Publicada
hace 2 mesesel
En una acción deliberada y estratégica, la Mesa Nacional del Transporte ha decidido aplazar el paro nacional de 24 horas que afectaría a trenes, aviones y barcos en todo el país hasta el 30 de este mes. Los dirigentes buscan garantizar un impacto significativo al diferenciarse de la CGT, pero también asumen las complejidades del entorno. La notable ausencia de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), liderada por Roberto Fernández y en pleno proceso de negociación salarial, deja entrever la posibilidad de una notable disminución en la participación de su afiliación dentro de la protesta planeada.
Esta crucial decisión fue alcanzada durante un plenario realizado este martes en el Complejo Deportivo de la Federación de Peones de Taxis, una reunión que convocó a las comisiones directivas y cuerpos delegados de los varios sindicatos transportistas, representantes de entidades como Camioneros, pilotos, y marítimos del SOMU, así como la participación de asociaciones provinciales que expresaron su apoyo al movimiento.
El aplazamiento del paro surge como respuesta a la situación delicada que atraviesa la UTA en sus negociaciones salariales, estando actualmente bajo una conciliación obligatoria impuesta por la Secretaría de Trabajo. Esta medida legal impide tomar acciones de fuerza durante su vigencia, obligando a las partes a seguir el curso de diálogo. Con una audiencia programada para continuar estas tratativas este jueves, la UTA se encuentra en una encrucijada donde la persistencia de desacuerdos podría determinar su involucramiento en el paro hacia fin de mes, tras el término de la conciliación el 28 de octubre.
Existen visiones contrapuestas sobre el adecuado momento para ejecutar la huelga, las de aquellos que abogan por la inclusión de la UTA dado su rol crítico en el sector. No obstante, la dinámica dentro de la Mesa Nacional del Transporte revela un ambiente de precauciones y especulaciones, especialmente trabajo intentan descifrar las verdaderas intenciones detrás de la abstención deliberada de la UTA en el plenario. La actitud percibida como dialoguista de sus líderes, parece sugerir sus reservas a adherir plenamente al paro programado.
En un paisaje donde la sincronización de fuerzas sindicales es esencial, la programación del paro para el 30 de octubre se asoma como una jugada clave. Evaluar la cohesión de los sindicatos transportistas y su capacidad para influir principalmente en los ámbitos público y privado, presagia un panorama de negociaciones intensas y decisiones firmes que prometen repercusiones a nivel nacional.
Max Keiser advierte a Bukele sobre el riesgo de explotar la mina de oro de El Salvador
Parques Nacionales celebra la derogación de la Ley de Emergencia Territorial Indígena: “Hoy decimos basta”
Patricia Bullrich se aleja cada vez más de Macri: “Ahora no me frena nadie”
El inesperada cirugía estética que se hizo Tini Stoessel: mirá cómo luce ahora
MicroStrategy entra al índice NASDAQ 100
Google lanza Gemini 2.0: Innovación y nuevas experiencias de IA