Sociedad
La historia de los 4 estudiantes salteños que viajarán a Francia a jugar el Mundial de Robótica
Publicada
hace 2 añosel
En la ciudad de Salta cuatro estudiantes están preparando los últimos detalles de sus proyectos para competir en lo que consideran el “Mundial de Robótica”, la Robocup 2023, que tendrá lugar en Francia. Los jóvenes conforman dos duplas que viajarán a Burdeos, y será la primera vez que la Argentina participe en dos categorías, Rescue Line y Robótica Simulada. Todos tienen en común que desde muy chicos sintieron curiosidad por la tecnología, y empezaron haciendo cursos extracurriculares para aprender más y más, hasta que dieron sus primeros pasos en las competencias. Después de salir primeros en una liga nacional, quedaron habilitados para el ámbito internacional: en diálogo con Infobae, hablan de su pasión, sus planes a futuro y brindan consejos a quienes quieran dedicarse a la misma temática.
El último fin de semana largo aprovecharon para juntarse en Instituto de Innovación y Tecnología Aplicada (IITA), y seguir afinando modificaciones de sus creaciones. Desde allí charlan con este medio los dos equipos, el primero conformado por dos salteños de 16 años, Joaquín Argañaraz y Joaquín Rodríguez, que con humor se autodenomina “Joaquín al cuadrado”. Ellos participarán en Robótica Física, que implica construir y programar un robot capaz de moverse en un circuito que simula un escenario de rescate real, con una zona de peligro donde hay personas que debe rescatar en forma autónoma y trasladarlas a una zona segura de evacuación.
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“A mí me parece que Argentina es un país con muchas oportunidades, que puede seguir creciendo, pero que si queremos que haya cambios y mejoras tiene que ser en un sentido integral; todos tenemos que cambiar si queremos que el país salga adelante, tiene que ser en conjunto”, enfatiza Ian Dib. En este sentido, trae a colación que una semana antes de que ellos partan se conmemorará el Día de la Bandera -el 20 de junio-, y de cierta forma, llevarán consigo el simbolismo de la bandera argentina, sumada a la responsabilidad de contribuir con conocimientos y representar el lugar donde nacieron y crecieron.
Los cuatro le agradecen a sus padres porque los acompañaron muchas veces al instituto, muchas veces se quedaron hasta después de hora y tuvieron que ser creativos para coordinar sus agendas escolares con el proyecto tecnológico. Argañaraz es el único que ya vivió una de estas competencias de manera presencial, que tuvo lugar en Sydney en 2019. “La primera vez cuando fui a Australia pensé que sería la única vez en la vida que me iba a pasar esto, y es más que un sueño poder vivirlo dos veces, mis padres me felicitaron y están muy orgullosos; son los que siempre me han apoyado”, asegura.
“Mi familia es la que me empujó a seguir este camino, porque es la carrera que quiero elegir, y todos ellos creían que iba a ser una experiencia muy enriquecedora, y mi mamá en particular siempre tuvo la idea de que si algún día decido que esto no me gusta, que pueda cambiar, pero como esto realmente me apasiona, siempre me apoyó incondicionalmente”, cuenta Alejandro. Rodríguez agradece la paciencia de su madre, y entre risas admite: “Todo lo que conlleva tener un hijo haciendo estas cosas, es el sacrificio también de de traerme todos los días, de ayudarme, de entenderme, así que siempre estoy agradecido”.
Mitos y consejos
Cuando algunos jóvenes de edades similares se interesan por el mundo de la robótica, los estudiantes detectan que hay mucho desconocimiento al respecto. “No es necesario ser un genio, realmente con que te guste ya estás hecho; si te gusta mucho hacer algo ya te da el pie para que salgas a investigar a ver qué se puede hacer, a buscar qué cursos podés hacer, cómo formarte, capacitarte y lanzarte a un camino de ida”, opina Rodríguez.
De Ugarriza complementa su postura y explica: “Muchas veces se percibe como algo que requiere mucha inteligencia, pero en realidad es mucho trabajo duro, venimos con la robótica simulada desde hace años con trabajo constante; estos son proyectos grandes, que aunque vamos a ir a Francia unos 10 días para participar, detrás de eso hay un tiempo muy grande de trabajo”. Insiste en que “no se necesitan saber tantas cosas para empezar en la robótica”, y lo define como una carrera “muy divertida”, que no deja de apasionar y sorprender a quien la elige.
“Hay muchos recursos, como los institutos, pero también en Internet hay información, y particularmente en la robótica simulada lo único que se necesita para arrancar es una computadora con conexión a Internet y muchas ganas de aprender”, sentencia. Rodríguez vuelve a tomar la palabra y comparte su preocupación por una tendencia que nota en otros estudiantes. “Veo a los jóvenes que están como ‘aplastados’, como poco motivados, sin un motor que los impulse a hacer cosas, muy en la suya y les diría que levanten un poco la cabeza, que vean que pueden hacer, y que busquen algo que los apasione, que les de ganas a levantarse todos los días; algo que cuando salgan de la escuela un lunes y estén cansados de todo les haga decir: ‘A la tarde tengo que hacer tal cosa’, que los ponga de buen humor, se sientan felices, les alegre el día y quieran salir a hacer algo”, indica.
“Me parece que es algo muy importante que está faltando porque es gravísimo que la juventud no esté motivada, es algo que hay que cambiar y ese cambio comienza justamente con la educación, con los profesores, que también te motiven y te enseñen mostrándote nuevas realidades”, recalca. Uno de los docentes que los está ayudando a prepararse, Enzo Juarez, tiene 22 años y estudia Ingeniería en Informática. “Los estoy ayudando en estos proyectos que son realmente importantes y y se forman para competir en áreas que implican avances científicos que pueden ser de gran ayuda para rescatar personas en situaciones muy complejas donde hay peligro”, sostiene con orgullo. El staff docente que los supervisa y acompaña también lo integran el Ingeniero Luis Chico, en robótica simulada, y el Ingeniero Gustavo Viollaz coordinando las actividades.
Algunos meses atrás hicieron una campaña para recaudar fondos para realizar el viaje, porque si bien tenían habilitada la participación, no les incluía los boletos aéreos ni los gastos de estadía. Con mucha alegría, cuentan que afortunadamente ya cubrieron todo lo necesario y están listos para volar a la competencia. “El Gobierno de la provincia de Salta nos apoyó con los pasajes, la minera Alpha Lithium colaboró con el hospedaje y los costos de inscripción a este certamen, junto a otras empresas que se sumaron y aportaron distintos elementos al equipo”, detallan.
Gracias a que ganaron la competencia nacional de robótica Roboliga 2022, en las categorías de Rescate y de Robótica Simulada, que clasificaron para representar a la Argentina en el mundial de robótica Robocup 2023. “En 2021 se hizo virtual con sede en Tailandia, con Alejandro salimos sextos y conseguimos un premio por mejor trabajo en equipo, y el año pasado supimos con muy poco tiempo de la convocatoria nacional, solo faltaba un mes y medio para competir con todos los equipos del país; pero como nos gustan los desafíos, nos anotamos, dimos lo mejor de nosotros y salimos primeros, lo que nos trajo hasta esta oportunidad de ir al concurso internacional”, celebra Rodríguez.
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