Con imágenes combinadas con el discurso futbolero fueron transitando su período al frente de la Iglesia Católica.
El papado ha llegado a su fin este lunes con el fallecimiento del célebre Papa Francisco a los 88 años. Este acontecimiento ha resonado a nivel mundial, despertando una ola de reconocimientos y homenajes, especialmente en su país natal: Argentina. Francisco no solo fue un líder espiritual, sino también una figura icónica que trascendió los límites del Vaticano para convertirse en un símbolo de esperanza y fe para muchos.
En el marco de este profundo pesar, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ha decidido rendir un homenaje que uniera dos pasiones profundamente argentinas: la religión y el fútbol. El organismo futbolístico divulgó un emotivo video como tributo a Francisco, apodado por ellos como el “argentino que jugó para el mundo”.
El contenido visual presentado por la AFA rememora los momentos más emotivos y destacados del Papa, a través de una cuidadosa selección de imágenes de archivo que ilustran su legado no solo como líder espiritual sino como una figura pública que se ganó el cariño y respeto de Argentina y del mundo entero. Las palabras del video resaltan: “Francisco, qué jugador. De esos que nunca perdieron la fe. Son elegidos, aparecen uno cada muchos años. Pero este era distinto.”
En otro pasaje notable, el video afirma: “El último capitán de la iglesia es argentino”, haciendo una conmovedora analogía con el ámbito futbolístico. Y es que para los argentinos, tener una figura representativa en el Vaticano, equivalente a tener un “capitán argentino”, ha sido motivo de orgullo genuino. El homenaje incluso conecta su representación con las recientes victorias del equipo nacional, mencionando: “Con Bergoglio tuvimos un Dios aparte.”
El video concluye con una reflexión evocadora, al enfatizar la importancia de contar con un liderazgo “argentino” en el mundo, con la frase: “Ahora también tendremos allá arriba al papa del Bajo Flores”. Este homenaje no solo es un tributo a Francisco, sino también un reflejo del amor y orgullo que sienten los argentinos por su legado duradero.
Este momento de tributo y conexión global demuestra que la figura de Francisco ha dejado una marca indeleble en la historia contemporánea, trascendiendo barreras culturales y religiosas para convertirse en un verdadero protagonista del siglo XXI. La despedida a Francisco es, sin duda, una pérdida significativa, pero su legado seguirá vivo a través de los innumerables corazones que tocó.
