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Con el 30 estampado en la espalda de su camiseta, el zurdo hizo su debut en Primera a muy temprana edad. A la par de sus primeros goles, rápidamente comenzó a romper récords en diferentes competencias y, junto a las gambetas y las pinceladas con su pierna hábil, despertó la atención y los elogios del mundo del fútbol… Esas dos oraciones podrían ser los renglones iniciales de la historia de Lionel Messi, pero también la de Franco Mastantuono. A sus 17 años, edad con la que Leo se estrenó en el Barcelona, la última joya de la cantera de River posó junto a su ídolo en el predio que lleva el nombre del #10, un encuentro que tiene una emotiva historia detrás.
Para el nacido en Azul, el amistoso del Sub 20 frente a Uzbekistán fue soñado. Observar a Messi sentado a escasos metros de la cancha le generó una sensación especial, desde satisfacción hasta la presión de rendir y dejarle una buena impresión. Y así, ante ese astro al que desde chiquito admira con devoción, al punto que intentaba imitar cada uno de sus movimientos en el patio de su casa, y al que lleva a todos lados pegado en su termo, Mastan hizo un gol y en el post se llevó una foto con “el mejor de todos”.
El hecho de haber dado el salto de Quinta a Primera sin haber hecho una habitual escala en Reserva y de haber elegido el mismo número que usó Leo tanto en conjunto culé como en el PSG es apenas una muestra de su fanatismo por Leo. Porque después de convencerse de dejar el tenis para tratar de cumplir el sueño de jugar en River, durante su formación se esforzó para mejorar la técnica con su pie derecho con tal de asemejarse lo máximo posible a su máximo referente, al que en un reciente desafío de TikTok lo puso en el primer lugar del top 10 de mejores jugadores de la historia, por encima de Diego Maradona.
La decisión de Mastantuono después de festejar el Mundial de Qatar también es un acto de amor y fidelidad al #10. En su brazo izquierdo se tatuó con orgullo la fecha de la final contra Francia y en este caso no se trató de una típica promesa. “Por Messi”, supo contar Franco, al admitir que decidió grabar ese recuerdo en la piel por el capitán: “Creo que todos lo festejamos mucho por él también”.
Con la misma esencia de pibe del Interior de Leo, siempre cerca de mamá Sofía y papá Cristian, quien fue su primer entrenador en la escuelita del CARP en Azul, Mastantuono crece a pasos agigantados. A la par, asimila estar en la mira de los clubes top de Europa y los récords que ya consiguió con menos de 10 meses en Primera, como ser el jugador más joven en meter un gol en River y en debutar y/o convertir un gol con el CARP en Libertadores. El fútbol le aventura un enorme futuro. Y seguir escribiendo su historia a la par que la de su ídolo, está en su pies…
Franco Mastantuono –
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