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Cultura y Educación

Hasta 3 millones en premios otorga el Premio de Pintura del Banco de Córdoba

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Está abierto para artistas de toda la Argentina mayores de 18 años. Hay tiempo para inscribirse hasta el 26 de septiembre en el rubro Pintura y el 28 de octubre en la categoría Mural.

El Banco de la Provincia de Córdoba abrió la convocatoria para el 17º Premio de Pintura BANCOR 2024 para artistas y muralistas de todo el país. En la categoría Pintura habrá premios entre un millón y medio y tres millones de pesos, mientras que para el rubro Mural se instituyó un primer premio de tres millones. En la primera de las instancias, hay tiempo para participar hasta el 26 de septiembre, en la segunda hasta el 24 de octubre.

En conjunto, el fondo que se distribuirá entre ganadores totaliza 12 millones, según la información que la entidad hizo llegar a El Cordillerano. “La nueva edición de alcance nacional tiene como novedad la convocatoria a muralistas de todas las provincias y la participación en el jurado de los artistas Carla Barbero, Milo Lockett, Sofía Torres Kosiba, Hugo Albrieu y Dino Valentini”, precisa el envío.

Al momento de lanzar el certamen, el presidente de BANCOR destacó el carácter federal del premio. Raúl Paolasso también resaltó “la prestigiosa trayectoria en la cultura nacional desde hace 17 años” que tiene la iniciativa cordobesa. Las inscripciones para participar en la categoría Pintura estarán abiertas hasta el 26 de septiembre y para Muralismo hasta el 24 de octubre. Cabe puntualizar que, en el último de los casos, el proyecto ganador se realizará en la capital de la provincia mediterránea.

Pueden participar interesados mayores de 18 años con temática libre para las dos categorías. “El Premio de Pintura BANCOR es uno de los más prestigiosos y esperados del país por la comunidad artística nacional, tanto por los fondos estímulos otorgados como por la calidad de sus jurados, los procesos de selección y la permanencia y coherencia conceptual que mantiene desde sus inicios en 2008”, añade la presentación.

En efecto, “el espíritu federal de la distinción se refleja en la activa participación de artistas de Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, San Luis, Mendoza, San Juan, Santiago del Estero, Jujuy, Tucumán, Catamarca, Salta, La Rioja, Chaco, Neuquén, La Pampa, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego”, puntualiza el llamado. “Un año más, BANCOR renueva su compromiso con la cultura y el arte argentino, fomentando las expresiones artísticas y promoviendo la inclusión y el acceso a los bienes culturales de nuestro país”.

En la categoría Pintura el Primer Premio Adquisición significará 3 millones de pesos para el o la artista; el Segundo Premio Adquisición 2 millones y el Tercero un millón y medio de pesos. En tanto, se instituyeron tres menciones Arte BANCOR Joven Adquisición (hasta 35 años) de un millón de pesos cada una. En Muralismo, el Primer (y único) Premio representará también 3 millones de pesos.

“En la modalidad Pintura, podrán presentar obras artistas individuales o colectivos de todo el país, y la temática es libre. Quienes fueran seleccionados por el jurado deberán enviar sus obras de manera física al Museo Tamburini”, precisan las bases y condiciones. “Para la categoría Muralismo, esta edición presenta la novedad de convocar por primera vez a artistas individuales o colectivos de todo el país, a proponer un proyecto inédito de temática libre. La obra ganadora se ejecutará en un mural a designar por la organización en la ciudad de Córdoba”.

Para conocer más detalles, interesados e interesadas “deben consultar las bases y condiciones de cada uno de los concursos y el instructivo de inscripción”. Para acceder a inscripciones debe hacerse desde el enlace Premiopintura.bancor.com.ar. Para consultas, se puede escribir a [email protected] o chequear Premio Pintura BANCOR en Facebook. ¡A probar suerte!

Cultura y Educación

El nombre de Bariloche, fruto de una exageración y un error

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En sus orígenes, se adquirió el poblado a una local comercial y además, se dio por válida una denominación mal transcripta.

Inmediatamente después de la Campaña al Desierto, los nombres que identificaron a los espacios aledaños a donde hoy se emplaza la ciudad eran los mapuches históricos, como Tequel Malal o inclusive Nahuel Huapi. Después, al prosperar el emprendimiento de Carlos Wiederhold, comenzó a llamarse San Carlos al incipiente poblado. Pero como en la Argentina ya había decenas de pueblos con nombre idéntico hubo un problema a resolver para el Correo.

Fue su intervención la que imprimió la denominación San Carlos de Bariloche al pueblito a principios del siglo XX. Esa es la especulación que compartió Susana Bandieri en su “Historia de la Patagonia” (Editorial Sudamericana-2005). La historiadora neuquina, especializada en la región, indicó en su libro que “si bien el turismo, sobre todo internacional de altos ingresos, es en la actualidad uno de los rubros que mayores entradas producen en la Patagonia frente a la crisis de las actividades productivas antes dominantes, no hay todavía trabajos suficientes para reconstruir desde la historia tal proceso, con la sola excepción de su expresión más antigua en el tiempo, la ciudad de San Carlos de Bariloche, que cuenta con una interesante producción historiográfica”.

En efecto, tales trabajos determinaron con precisión cuáles fueron los orígenes de la ciudad, después de la Campaña al Desierto (1879-1885). “Recuérdese que la localidad del oeste rionegrino […] reconoce un pasado ganadero común con el resto de las zonas andinas por su condición fronteriza. Migrantes chilenos y colonos suizos y alemanes radicados en las provincias del sur de Chile fueron los primeros en aventurarse a estos lugares luego de la conquista militar”.

Como más o menos se sabe, “en el sitio donde hoy se encuentra la ciudad de San Carlos de Bariloche se instaló primero, en 1895, un almacén de ramos generales, propiedad de uno de esos pioneros, Carlos Wiederhold, de origen alemán. El comercio, llamado primero ‘La Alemana’ y luego ‘San Carlos’, daría sin proponérselo nombre al futuro asentamiento. Dicen que el correo, para no confundirse con otros lugares llamados de igual modo, decidió agregar al paraje el nombre con que se conocía el famoso paso de conexión con Chile que usaban los indios del lugar –llamado de los ‘vuriloches’-, luego por deformación Bariloche”, según la especulación de Bandieri.

En realidad, ya hacia 1850 se hablaba de Bariloche, aunque en mapas chilenos de principios del siglo XIX se lee claramente “Paso Buriloche”. La versión más difundida habla de un error que se cometió al redactar el decreto que reconoció la existencia del poblado de San Carlos. No obstante, la confusión parece datar de medio siglo antes, cuando al momento de comentar un mapa que tuvo como autor al chileno José de Moraleda alrededor de 1810, Ignacio Domeyko escribió Bariloche cuando en la cartografía del primero se lee claramente Buriloche.

Entre otros, esclareció el asunto Juan Martín Biedma, autor de “Toponimia del Parque Nacional Nahuel Huapi”, obra de consulta periódica por nuestra parte. Según ventiló, “Bariloche” se refiere “al famoso paso cordillerano” que, según su criterio, descubrió al jesuita Guillelmo a comienzos del siglo XVIII. Su “nombre correcto es Vuriloche o Buriloche. Así lo mencionan los primitivos cronistas y viajeros. El uso de la voz Bariloche es un error, como ya hace 60 años señalando a Fonck”, sostuvo Biedma hace más de cuatro décadas.

Por su parte, Francisco Fonck publicó su obra sobre los viajes del sacerdote Menéndez en 1900. En ella el investigador escribió que “la lección (sic) Bariloche usada con frecuencia por los autores modernos y aceptada oficialmente en la República Argentina por la denominación del departamento Bariloche, no está bien fundada a mi humilde modo de ver. Parece que es debido a un error de pluma o de imprenta en que es fácil incurrir por consistir la diferencia solo en una vocal”, según interpretó.

Fue Fonck -chileno de origen alemán- quien afirmó: “Tengo el conocimiento de un ejemplo relativo a este mismo caso. Antes de publicarse la obra de Olivares yo escribía también Bariloche siguiendo la lección de mi ilustre maestro Domeyko. Pues bien su versión está basada en un manifiesto aunque involuntario error de esta clase: en una luminosa reseña de los adelantos geográficos en Llanquihue hasta 1850 reproduce una cita textual del mapa de Moraleda, escribiendo Bariloche cuando en el mapa dice Buriloche”. En consecuencia, “este error no es moderno como muchos afirman”, subrayaba por su parte Biedma.

De manera que el nombre actual de la ciudad proviene, por un lado, de identificar a un comercio con el conjunto del poblado y por el otro, de una transcripción que se hizo incorrectamente cuando en realidad, nadie pensaba en una ciudad pujante a orillas del Nahuel Huapi. El Correo optó por el nombre que se impuso para simplificar su tarea y el Poder Ejecutivo de la Nación convalidó orígenes tan imprecisos.

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Cultura y Educación

El Bariloche de “espléndidos frutillares” que vio Moreno cuando trabajaba de perito

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Cuando trataba de establecer por dónde pasaban los nuevos límites con Chile, el explorador estuvo por tercera vez donde hoy se alza la ciudad. Dejó una apariencia precisa.

Lee también: Santana, “el mapuche de los binoculares” fue liberado y cumplirá prisión domiciliaria en Bariloche

Después de sus dos primeros viajes -cuando todavía la Argentina no ejercía soberanía sobre las orillas del Nahuel Huapi- Francisco Moreno regresó al lugar donde ya prosperaba el futuro San Carlos de Bariloche en el verano de 1896. Por entonces, ya era perito en Límites del Gobierno nacional. La apariencia que legó indica que seis años antes de su reconocimiento formal por el famoso decreto de 1902, ya existía, aunque pequeña, una población donde hoy está el Centro Cívico.

A parte de sus apreciaciones, las volcó en “Apuntes preliminares sobre una excursión a los territorios del Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz”. El título se explica porque el perito aspiraba a desarrollar un escrito con mayor detalle a partir de sus constataciones en el terreno, consecuencia del tratado que Chile y la Argentina habían celebrado en 1881 para deslindar jurisdicciones.

Poco más de 128 años atrás, el contingente que integraba Moreno provino de Junín de los Andes y quedó esta descripción de su trajín: “Continuamos al día siguiente, costeando siempre la margen izquierda del Limay”, es decir, la orilla actualmente neuquina “ya las doce salimos de las angosturas para penetrar en suaves ondulaciones del valle que se ensancha, siempre dominado por la vieja toba porfírica: vemos algunas poblaciones en el margen opuesto; pasamos una hermosa morena frontal que antiguamente cerró el valle y en cuyas hondonadas ha trazado el río su tortuoso curso y descendimos al ancho y extenso valle del lago Nahuel Huapi, que se retira”.

Se puede precisar por dónde andaba el grupo porque Moreno escribió: “Este valle, en el que próximo al lago está situado el Fortín Chacabuco (770 metros) o más bien sus ruinas, al pie de unos abruptos cerros volcánicos, debería estar ya completamente poblado . Sin embargo, solo vimos algunas yeguas ariscas y corrales y casas abandonadas cuando se retiraron las fuerzas nacionales. Creo que estas tierras son fiscales aún, por suerte, y obra patriótica haría el Gobierno que dispusiera su colonización inmediata”.

La soledad no era absoluta: “Al anochecer llegamos a la estancia del señor Juan Jones (820 metros), situada en el viejo valle morenisco (sic) del lago, resguardada por los montes y rodeada de praderas hermosísimas. Sus haciendas de raza alegran la vista y el espíritu”, pareció el por entonces director del Museo de La Plata. Las cifras que aparecen entre paréntesis en su texto se refieren a la altitud sobre el nivel del mar de cada paraje.

El perito consagró el capítulo V de sus “Apuntes preliminares” al Nahuel Huapi. Evidentemente, en primer término, se refirió a lugares que forman hoy parte de Dina Huapi. “Franca acogida recibimos de los enérgicos moradores de esa población industriosa, y con su consentimiento resolví hacer allí un campamento de reserva para las secciones del Museo que trabajan en esas zonas. En ese punto tenía en 1876 sus tolderías el cacique Inacayal, pero Shaihueque (sic) no consintió, cuando visité el lago en ese año que me acercara a la toldería de Tequel-Malal, que así se llamaba entonces el paraje”. Son las inmediaciones del cerro Leones en la actualidad.

Al día siguiente se desplazó “a la península del Oeste en busca de un punto prominente desde donde pudiera dominar el gran lago en sus ensenadas andinas, que nunca había visto antes”. Las observaciones que siguen son prácticamente apuntes de geología, aunque dejó constancia de “los espléndidos frutillares que proporcionaron ratos agradables a nuestro paladar”. De frutillas silvestres, claro.

“Este promontorio está situado a trescientos metros sobre el lago y se domina desde él el paisaje morenisco del valle oriental y vasta extensión del lago con sus cuatro islas y las preciosas ensenadas del oeste; toda la orilla hasta donde alcanza la vista, una faja de árboles en la que predominan los cipreses separa del lago la morena ondulada”, escribió Moreno. Quizás haya que mencionar que, con las morenas, se refería el viajero a fenómenos asociados al desplazamiento milenario de glaciares, en particular a lomas u otras elevaciones.

La versión impresa de “Apuntes preliminares” incluye varias imágenes al final. Después de dar cuenta de su visión panorámica desde aquel promontorio, escribió el explorador: “No puedo entrar ahora en una descripción de esa parte del lago, la que se hará a su tiempo, y refiriéndome solo a las fotografías que acompañan estos apuntes, retrocedo a la estancia de Jones. Parece que si bien se produce allí trigo, necesita pronto abono la tierra; pero las papas, las arvejas, las habas, las cebollas, proporcionan abundante cosecha”. Nótese qué diversidad en los productos de la tierra.

Transcurría marzo de 1896 y la crónica policial estaba al rojo vivo: “Los pobladores inmediatos están alarmados” porque “un grupo de salteadores chilenos anda haciendo fechorías, y dos días antes de nuestra llegada han asesinado a un vecino y más tarde a uno de la pandilla para robarle las botas que había quitado al vecino”, se admiró el de Buenos Aires. “Es imposible que la gobernación del Neuquén puede ejercer vigilancia en todo el territorio con el escaso personal del que dispone y sería de desea,r que el Ministro de Guerra resolviera enviar un cuerpo de línea a Nahuel Huapi, el que podría ser el núcleo de una colonia militar útil”.

El 8 de aquel mes, “temprano, cruzamos el Limay en el bote de señor Jones, frente a la estancia del señor Gabriel Zapata”. Después de andar un rato, “a mediodía llegaba al campamento Schiörbeck, a cargo del señor Bernichan y situado al pie de la barranca donde en 1880 tuve mi campamento, en la chozada abandonada del indio valdiviano Guaito”. Dieciséis años después, “esa choza había sido reemplazada por cómodas casas de madera, habitación del colono don José Tauschek, cuyos cultivos y productos pastoriles tienen ya fama entre los colonos alemanes de Llanquihue”. El testimonio ilustra sobre el sentido que adquiriría la circulación comercial desde el Nahuel Huapi por aquel entonces. Llanquihue es el nombre de la provincia chilena aledaña a Bariloche del otro lado de la cordillera.

El colono aprovechó la presencia del perito gubernamental para pasar un aviso comprensible, del cual Francisco Moreno tomó nota: “Pero (José) Tauschek, como los demás hombres industriosos que han poblado en las orillas del Nahuel Huapi, no es dueño del terreno que ha hecho valer con sus esfuerzos. Esto hace parte de una de esas inconcebibles concesiones de treinta y dos leguas y está expuesto a ser desalojado, sin tener derecho a indemnización alguna por el dueño de la concesión”, denunció.

Nótese la siguiente descripción: “El señor Schiörbeck (integrante de su comisión) se había internado ya por el lago Gutiérrez siguiendo mis instrucciones, y me dirigí en su busca. Así regresó a ver el venerable del lago, el centenario ciprés que había observado en 1880, próximo al arroyo Ñiereco (sic), en la falda de la morena y dominando a la población de San Carlos, construida últimamente por los hermanos Wiederholtz (sic) , de Puerto Montt, hijos de alemanes y miembros de esa raza enérgica y trabajadora que está formando al Sud de Chile y que los argentinos deberíamos tratar de formar en la Patagonia”.

Repárese en el “últimamente” y adviértase que, al referirse al poblado, el explorador omitió la denominación “Bariloche” porque como dijimos en otra oportunidad, esa precisión fue aporte posterior del Correo cuando necesitó diferenciar el San Carlos de aquí de una multitud de pueblos. de nombre similar que ya existía en la República Argentina. En cuanto al “venerable” ciprés, dejó de existir cuando el desarrollo urbano e inmobiliario de la ciudad juzgó reparar innecesario en su historia.

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Cultura y Educación

Se avecina el 7° Festival Pichi Keche de Teatro Infantil

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Arrancará el próximo martes, con énfasis en el juego libre, la identidad y el respeto por la naturaleza.

Desde el martes (8 de octubre) se recreará el rito del Festival Pichi Keche, propuesta internacional de teatro infantil que por séptima vez se celebrará en Bariloche. A los elencos locales se sumarán propuestas provenientes de México y Chile, “con enfoque en el juego libre, la identidad y el respeto por la naturaleza”, según anunció la producción del acontecimiento. Se extenderá hasta el 19 de octubre.

El festival se desplegará a través de 14 funciones en diferentes espacios de la ciudad y también Dina Huapi. Los conceptos que mencionamos más arriba se integrarán a “las propuestas artísticas para invitar a los más pequeños a explorar, descubrir y reflexionar mientras disfrutan del teatro”. El Festival destacó la llegada a Bariloche de “Patito con C” (México), a la que describió como “una obra tierna y emocionante sobre el autodescubrimiento”.

La compañía mexicana se presentará se presentará el 10 de octubre (jueves) a las 17:30 en el SUM de Dina Huapi. Se dirige sobre todo a niñas y niños entre 3 y 10 años y según la sinopsis que se compartió “la historia sigue el viaje de Tita, una niña de 8 años, en su increíble nave cósmica, mientras enfrenta adversidades con el amor incondicional de su familia”. Para ir agendando.

También llamará la atención “Los espíritus hablaron”, proveniente de Chile. En este caso, el trabajo “rescata la sabiduría de la cosmovisión mapuche”. No casualmente se presentará el próximo Día del Respeto a la Diversidad Cultural, es decir, el 12 de octubre (sábado) a las 17 en la Usina Cultural del Cívico (Biblioteca Popular Sarmiento). En este caso, se dirige “a un público de entre 8 y 16 años” y “aborda temas como el respeto por la naturaleza, el amor al prójimo y el derecho a la libertad”.

Produce el Festival Pichi Keche Internacional de Teatro la Cooperativa de Trabajo Artístico y Cultural Pirconi Producciones. En sus palabras, el acontecimiento “no solo promete diversión, sino también un espacio de aprendizaje y reflexión para las infancias. Las funciones, abiertas a todo público, se llevarán a cabo en distintos escenarios de Bariloche, promoviendo el intercambio y el acceso a la diversidad de expresiones artísticas”. La programación completa se puede seguir en las redes sociales.

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