Thomas Octavo falleció en una clínica privada de Buenos Aires el 25 de octubre de 2023, pero arrastraba varios días de convalecencia que habían iniciado en Bariloche, durante su viaje de egresados. La fiscalía aún no logró encontrar a varios de los médicos que pretende investigar y aseguró que uno de ellos escapó hacia Italia. El juez Juan Pablo Laurence le otorgó una última oportunidad para sentarlos en el banquillo y postular las medidas a tomar en la investigación.
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El juez Juan Pablo Laurence presidió este mediodía una larga audiencia que culminó con un cuarto intermedio que se extenderá hasta que así lo determine la disponibilidad de agenda de la Oficina Judicial, luego de planteos cruzados de las partes, que quedaron sin resolución por el momento.
En el caso pretende investigarse la responsabilidad penal que pudiera caberle a cualquiera de los profesionales médicos que asistieron a la víctima, Thomás Octavo, desde el momento en que padeció los primeros síntomas de una enfermedad, el 19 de octubre de 2023, hasta su fallecimiento ocurrido el 25 en una clínica privada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La atribución también alcanza a aquellas personas que tenían al menor a su cargo, es decir, los coordinadores del grupo de estudiantes oriundos de San Justo.
El punto clave de la cuestión es que aún hay profesionales que no pudieron ser correctamente individualizados. De hecho, a una audiencia anterior, fue llevado un sujeto homónimo al profesional buscado, que lógicamente tuvieron que retirar de la sala entre pedidos de disculpas.
Las partes coincidieron en señalar que se trata de una causa compleja, que además se inició en noviembre pasado luego de que se determinara la competencia de la justicia rionegrina para investigar lo ocurrido, ya que la causa se había originado en los tribunales bonaerenses.
De acuerdo a la información recopilada en el legajo judicial, el joven comenzó a sentirse descompuesto el día 19 y fue asistido ese mismo día en una sala médica del hotel en el que se alojaba, aunque todavía no está claro el nivel de preparación profesional de esa persona que lo asistió.
Luego el muchacho permaneció en su habitación, sin que le provean agua y comida y fue revisado por tres médicos hasta el momento en que el contingente del que formaba parte retornó a San Justo, el lugar de origen. Ya en provincia de Buenos Aires fue asistido en un centro asistencial de Valentín Alsina y luego en la clínica Santa Ana, donde finalmente falleció. La fiscalía aclaró que en éste último centro asistencial, están todos los médicos individualizados y se cuenta con la historia clínica completa, pero al parecer ninguno de ellos habría tenido intervención en lo que denominó “cadena de omisiones”.
La fiscalía detalló que el joven no recibió los cuidados médicos y los cuidados personales mínimos que requería la situación, siendo menor de edad y habiendo permanecido bajo la esfera de responsabilidad del personal de la empresa Travel Dance, aunque también auguró que la responsabilidad podría llegar hasta la primera doctora que lo atendió en el centro asistencial de Valentín Alsina, ya que en el resto de los casos ya se trataba de un cuadro grave de terapia intensiva, en el que fue en vano cualquier intento por sanarlo.
El joven falleció por una neumonía séptica bilateral y la familia denunció a la empresa por la deficiente asistencia médica que le dispensaron y que provocó el cuadro fatal que fue imposible revertir a su llegada a Buenos Aires.
Según el relato de la propia madre del joven, la doctora de Valentín Alsina explicó el cuadro del muchacho “por la joda que hay en Bariloche”. Disconforme con la respuesta, intentó ir al hospital Penna de Parque Patricios y ante la cantidad de gente se dirigió a la clínica privada de Villa Soldati en donde su hijo se desvaneció en la puerta y falleció ya en la unidad de cuidados intensivos.