En un contexto nacional de creciente preocupación por el financiamiento de la educación pública, la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), con sede en Bariloche, permanece en una escenario de preocupación por la falta de actualización presupuestaria, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y de recursos que impactan directamente en su funcionamiento cotidiano.
Se traduce en serias limitaciones para los gastos de funcionamiento cotidianos y esenciales. Foto archivo: Facundo Pardo.
Diego Aguiar vicerrector de la UNRN, explicó a El Cordillerano que la UNRN, al igual que otras universidades del país, opera con el mismo presupuesto asignado hace dos años. Esta situación, fue calificada como “muy difícil” para la planificación de actividades anuales e impacta directamente en la operatividad de la institución.
Aguiar aseguró que la comunidad universitaria experimenta un significativo deterioro en sus ingresos. “Los docentes y no docentes han sufrido un recorte de aproximadamente el 30% del salario real con respecto a noviembre del año 2023”, y dificulta la estabilidad económica de quienes sostienen la labor académica y administrativa.
El congelamiento del presupuesto nacional en la educación pública específicamente para las universidades se traduce en serias limitaciones para los gastos de funcionamiento cotidianos y esenciales de los establecimientos.
“Tenemos pocos fondos para los gastos de funcionamiento, es decir, para alquileres, el pago de servicios, insumos de laboratorio”, entre otros, expresó.
La situación también se traslada a la estabilidad económica de los estudiantes ya que las becas de apoyo económico, como la Manuel Belgrano para carreras prioritarias y la Progresar, quedaron desactualizadas frente al avance de la inflación.
El vicerrector de la UNRN detalló que en un esfuerzo conjunto entre el rectorado y el gobierno provincial de Río Negro, se logró un compromiso para finalizar la construcción del primer edificio del campus de la Sede Andina en Bariloche.
Esta obra, de gran importancia para la comunidad local, permite aliviar la presión sobre los edificios de colegios que actualmente se utilizan a contra turno.
“Vemos que es un gobierno que no tiene mucha afinidad con la educación en general y muy poco con la educación universitaria”, expresó .
“La única excepción en términos de financiamiento adicional durante el último año fue el apoyo para el tercer año de la carrera de Medicina. Si bien este aporte fue agradecido, no subsana las múltiples problemáticas actuales”, concluyó.
La comunidad educativa y científica aguarda con atención posibles cambios en las políticas de financiamiento a nivel nacional para garantizar la sostenibilidad y el futuro de la educación superior en la región.-
