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Hoy es el Día del Escritor: una muestra en Bariloche y la historia trágica vinculada a la fecha

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Por una lado, la felicidad de un encuentro que pone el acento en la literatura; por el otro, una familia marcada por el dolor y la violencia.

Los libros, esos elementos mágicos que nacen a partir de la mente de los escritores (foto: Facundo Pardo).

Hoy, 13 de junio, en la Argentina se celebra el Día del Escritor.

Un modo de celebrarlo en Bariloche es acercarse al Centro Administrativo Provincial, en Onelli 1450, y disfrutar de la muestra “Hacen así, así quienes escriben”, montada en la sala Panozzi, donde diversos autores –y también una agrupación literaria creada recientemente– muestran parte de su trabajo.

Además, se llevan adelante diversas actividades encabezadas por los expositores.

Diego Barreto Urruty, un artisa plástico que ideó un libro para chicos (foto: Facundo Pardo).

Por ejemplo, el martes 17 de junio a las 10, el escritor y artista plástico Diego Barreto Urruty dará una charla destinada a las infancias a partir de su obra Da Vinci y las máquinas de las emociones.

El mismo día, pero a las 11.30, Marcos Easdale leerá y comentará pasajes de sus libros.

El miércoles 18 a las 13 se presentará la poeta Liliana Postay.

Gladys Peña, en la muestra (foto gentileza).

El jueves 19 de junio, en tanto, entre las 10 y las 12, se podrá disfrutar del taller La claridad en lo breve, destinado a personas interesadas en mejorar la eficacia de un cuento. La propuesta, para mayores de dieciocho años, se ofrecerá bajo la modalidad de aporte voluntario, y será realizada por Gladys Peña.

También durante esa jornada, a partir de las 14, Araceli Suárez Vidaurre hablará sobre la corrección literaria y la edición de libros. 

El martes 24, a las 13, Nelly Duarte hará una lectura para adolescentes y adultos de pasajes de su novela Prohibido no jugar

El miércoles 25, a las 13, será el turno de Lilián Costamagna, quien presentará varios libros de reciente edición.

El jueves 26 y el viernes 27, a las 13, habrá lecturas e intervenciones de integrantes de la Asociación Literaria Andina (ALA), que se formó poco tiempo atrás.

Una de las creadoras participantes, Norma Dus (foto gentileza).

El miércoles 2 de julio, a las 13, la escritora y artista plástica Norma Dus presentará dos libros.

Por otra parte, la escritora y docente Virginia Schuvab ofrecerá un taller basado en su libro Mil nueve setenta (o el mundo al revés), para estudiantes de nivel primario. Las instituciones educativas que deseen participar pueden consultar por WhatsApp al +54 9 294 441-8263.

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Ana María Gentile, de la agrupación ALA (foto gentileza).

“La idea es generar instancias para acercar a los autores de la provincia, sean o no editados por el Fondo Editorial Rionegrino (FER), a actividades en conjunto”, explicó la referente del FER en Bariloche, Nancy González, quien añadió: “También se trata de fortalecer la lectura y la escritura en la infancia, la juventud y en la gente en general”.

Con esa premisa, Nancy y Silvia Pérez Sisay (integrante del Consejo Asesor para la Zona Andina del organismo) gestaron la exposición.

“Queremos potenciar el ‘ecosistema’ literario”, resaltó precisamente Silvia. “La intención también es que se conozca la rica producción que existe en la ciudad”, agregó.

Ante esta exhibición, Nancy señaló que “la idea es continuar haciendo cosas”. En tal sentido, indicó: “Estamos abiertos a propuestas; nos encanta construir en conjunto”.

Lilián Costamagna, una de las escritoras que forma parte de la muestra, apreció: “Agradezco la oportunidad que se nos ha dado para poder mostrar nuestras producciones”. 

Norma Dus, otra de las expositoras, coincidió en el agradecimiento: “Esta posibilidad de mostrar lo que hacemos para que la gente nos conozca es muy buena”. 

Asimismo, Gladys Peña valoró la gestión llevada adelante por Nancy y Silvia: “Creo que se está cumpliendo algo que buscamos desde hace tiempo: articular la actividad privada, silenciosa y autogestiva, de escritores que solemos publicar de modo independiente. Siempre he estado buscando un canal para poder visibilizar nuestra tarea, que, claramente, va en paralelo con el certamen literario del FER”.

Costamagna, Dus y Peña, junto a Víctor Blebel, conforman un grupo denominado Letras barilochenses, con el que suelen realizar tertulias donde se convoca a lecturas a micrófono abierto. Justamente, el sábado 14 se realizará uno de esos encuentros en una casa de té ubicada en el kilómetro 7 de Bustillo, a las 17.

 

El escritor e ilustrador Jó Rivadulla (foto: Matías Garay).

En cuanto a la exposición en el Centro Administrativo, cabe indicar que se podrá visitar hasta el 5 de julio, y el listado completo de participantes incluye a: Fabiana Martínez Casado, Virginia Schuvab, Gladys Peña, Liliana Postay, Araceli Suárez Vidaurre, Nelly Duarte, Lilián Costmagna, Patricia Toledo, Norma Dus, Jó Rivadulla, Marcos Easdale, Diego Barreto Urruty y la Asociación Literaria Andina.

 

EL PORQUÉ DE LA FECHA

El 13 de junio se celebra en la Argentina el Día del Escritor en recuerdo del nacimiento de Leopoldo Lugones.

Son muchos los que resaltan que quizá se hubiese tenido que destacar a otra figura para una efeméride así… Tal vez la decisión haya tenido que ver con que fue el fundador de la Sociedad Argentina de Escritores.

Leopoldo Lugones, una figura que causa controversia.

Lugones nació en Villa de María del Río Seco en 1874. Murió en Tigre, Buenos Aires, en 1938. Fue poeta, ensayista, cuentista, novelista, dramaturgo, periodista, historiador, pedagogo, docente, traductor, biógrafo, filólogo, teósofo, diplomático, político… Se suele decir –hay quien piensa que exageradamente– que inauguró la poesía moderna en lengua castellana y que sus cuentos lo transformaron en precursor de la literatura fantástica en la Argentina.

En cuestiones políticas, sus cambios fueron notorios: se inició como firme partidario de la ideología socialista. De hecho, colaboró a difundir esa corriente en el país, pero poco a poco adoptó posturas cada vez más conservadoras. Finalmente, se inclinó a la ultraderecha y acabó convertido en uno de los padrinos del fascismo argentino, sobre todo a partir de 1924, cuando proclamó que había llegado “la hora de la espada”. Era el preanuncio de los tiempos que vendrían. De tal forma, seis años después colaboraría activamente en el golpe de Estado que derrocó a Hipólito Yrigoyen para encumbrar a José Félix Uriburu. De hecho, Uriburu le encomendó a Lugones la redacción de la proclama revolucionaria, pero la primera versión fue criticada por ser demasiado fascista, así que tuvo que modificarla.

Lugones se suicidó el 18 de febrero de 1938. Dicen que estaba enamorado de una veinteañera y que el hijo del escritor desaprobaba la relación y había amenazado a la familia de la chica.

Hay que aclarar que el hijo de Lugones, que se llamaba como él pero le decían Polo, era alguien realmente sombrío.

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Durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear fue director del Reformatorio de Menores de Olivera, pero fue procesado por corrupción y violación de jóvenes. Cuando iba a ser condenado a diez años de reclusión, el presidente Hipólito Yrigoyen lo salvó al ceder al pedido del padre, quien le imploró que consiguiera su absolución “por el honor de la familia”. El mismo Yrigoyen sobre el que Lugones padre cargaría poco después.

Tras el golpe militar, la suerte de Polo cambió radicalmente. 

Lo nombraron comisario inspector de la Policía, en la misma repartición en que figuraba su prontuario, donde se lo calificaba como “pederasta” y “sádico conocido”.

Ya instalado en el cargo, en el sótano de una penitenciaría, implementó una sala de interrogatorios y torturas.

Hizo restaurar los elementos de martirio quemados públicamente en 1913, con el refinamiento que le daban ya para ese entonces la electricidad y los avances en mecánica. Esto quiere decir que, con él, se empezó a usar en la Argentina la picana eléctrica.

En 1971, también se suicidó. 

Y la historia oscura de la familia continuó… Pirí, como llamaban a Susana, la menor de las dos hijas de Polo, tenía, a causa de una enfermedad que padeció de niña, una pierna más corta que la otra, lo que devenía en una renguera evidente. Sin embargo, la disimulaba con elegancia y un humor ácido. Decía que, durante su infancia, le había sido más fácil sobreponerse a las burlas por su pierna que a los comentarios acerca de su padre torturador.

Por eso, cuando tuvo totalmente incorporado quién había sido su progenitor, solía sorprender al interlocutor de turno diciendo: “Soy la hija del torturador y la nieta del poeta”.

Pirí, que fue violada por su padrastro, tuvo una vida intensa que algunos califican como “desenfrenada y plena de contradicciones y dolores”.

Se casó y tuvo tres hijos, aunque su médico personal le había dicho que los embarazos eran un riesgo para su salud. Uno de ellos, Alejandro, no pudo escapar al estigma de los Lugones y se suicidó (en El Tigre, como su bisabuelo), acorralado por las drogas y la depresión.

Pirí –escritora, periodista, editora y traductora – fue mentora del mundo cultural y literario del Buenos Aires. En su departamento de Caballito organizaba fiestas a las que acudían personas como Osvaldo Lamborghini, Quino, Tanguito y el Tata Cedrón, entre muchos otros.

Trabó amistad con Paco Urondo, Juan Gelman y Rodolfo Walsh, con quien convivió durante un tiempo.

A comienzos de los setenta, con el clima político enrarecido, Pirí optó por la revolución. 

Se unió a los montoneros y, en diciembre de 1977, fue secuestrada por un grupo de tareas.

La torturaron, entre otras cosas, con el elemento que su padre había introducido para siempre en la historia argentina: la picana eléctrica.

En febrero de 1978, la mataron.

Parece una historia de ficción ideada por algún escritor de mucha imaginación, pero esta crónica relata hechos que, aunque no lo parezcan, son verídicos.