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Política y Economía

Kicillof desoyó a Cristina y desdobló las elecciones

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La actitud del gobernador es histórica. No hay registros cercanos de algún dirigente del peronismo que no cumpla con las directivas de la expresidente.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, sorprendió al panorama político argentino con una decisión inusual y arriesgada: desdoblar las elecciones y apartarse de las directrices impartidas por la líder histórica del movimiento peronista, Cristina Kirchner. Esta maniobra, que implica adelantar las elecciones provinciales al 7 de septiembre, no sólo marca una diferencia con las líneas tradicionales del PJ, sino que también invita a un replanteamiento del liderazgo dentro del propio peronismo.

La pregunta que surge es si este acto de autonomía por parte de Kicillof puede significar el surgimiento de su liderazgo al interior del partido, que busca renovarse ante retos contemporáneos. El acto de separar las elecciones provinciales de las nacionales, vigente en la provincia desde 1994, rompe un esquema que los punteros políticos nunca antes habían cuestionado. La reforma de la relación electoral que Kicillof establece, apunta a generar cambios estratégicos de fondo. De alguna manera, esta decisión se aparta de la postura tradicional de obediencia hacia el kirchnerismo caracterizada por la unificación de los cronogramas electorales.

Dentro del abanico del justicialismo, han existido figuras que se han mostrado dubitativas, e incluso en desacuerdo, a seguir órdenes de Cristina. No obstante, hasta ahora, ninguno había dado un paso público tan significativo como el dado por Kicillof en su reciente intervención pública. Daniel Scioli, entre otros, siempre se alineó a las instrucciones de su referente política.

El interrogante que se abre sobre la figura de Kicillof es si este desafío abierto a su (¿ex?) jefa política y a sus ex compañeros de militancia alumbrará finalmente un nuevo liderazgo en el peronismo, que todavía no encuentra la manera de enfrentar a ese adversario desconocido llamado libertarios.

Como toda jugada de riesgo, la decisión tiene efectos inciertos y podría exponer al gobernador a consecuencias no deseadas: si sale bien, el mérito será todo suyo; si contribuye a la dispersión y a la derrota electoral, las facturas caerán sobre el peronismo por no haber logrado la unidad para enfrentar a Javier Milei.