respecto de diciembre, aunque un 34,7% más en comparación con enero del año pasado, gracias a los envíos a Brasil.
En cuanto a ventas mayoristas, el sector comercializó a la red de concesionarios 15.942 unidades, un 36,4% menos que diciembre y un 27,9% por debajo de enero del año pasado.
Con el receso estival, que se extendió hasta mediados de enero, las terminales contaron con un total de apenas 11 días hábiles de actividad, dos jornadas menos que el mes anterior.
“Producto del receso estival de la mayoría de las terminales que se extendió desde mediados de diciembre hasta mitad de enero, sumado a temas de estacionalidad y coyuntura, el sector inició el año con los principales índices a la baja, a excepción de las exportaciones que producto de la mejora de los envíos a Brasil (+131,04%), alcanzó una participación sobre la producción del 67,6%, reafirmando el perfil exportador del sector”, señaló Martín Zuppi, presidente de la entidad que nuclea a las automotrices radicadas en el país.
Independientemente del contexto y a la espera del cierre del primer trimestre para proyectar el año, el directivo dijo que “las medidas que se implementaron hasta el momento, tales como las alternativas para hacer frente a la deuda comercial (Bopreal), el cronograma de flujo de pagos al exterior para nuevas importaciones, la exclusión de las importaciones temporales del impuesto PAIS y la modificación del impuesto interno, entro otras, son señales que alientan a continuar trabajando en conjunto en pos de una agenda de corto y largo plazo enfocada en mejorar el nivel de actividad de manera sustentable en el tiempo”.
El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, alertó que durante los meses de agosto y septiembre la producción fabril volvió a mostrar signos de caída, ante un nuevo declive en las ventas en el rubro consumo masivo, principalmente, lo que provocó “más incertidumbre” en las Pymes.
El último informe del Observatorio IPA señaló que en junio se registró un piso de la actividad, con un rebote en julio, aunque con la “peligrosidad” de la instalación de un “amesetamiento” para el segundo semestre.
“El mercado está planchado. Durante la primera semana de agosto comenzó a caer nuevamente la demanda y eso lo estamos registrando en los pedidos y la falta de producción en las fábricas. No estamos viendo un repunte sostenido en el consumo masivo, por lo que podríamos estar frente a un pronunciado amesetamiento de la actividad”, afirmó Rosato.
El presidente de IPA descartó una “reactivación”. Y explicó: “La nueva caída se debe a los últimos aumentos de energía, con un mercado que da señales negativas, sin reactivación, y que muestra un nuevo descenso, aunque sea leve. Durante julio hubo una expectativa positiva, por efecto en el consumo del aguinaldo de medio año, pero ya en agosto y en lo que va de septiembre, las ventas volvieron a mostrar retracción”.
Rosato explicó que “la suba de los precios de energía, tanto en gas, como en electricidad, golpeó al poder adquisitivo de los trabajadores, lo que provocó un aumento en la inflación que debieron afrontar los hogares”. “Por otro lado, las empresas vieron aumentados sus costos, lo que se tradujo en aumentos en los precios, en el menor de los casos, y pérdida de rentabilidad”, señaló.
El informe del Observatorio IPA, realizado por Pablo Bercovich y Martín Kalos, destacó que “junio parecería haber marcado un piso para la actividad económica”.
“En junio, la construcción comenzó a rebotar mientras que industria, comercio, intermediación financiera y varios otros sectores desaceleraron su depresión. Es probable que en julio comience, ahora sí, un amesetamiento generalizado; con algunos rebotes que se sumen a los tres sectores en verde (agro, Oil & Gas, minería) para que el EMAE en promedio marque una suba”. Sin embargo, en línea con la última encuesta realizada por IPA, el informe confirmó que “el endeudamiento por parte del sector privado efectivamente está elevándose, tanto bancario como el financiamiento proveniente del mercado de capitales”.
“En un contexto recesivo, que las PyMEs prevén que continúe, es poco probable que el endeudamiento sea con fines productivos. Se trata ante todo de tácticas de supervivencia y del aprovechamiento de los instrumentos financieros disponibles ante los cambios en la estrategia de comercialización por parte de los bancos”, destacó.
El análisis del Observatorio IPA destacó que “la información estadística publicada por el BCRA respalda lo relevado por el Observatorio IPA en las encuestas: en efecto, el endeudamiento del sector privado ha aumentado durante todo 2024″.
“La variación en el total de endeudamiento privado para los meses de julio y agosto a nivel interanual y acumulado (para julio) y acumulado para agosto, y también los niveles de inflación (para agosto, una inflación acumulada estimada de +94% a.i. al 23 de agosto, que es la fecha del último dato disponible para los datos del BCRA)”, señaló.
“Los instrumentos de endeudamiento seleccionados son adelantos en cuenta corriente, documentos descontados (ambas en pesos) y documentos a sola firma (en dólares). Estos fueron seleccionados porque son el tipo de instrumento para endeudamiento para gastos corrientes de las empresas (en pesos los primeros y en dólares los segundos). Por lo que los primeros pueden responder al pago de salarios y, el último, a proveedores (importadores)”, sostuvo el informe.
5 DATOS MUY PREOCUPANTES DEL MUNDO PYME
4 de cada 10 empresas indicó estar endeudada, lo cual es problemático dado que el 43,3% de las empresas cree que en 6 meses su situación será peor que la actual y el 30,8% prevé despedir empleados/as en ese mismo lapso de tiempo.
La actividad económica cayó -3,9% i.a. en junio, y en particular la Industria manufacturera se contrajo -20,4% i.a.. Al interior de la industria manufacturera hay una clara y peligrosa homogeneidad: todos los sectores están en una peor situación que el año pasado, en tanto muestran desde el mes de marzo una variación interanual negativa.
El endeudamiento del sector privado efectivamente está elevándose, tanto bancario como el financiamiento proveniente del mercado de capitales. En un contexto recesivo, que las PyMEs prevén que continúe, es poco probable que el endeudamiento sea con fines productivos. Se trata ante todo de tácticas de supervivencia y del aprovechamiento de los instrumentos financieros disponibles ante los cambios en la estrategia de comercialización por parte de los bancos.
En gran medida las empresas se están endeudando para el pago de sus gastos corrientes, ante la caída de los ingresos por la recesión. Principalmente para sostener el empleo, es decir, para el pago de salarios. Pasada la primera etapa de despido de personal “prescindible”, en muchos casos el actual personal es el mínimo necesario para el funcionamiento de la empresa. Si se tuviera que despedir más gente, prácticamente equivaldría a cerrar la empresa también.
El 38,5% considera que el RIGI tendrá un efecto negativo sobre su situación. Asimismo, el 42,3% de las empresas respondentes indicó tener deudas, lo cual resulta llamativo en tanto la evolución prevista para el futuro es negativa.
El Merval sigue arrasando contra toda bolsa del mundo comparable, y eso es un muy buen dato. “No es usual ver que las acciones argentinas se descorrelacionen del mundo o de la región”, reconocen desde Delphos.
El índice de referencia marcó un nuevo récord desde 2018 en US$ 1.405, posicionándose así a 28% de su máximo histórico en US$ 1.800.
“Entre los papeles que vienen destacando, podemos mencionar a los vinculados a la construcción y real estate, es decir, a industrias cíclicas. De hecho, entre los activos que la última semana superaron el desvío estándar de retorno diario (sobre una ventana de media año) encontramos a IRSA, CTIO, GCDI, HARG y TXAR”, dijeron desde Delphos.
IRSA INVERSIONES Y REPRESENTACIONES S.A. (IRSA)
CONSULTATIO S.A. (CTIO)
GERENCIAMIENTO DE PROYECTOS Y DESARROLLOS INMOBOLIARIOS S.A. (GCDI)
HOLCIM (Argentina) S.A. (HARG)
TERNIUM ARGENTINA SOCIEDAD ANONIMA (TXAR)
“Entendemos que puede ser consecuencia de un renaciente optimismo sobre la actividad económica local, tal como sugieren algunos datos de alta frecuencia”, dijeron.
Por ejemplo, esta semana se conoció que la actividad de la construcción creció 8% mensual ajustada por estacionalidad, mostrando que la actividad inmobiliaria habría hecho piso en mayo-abril. También puede tratarse de un optimismo vinculado a expectativas sobre un buen blanqueo, que podría canalizarse al sector inmobiliario.
“Somos optimistas sobre el repunte de la actividad económica, y efectivamente creemos que la construcción privada será uno de los motores de la economía”, dicen. Pero, advierten, “con precios de mercado tan elevados, sugerimos ser selectivos a la hora de elegir papeles para apostar al repunte cíclico”.
Entre ellos, dicen: “Nos gustan LOMA (por sobre HARG) y CTIO, mientras que TXAR y ALUA siguen sin estar entre nuestras elegidas por el riesgo que corre si se siguen liberando importaciones de acero”.
El dólar blue abrirá este jueves a $1.255 para la compra y $1.285 para la venta.
En tanto, el dólar MEP lo hará en $1.230 y el contado con liquidación a $1.256.
El tipo de cambio mayorista es de $958,50 con lo cual la brecha con el dólar paralelo es de 31%. El valor del billete en el Banco Nación es de $978 y en el promedio de los bancos es de $994,41.
El Banco Central compró ayer US$ 21 millones y ahora el saldo del mes es negativo en US$ 142 millones. Las reservas brutas se ubican en US$ 27.245 millones. (NA)