Los defensores de la Gremial de Abogados, Gustavo Franquet y Eduardo Soares, indicaron a La Nación que entienden que la Corte “no tiene otra alternativa que declarar nulo de toda nulidad todo lo actuado, mandando realizar un nuevo juicio oral y público en el que se asegure a nuestro defendido el debido proceso en el que pueda oponer las defensas efectivas y reales correspondientes”.
En esta misma línea, señalaron: “Entendemos que se debe decidir la libertad inmediata del señor Francisco Facundo Jones Huala, con los recaudos que se consideren necesarios para su comparecencia al nuevo proceso”.
Los defensores de Jones Huala ya habían planteado la nulidad del proceso que se llevó adelante en Esquel, donde el referente mapuche permanece detenido. “La violación del derecho de defensa en juicio y del principio de igualdad de armas a partir del rechazo de toda la prueba propuesta es el causal del planteo de nulidad”, expresaron ahora en la presentación ante los jueces de la Corte Suprema.
Cabe recordar que el pasado 31 de julio, el juez federal subrogante de Bariloche Gustavo Villanueva concedió la extradición de Jones Huala a Chile. Asimismo, también recomendó a la justicia chilena que compute el tiempo que permaneció detenido en la Argentina, a los efectos del cómputo final de la pena.
Según contó Soares al medio nacional, estiman que la decisión de la Corte Suprema podría demorar menos de tres meses, mientras que a Jones Huala le resta cumplir un año, cuatro meses y 17 días de pena en Chile.
Por último, ambos defensores sostuvieron en el último juicio de extradición llevado a cabo en Esquel pesó “un ánimo de persecución por parte del Estado chileno durante el proceso al que fue sometido”. “Si intentamos probar que Francisco Facundo Jones Huala sufrió persecución, discriminación y maltrato en Chile, no se nos permite y se nos contesta con extensísimas citas de informes laudatorios de la democracia y el estado de derecho chilenos […] Y además se nos reprocha ‘evadir’ especificaciones. Pues sí, qué sentido tiene exponer calamidades que, justamente por no poder ni siquiera intentar ser probadas, van a ser desechadas como fantasías”, concluyeron Franquet y Soares.