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Globalización segmentada: el mundo que se viene para comerciar, según Andrés Malamud

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30 de octubre 2024 – 22:26

El politólogo y académico Andrés Malamud expuso sobre la dependencia económica, la autonomía política y la bomba social de la región. Qué dijo.

“Lo que viene es complejo y de las consecuencias dependen de las elecciones, de cómo se dé, de lo que suceda en China, y dependen menos de lo que podamos hacer nosotros”, advirtió Andrés Malamud, académico de la Universidad de Lisboa y señaló que las cadenas de suministro interregionales son las que pueden tornar diferente al acero de la soja, anulando las diferencias interverticales del continente.

La soja va para China: el acero puede crear un mercado continental. Explicó que si ganaba Trump, íbamos a un tipo de guerra diferente: de las balas al proteccionismo. A continuación lo más relevante de su exposición en ALACERO.

  • El desarrollo de un país depende del poder. Gran Bretaña es pionero del desarrollo porque basó su producción en los países que dominaba. Necesitamos servirles a los desarrollados, serles útil. Y la utilidad que tenemos para ellos es decreciente. El mundo no ve a América Latina como unidad, y eso es porque no lo es.
  • Vamos hacia un mundo post-occidental, donde Asia es el 60% de la economía. Hoy, ya tiene el 60% de la población. EEUU va a seguir siendo una potencia, China también. Lo que viene es India, y va a afectar el largo plazo de nuestra existencia. Será el centro de las charlas. América Latina no será relevante: pero lo que importa es que sea próspera. Y deberá importarle a las potencias para lograrlo. Europa es un continente en decadencia. Alemania tiene uno de los peores registros económicos delos últimos 5 años, y es la potencia que mueve Europa. Dependía del gas barato de Rusia; del comercio de China; de la defensa de EE.UU. Por eso, Alemania arrastra a Europa, y la preocupación es amortiguar la decadencia.
  • Cuenta EEUU, cuenta China, contará India. En 20 años, China pasó de nada a la cima del mundo. El resto de las potencias industriales están relativamente estancadas. El despegue chino es incomparable, nunca pasó en la historia. El mundo está estancado: China se mueve, e India de a poquito también. China está aportando también en tecnología. Entre el 80-90% de las apps de nuestros celulares son de EEUU. En China, la proporción es exactamente al revés Europa no manda en ninguno. Y sufre las consecuencias.
  • Por ejemplo, autos: incluyen acero, tecnología, mano de obra y comercial internacional. La transición energética pasa por los autos eléctricos. China ya está lejos adelante de los demás y exporta buena parte de su producción. El resto de los países mayoritariamente abastece sus propios mercados internos.
  • Vivimos en un mundo post-occidental, y no nos damos cuenta porque somos occidentales. América Latina surgirá de este cambio diferente, no necesariamente peor. Va a depender de muchas variables, y sobre todo si estamos al norte o sur de Panamá.
  • La nueva ruta de la seda integra a Asia, salvo la India, integra a África, divide ligeramente a Europa, y divide cada vez más a América Latina. Jair Bolsonaro y Javier Milei dijeron que no hacían negocios con China: ambos cambiaron. La dependencia con China es cada vez más, incluso en México, que depende más de EEUU.
  • Los latinoamericanos cada vez comerciamos menos entre nosotros. No tenemos economías complementarias debido a la primarización. Para aprovechar el “nearshoring”, hay que nadar contra la corriente. ¿Globalización o regionalización? Yo digo que globalización segmentada. En Latinoamérica la geografía nos divide. En la región, la dependencia económica nos marca: somos consumidores de otras regiones. Pero, por primera vez en la historia, tenemos autonomía política, no importa quién gané en cada país. Milei, Bolsonaro, Boric, Sheinbaum: EEUU no mueve un dedo. Lo que se mantiene es la turbulencia social. Hay políticas más favorables y menos favorables para cada país.
  • Brasil y Argentina tienen que hacer mejor las cosas porque si no la primarización es inevitable. China es el mayor productor de los principales commodities que el mundo necesita. América Latina no agrega valor a lo que produce.
  • La economía está cada vez más globalizada; la seguridad, cada vez más regionalizada. Esto hace que cambien las necesidades de gestión política y obligan a la coordinación internacional. Es un fenómeno a contracorriente del comercio, que va hacia la descoordinación.
  • Por primera vez en la historia, hay un segmento juvenil que es más reaccionario que sus padres. Hay dos razones: primero hay una reacción contra lo políticamente correcto, segundo es que se divorciaron las burbujas digitales, unos transmiten agresividad, otros transmiten paz y amor. Las consecuencias políticas y sociales son drásticas. Entre ellas, un colapso demográfico. Y abrir la inmigración, genera conflicto y se extreman las posiciones políticas. Son los jóvenes los que están definiendo los procesos políticos.
  • ¿Qué países es más democrático? ¿EEUU o China? Pero hay más chinos diciendo que China es más democrática que EEUU, que americanos diciendo que EEUU es más democrático que China. Además, están ganando partidos que tienen pocos años de existencia, a veces menos de 10. Esto pasa en Latinoamérica y en Europa también. El impacto en América Latina es que nos fragmenta todavía más.
  • Si gana Trump, vamos a un tipo de guerra diferente: de las balas al proteccionismo. ¿Qué nos conviene? Hay que tener el lápiz afilado. Ningún resultado tendrá impacto claro, pero lo tendrá, sobre todo si impugnan el resultado.
  • Hay gente que considera que no hay margen para desafiar a los que mandan. Hoy es claro que ningún país tiene la capacidad de imponer sanciones restrictivas. Hay que tener un millón de amigos, Latinoamérica no puede optar. Necesita inversiones, mercados y base geopolítica. No tenemos guerras, tenemos estabilidad, pero después hay que diversificar socios y oportunidades. El que se cierra, pierde.
  • Las cadenas de suministro interregionales son las que pueden tornar diferente al acero de la soja, anulando las diferencias interverticales del continente. La soja va para China: el acero puede crear un mercado continental.