La fiscalía lo había adelantado en su alegato de apertura en el marco del juicio oral y público por jurados populares que se sigue contra Fernando Alves Ferreira. Así, mediante testimonios, quedó claro que de manera simultánea al hallazgo del cuerpo y las primeras medidas investigativas, el acusado llamó a la policía para denunciar la desaparición de la víctima. Para la fiscalía, se trató de una maniobra para desviar el foco de atención, que pronto se posaría sobre él.
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En su alegato de apertura, el fiscal jefe Martín Lozada había señalado que inmediatamente a perpetrado el homicidio, el acusado intentó una serie de maniobras para registrar en su teléfono celular, una aparente profunda preocupación por la “desaparición” de Eduarda. Así, desde horas de la madrugada, escribió diversos mensajes para que en sus comunicaciones quede asentada la situación.
Ya por la mañana, se comunicó telefónicamente ante las autoridades señalando que en horas de la madrugada había dejado a su “amiga” junto a un puente blanco de Circuito Chico, vestida de jeans y pantuflas. Quien lo atendió, lo notó desesperado y nervioso.
Pero la policía ya tenía información sobre el cadáver. Es que alrededor de las 9 de la mañana un turista alertó a la Subcomisaría 55 sobre la presencia de un cuerpo sin vida, bañado en sangre, en un sendero que conduce al lago Escondido, en dicho circuito turístico de la ciudad.
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De inmediato se activó el dispositivo de emergencia que incluyó la convocatoria de la fiscala Betiana Cendón, el Gabinete de Criminalística y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales que depende directamente del Ministerio Público Fiscal.
En las primeras entrevistas que los investigadores tuvieron con Alves Ferreira, ratificó esa versión inicial, señalando que Eduarda se encontraría esa noche con un hombre y que él la acercó hasta un lugar que no pudo precisar, de Circuito Chico. Pero entre otros detalles, sus incongruencias y lo increíble del relato, casi de inmediato lo convirtieron en el principal sospechoso.
Es que para los pesquisas resultaba inverosímil que alguien deje a su amiga en una zona boscosa y desconocida para ella, por tratarse de una extranjera con poco tiempo habitando en la ciudad, y por si fuera poco en pantuflas.
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Otro de los testimonios recibidos este martes en el inicio de la segunda jornada del juicio fue el de la excuñada de Alves Ferreira. La hermana del hombre con el que el acusado había contraído un matrimonio igualitario. La mujer contó detalles de la relación y, aunque no es materia de investigación, relató que la familia nunca creyó en la muerte natural de Marcelo Ramírez, deslizando una eventual sospecha sobre el acusado.
También se escuchó esta mañana el relato del comisario Mario Muñíz, quien brindó precisiones sobre las “cartas de llamadas”, en relación a los tres llamados que recibió ese día el servicio de emergencias 911, por parte de turistas, cuando se produjo el lamentable hallazgo del cadáver de Eduarda.
El municipio trabaja junto a feriantes de Punto Panorámico para la regularización del sector, y el lunes se llevó a cabo una reunión en la Subsecretaría de Inspección General con referentes de la Subsecretaría de Cultura y los puesteros del lugar.
Las partes abordaron diferentes puntos para comenzar un reordenamiento de los comerciantes del lugar y poder llegar a una posible regularización.
En la reunión se acordó que los feriantes deberán nombrar representantes que servirán de interlocutores con el Municipio. Además, tendrán que elaborar un reglamento interno con pautas de convivencia.
Por su parte, el Municipio otorgará permisos y fijará un canon correspondiente para cada una de las actividades.
Por otro lado, se informa a la comunidad que el número de feriantes ha alcanzado su límite y, por lo tanto, no se podrán inscribir nuevos puestos por el momento.
Thomas Octavo falleció en una clínica privada de Buenos Aires el 25 de octubre de 2023, pero arrastraba varios días de convalecencia que habían iniciado en Bariloche, durante su viaje de egresados. La fiscalía aún no logró encontrar a varios de los médicos que pretende investigar y aseguró que uno de ellos escapó hacia Italia. El juez Juan Pablo Laurence le otorgó una última oportunidad para sentarlos en el banquillo y postular las medidas a tomar en la investigación.
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El juez Juan Pablo Laurence presidió este mediodía una larga audiencia que culminó con un cuarto intermedio que se extenderá hasta que así lo determine la disponibilidad de agenda de la Oficina Judicial, luego de planteos cruzados de las partes, que quedaron sin resolución por el momento.
En el caso pretende investigarse la responsabilidad penal que pudiera caberle a cualquiera de los profesionales médicos que asistieron a la víctima, Thomás Octavo, desde el momento en que padeció los primeros síntomas de una enfermedad, el 19 de octubre de 2023, hasta su fallecimiento ocurrido el 25 en una clínica privada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La atribución también alcanza a aquellas personas que tenían al menor a su cargo, es decir, los coordinadores del grupo de estudiantes oriundos de San Justo.
El punto clave de la cuestión es que aún hay profesionales que no pudieron ser correctamente individualizados. De hecho, a una audiencia anterior, fue llevado un sujeto homónimo al profesional buscado, que lógicamente tuvieron que retirar de la sala entre pedidos de disculpas.
Las partes coincidieron en señalar que se trata de una causa compleja, que además se inició en noviembre pasado luego de que se determinara la competencia de la justicia rionegrina para investigar lo ocurrido, ya que la causa se había originado en los tribunales bonaerenses.
De acuerdo a la información recopilada en el legajo judicial, el joven comenzó a sentirse descompuesto el día 19 y fue asistido ese mismo día en una sala médica del hotel en el que se alojaba, aunque todavía no está claro el nivel de preparación profesional de esa persona que lo asistió.
Luego el muchacho permaneció en su habitación, sin que le provean agua y comida y fue revisado por tres médicos hasta el momento en que el contingente del que formaba parte retornó a San Justo, el lugar de origen. Ya en provincia de Buenos Aires fue asistido en un centro asistencial de Valentín Alsina y luego en la clínica Santa Ana, donde finalmente falleció. La fiscalía aclaró que en éste último centro asistencial, están todos los médicos individualizados y se cuenta con la historia clínica completa, pero al parecer ninguno de ellos habría tenido intervención en lo que denominó “cadena de omisiones”.
La fiscalía detalló que el joven no recibió los cuidados médicos y los cuidados personales mínimos que requería la situación, siendo menor de edad y habiendo permanecido bajo la esfera de responsabilidad del personal de la empresa Travel Dance, aunque también auguró que la responsabilidad podría llegar hasta la primera doctora que lo atendió en el centro asistencial de Valentín Alsina, ya que en el resto de los casos ya se trataba de un cuadro grave de terapia intensiva, en el que fue en vano cualquier intento por sanarlo.
El joven falleció por una neumonía séptica bilateral y la familia denunció a la empresa por la deficiente asistencia médica que le dispensaron y que provocó el cuadro fatal que fue imposible revertir a su llegada a Buenos Aires.
Según el relato de la propia madre del joven, la doctora de Valentín Alsina explicó el cuadro del muchacho “por la joda que hay en Bariloche”. Disconforme con la respuesta, intentó ir al hospital Penna de Parque Patricios y ante la cantidad de gente se dirigió a la clínica privada de Villa Soldati en donde su hijo se desvaneció en la puerta y falleció ya en la unidad de cuidados intensivos.
Dos vehículos protagonizaron un violento accidente de tránsito, que dejó sólo daños materiales, y que ocurrió a 100 metros de la planta donde se realiza la verificación técnica vehicular.
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El accidente ocurrió esta mañana e involucró a un vehículo Jeep y a un Ford Ka. El primero de los dos salía de la planta de verificación técnica y al llegar al cruce con Esandi, colisionó contra el vehículo menor, que transitaba en dirección a la ruta de Circunvalación.
Fuentes del caso indicaron que no se registraron personas lesionadas aunque el congestionamiento vehicular en el lugar fue importante.
Efectivos policiales acudieron al sitio y se concentraron en el ordenamiento del tránsito, teniendo en cuenta que no fue necesaria la intervención de otros organismos ni el traslado de personas involucradas.
La mujer que conducía el Jeep y el joven que iba al mando del Ford Ka intercambiaron la documentación pertinente y los seguros, para luego pactar la reparación de los daños.