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Independiente ascendió a la A: un torbellino rojo imparable

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Independiente volvió. Después de un partido vibrante, espectacular, con los ingredientes más picantes, el histórico club de Villa Don Orione regresó a la A. En una definición por penales, superó a Gimnasia y celebró feliz.

El histórico club de Villa Don Orione regresó a la A.

El desarrollo fue cinematográfico en el Estadio Municipal de Bariloche. En el partido de ida quedó la impresión de que el “Rojo” gozaba de más recursos colectivos para llevarse la final, aunque la astucia y coraje de Gimnasia tuvieron más peso en el marcador. Y, entonces, la ida quedó en manos del “Lobo” por 2 a 1.

La vuelta fue no apta para cardíacos. Independiente necesitaba anotar rápido para impulsar los motores de la ilusión. Pero no sucedió. Fue Gimnasia quien se puso primero en ventaja con goles de Emanuel Maglione primero y, luego, Alejandro Rosas. El atardecer acompañó las sombras que comenzaron a cubrir las pretensiones del equipo de los dirigidos por Ricardo Vázquez. El primer tiempo terminó 2 a 0 y 4 a 1 en el global.

Independiente no perdió nunca la línea, a pesar de todo. Siempre jugó y mostró carácter ante un rival muy exigente. No hubo momentos de confusión o mareo por el panorama adverso. Jugadores como Martín Barrales y Jona Bustamante se mostraron siempre rápidos y precisos en el juego. La defensa se presentó sólida. Y mientras tanto, Thiago Lueiro buscaba en el armario el traje de héroe.

Hay jugadores que se apagan con la presión y otros que se encienden. Y Thiago fue determinante en el tramo final del partido. Primero por el gol que alumbró el camino hacia la victoria. A los 15 minutos del segundo tiempo, una furiosa escapada de Maxi González por el sector derecho para darle el pase preciso a Lueiro que definió con clase.

Y el final fue simplemente espectacular. De los que podrían estar incluidos en una película. Thiago tomó el balón en la mitad de la cancha, bien pegado a la raya y salió disparado. Una gacela endiablada era perseguida por rivales sin éxito, ingresó al área y fue derribado. González marcó el empate y empezó a sentirse un aroma a hazaña.

Cuando al partido solo le quedaba un suspiro, se escuchó el alarido más emotivo. Un rechazo de cabeza de un jugador de Gimnasia permitió que Lueiro se atreviera a cerrar la soñada conquista con un remate que mezcló altas dosis de guapeza y talento. Le pegó como venía, de volea, no la dejó respirar, y la clavó en un costado ante la mirada atónita del arquero rival. Salió disparado a abrazar a Claudio, su padre, presidente del club y gran responsable de la construcción de la conquista.

Pero aún faltaba un capítulo más. Oscar Cárdenas se lució en una muy buena definición por penales. El arquero de Independiente adivinó el primer disparo, el de Diego Rosas, y esa atajada fue determinante para quedarse con el ascenso divino.

Luego, llegaron los abrazos y un festejo que se convirtió en un torbellino rojo imparable. Redacción: Daniel Pardo, de El Cordillerano Radio (93.7), foto gentileza Fútbol Andino.