En marzo, la inflación de los trabajadores fue del 10,4%, desacelerándose en 5,4 puntos respecto a los valores de febrero, de acuerdo con la última medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para Concertación y el Desarrollo (CCD).
Con este registro, la inflación interanual alcanzó el 303,2% en los últimos 12 meses y un 56,8% en el primer trimestre del año.
Según los analistas del IET “de modo similar a febrero, la desaceleración de la inflación en marzo estuvo asociada a la estabilidad del dólar nominal (que subió 2% mensual) tras el salto devaluatorio de diciembre. También incidieron la reducción de la brecha cambiaria, la caída de los precios internacionales de las materias primas y la fuerte contracción del consumo, que está acotando los aumentos en ciertos sectores”.
Ante la situación, el ex ministro de Educación y director ejecutivo del CCD, Nicolás Trotta que “estamos viendo que a través de una licuación deliberada del poder adquisitivo de los salarios se materializa lo que constituye el objetivo central de la política del gobierno: producir un ajuste económico que ahorre divisas de la peor manera y disciplina a los trabajadores con el consecuente aumento de la pobreza y el desempleo. Un gobierno que irónicamente dice apoyar paritarias libres, pero no las homologa y acusa de abusivas prácticas de precios, como las prepagas, que él mismo promueve”.
La inflación de marzo estuvo impulsada por Educación (24,6%), que es un rubro que suele concentrar uno de sus aumentos en dicho mes, producto del inicio del año lectivo. En segundo lugar, está Comunicaciones (20,6%), producto de subas en telefonía celular e internet, seguido por Vivienda (12,8%), Otros bienes y servicios (12,4%) y Transporte (10,6%). En este último caso, y a diferencia de meses previos, se registraron aumentos más moderados en los combustibles. Los alimentos y bebidas, en tanto, subieron 7,1%.
Caída real del salario
El salario real cayó 19% interanual en enero, lo que pone al inicio de 2024 como la cuarta mayor caída interanual de las últimas nueve décadas en Argentina, solo por detrás de 1976 (-37,1%), 1969 (-23%) y 1989 (-21%).
La contracción que hasta ahora se viene registrando en 2024 viene siendo de una magnitud muy similar a la del año 2002 (-18,9%)”, detallan los analistas.
“Vemos que a través de una licuación deliberada de los salarios se materializa el objetivo central de la política del gobierno: producir un ajuste económico que ahorre divisas de la peor manera y disciplina a los trabajadores con el consecuente aumento de la pobreza y el desempleo”, reveló el ex ministro de Educación y director ejecutivo del CCD, Nicolás Trotta.
El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, alertó que durante los meses de agosto y septiembre la producción fabril volvió a mostrar signos de caída, ante un nuevo declive en las ventas en el rubro consumo masivo, principalmente, lo que provocó “más incertidumbre” en las Pymes.
El último informe del Observatorio IPA señaló que en junio se registró un piso de la actividad, con un rebote en julio, aunque con la “peligrosidad” de la instalación de un “amesetamiento” para el segundo semestre.
“El mercado está planchado. Durante la primera semana de agosto comenzó a caer nuevamente la demanda y eso lo estamos registrando en los pedidos y la falta de producción en las fábricas. No estamos viendo un repunte sostenido en el consumo masivo, por lo que podríamos estar frente a un pronunciado amesetamiento de la actividad”, afirmó Rosato.
El presidente de IPA descartó una “reactivación”. Y explicó: “La nueva caída se debe a los últimos aumentos de energía, con un mercado que da señales negativas, sin reactivación, y que muestra un nuevo descenso, aunque sea leve. Durante julio hubo una expectativa positiva, por efecto en el consumo del aguinaldo de medio año, pero ya en agosto y en lo que va de septiembre, las ventas volvieron a mostrar retracción”.
Rosato explicó que “la suba de los precios de energía, tanto en gas, como en electricidad, golpeó al poder adquisitivo de los trabajadores, lo que provocó un aumento en la inflación que debieron afrontar los hogares”. “Por otro lado, las empresas vieron aumentados sus costos, lo que se tradujo en aumentos en los precios, en el menor de los casos, y pérdida de rentabilidad”, señaló.
El informe del Observatorio IPA, realizado por Pablo Bercovich y Martín Kalos, destacó que “junio parecería haber marcado un piso para la actividad económica”.
“En junio, la construcción comenzó a rebotar mientras que industria, comercio, intermediación financiera y varios otros sectores desaceleraron su depresión. Es probable que en julio comience, ahora sí, un amesetamiento generalizado; con algunos rebotes que se sumen a los tres sectores en verde (agro, Oil & Gas, minería) para que el EMAE en promedio marque una suba”. Sin embargo, en línea con la última encuesta realizada por IPA, el informe confirmó que “el endeudamiento por parte del sector privado efectivamente está elevándose, tanto bancario como el financiamiento proveniente del mercado de capitales”.
“En un contexto recesivo, que las PyMEs prevén que continúe, es poco probable que el endeudamiento sea con fines productivos. Se trata ante todo de tácticas de supervivencia y del aprovechamiento de los instrumentos financieros disponibles ante los cambios en la estrategia de comercialización por parte de los bancos”, destacó.
El análisis del Observatorio IPA destacó que “la información estadística publicada por el BCRA respalda lo relevado por el Observatorio IPA en las encuestas: en efecto, el endeudamiento del sector privado ha aumentado durante todo 2024″.
“La variación en el total de endeudamiento privado para los meses de julio y agosto a nivel interanual y acumulado (para julio) y acumulado para agosto, y también los niveles de inflación (para agosto, una inflación acumulada estimada de +94% a.i. al 23 de agosto, que es la fecha del último dato disponible para los datos del BCRA)”, señaló.
“Los instrumentos de endeudamiento seleccionados son adelantos en cuenta corriente, documentos descontados (ambas en pesos) y documentos a sola firma (en dólares). Estos fueron seleccionados porque son el tipo de instrumento para endeudamiento para gastos corrientes de las empresas (en pesos los primeros y en dólares los segundos). Por lo que los primeros pueden responder al pago de salarios y, el último, a proveedores (importadores)”, sostuvo el informe.
5 DATOS MUY PREOCUPANTES DEL MUNDO PYME
4 de cada 10 empresas indicó estar endeudada, lo cual es problemático dado que el 43,3% de las empresas cree que en 6 meses su situación será peor que la actual y el 30,8% prevé despedir empleados/as en ese mismo lapso de tiempo.
La actividad económica cayó -3,9% i.a. en junio, y en particular la Industria manufacturera se contrajo -20,4% i.a.. Al interior de la industria manufacturera hay una clara y peligrosa homogeneidad: todos los sectores están en una peor situación que el año pasado, en tanto muestran desde el mes de marzo una variación interanual negativa.
El endeudamiento del sector privado efectivamente está elevándose, tanto bancario como el financiamiento proveniente del mercado de capitales. En un contexto recesivo, que las PyMEs prevén que continúe, es poco probable que el endeudamiento sea con fines productivos. Se trata ante todo de tácticas de supervivencia y del aprovechamiento de los instrumentos financieros disponibles ante los cambios en la estrategia de comercialización por parte de los bancos.
En gran medida las empresas se están endeudando para el pago de sus gastos corrientes, ante la caída de los ingresos por la recesión. Principalmente para sostener el empleo, es decir, para el pago de salarios. Pasada la primera etapa de despido de personal “prescindible”, en muchos casos el actual personal es el mínimo necesario para el funcionamiento de la empresa. Si se tuviera que despedir más gente, prácticamente equivaldría a cerrar la empresa también.
El 38,5% considera que el RIGI tendrá un efecto negativo sobre su situación. Asimismo, el 42,3% de las empresas respondentes indicó tener deudas, lo cual resulta llamativo en tanto la evolución prevista para el futuro es negativa.
El Merval sigue arrasando contra toda bolsa del mundo comparable, y eso es un muy buen dato. “No es usual ver que las acciones argentinas se descorrelacionen del mundo o de la región”, reconocen desde Delphos.
El índice de referencia marcó un nuevo récord desde 2018 en US$ 1.405, posicionándose así a 28% de su máximo histórico en US$ 1.800.
“Entre los papeles que vienen destacando, podemos mencionar a los vinculados a la construcción y real estate, es decir, a industrias cíclicas. De hecho, entre los activos que la última semana superaron el desvío estándar de retorno diario (sobre una ventana de media año) encontramos a IRSA, CTIO, GCDI, HARG y TXAR”, dijeron desde Delphos.
IRSA INVERSIONES Y REPRESENTACIONES S.A. (IRSA)
CONSULTATIO S.A. (CTIO)
GERENCIAMIENTO DE PROYECTOS Y DESARROLLOS INMOBOLIARIOS S.A. (GCDI)
HOLCIM (Argentina) S.A. (HARG)
TERNIUM ARGENTINA SOCIEDAD ANONIMA (TXAR)
“Entendemos que puede ser consecuencia de un renaciente optimismo sobre la actividad económica local, tal como sugieren algunos datos de alta frecuencia”, dijeron.
Por ejemplo, esta semana se conoció que la actividad de la construcción creció 8% mensual ajustada por estacionalidad, mostrando que la actividad inmobiliaria habría hecho piso en mayo-abril. También puede tratarse de un optimismo vinculado a expectativas sobre un buen blanqueo, que podría canalizarse al sector inmobiliario.
“Somos optimistas sobre el repunte de la actividad económica, y efectivamente creemos que la construcción privada será uno de los motores de la economía”, dicen. Pero, advierten, “con precios de mercado tan elevados, sugerimos ser selectivos a la hora de elegir papeles para apostar al repunte cíclico”.
Entre ellos, dicen: “Nos gustan LOMA (por sobre HARG) y CTIO, mientras que TXAR y ALUA siguen sin estar entre nuestras elegidas por el riesgo que corre si se siguen liberando importaciones de acero”.
El precio de la Canasta Básica Total (CBT) aumentó 4,4% durante agosto, por lo que una pareja con dos hijos de seis y ocho años necesitó de $ 939.886 para comprar la cantidad mínima de alimentos, indumentaria y servicios para no caer por debajo de la línea de la pobreza.
Ese mismo grupo familiar necesito de $ 421.473 para comprar solo la cantidad mínima de comida que integra la Canasta Básica Alimentaria (CBA), y que fija el umbral por debajo del cual se cae en la línea de la indigencia.
La CBA aumentó 3,9% durante agosto, por lo que sumó 75,1% en lo que va del año, y 222,7% en los últimos 12 meses.
En tanto, la CBT, el aumento del 4,4% de agosto redundó en una suba del 89,6% en lo que va del año, t del 230,1% en los últimos 12 meses.
Hace una semana el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) estimó que el Índice de pobreza aumentó al término del primer semestre del año al 55,5% de la población y la indigencia al 17,5% en el mismo período.
A fin del 2023, el Indec calculaba que el Índice de Pobreza alcanzaba al 41,7% de los habitantes, entre los cuales 11,9% eran indigentes. Durante el primer semestres del año la inflación había alcanzado al 79,8%
Estos incrementos en los niveles de pobreza e indigencia se atribuyen en gran parte al impacto de la inflación de los últimos meses y a la suba principalmente en el rubro alimentos que afectó a los estratos más bajos de la sociedad.
El Indec dará a conocer el jueves 26 de septiembre el Índice de Pobreza oficial calculada al primer semestre del año.