Cultura y Educación
Las insospechadas andanzas de una barilochense en China
Verónica Garea es ingeniera nuclear y participa de una “escuela de verano” en la ciudad más poblada del gigante asiático. A pesar de la diferencia horaria, finalmente fue posible articular un intercambio con este medio.
Shanghái en la mirada de Verónica Garea. Foto: gentileza
Por el lado del que firma, la primera vez que El Cordillerano se contactó con Verónica Garea fue por asuntos musicales. Ocurre que nuestra renovada interlocutora es la voz de Banda Sonora de Películas que No Existen, una llamativa experiencia que tiene tres álbumes en su haber disponibles en Spotify y otras plataformas. No se pierdan el par de videos que está en YouTube… Pero además de cantar, nuestra vecina es ingeniera nuclear, presidenta de la Fundación INVAP y es a raíz de su especialidad profesional que por estos días está en las antípodas de la Patagonia. Diferencia horaria mediante, finalmente fue posible intercambiar unas preguntas y respuestas para ver cómo transcurre la vida de una barilochense del otro lado del planeta.
El Cordillerano: ¿en qué contexto se dio tu viaje a China y qué estás haciendo laboralmente?
Verónica Garea: Viajé a Shanghái, China para dar clases en una escuela de verano de tecnología nuclear. He tenido la oportunidad de participar de esta escuela internacional itinerante en años anteriores y esta vez la propuesta de viajar a China era muy tentadora. Mi estadía dura tres semanas.
EC: ¿qué sabías de China antes de viajar? Quiero decir, en general de este lado del planeta manejamos más información sobre países vecinos de Sudamérica, sobre Europa u Occidente.
Verónica: tengo una fascinación con China. En materia de tecnología nuclear, China está hoy a la vanguardia. Es el país con mayor número de reactores nucleares de potencia en construcción. Tenía también la idea de que estaba muy avanzado tecnológicamente, pero no tenía una imagen de cómo era la vida cotidiana en China.
EC: desde esa misma perspectiva, ¿qué preconceptos ratificaste y cuáles se desmintieron?
Verónica: confirmé mi idea de que es una potencia tecnológica. Le agrego a eso que es una potencia industrial. Hasta este viaje, no sabía el nivel de industrialización que tiene. Tuve oportunidad de visitar una industria pesada y ver las turbinas, generadores eléctricos y grandes componentes nucleares que China fabrica. Me impresionó. Me parece que no tenemos registro de la magnitud del salto tecnológico e industrial que ha pegado este país en la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI.
La ingeniera nuclear y música con sus compañeros de banda.
EC: Estás en Shanghái y si mal no recuerdo, vivís en Dina Huapi. ¿Cómo se experimenta tamaño contraste?
Verónica: vivo en el oeste de Bariloche y lo que más me impresiona de Shanghái es la escala: TODO es inmenso. Hay mucha gente en todos lados. Es muy difícil encontrar un espacio sin amontonamientos. Fui a visitar el Jardín Yu, que es promocionado como un espacio de paz en medio de la ciudad. Imposible encontrar un lugar no abarrotado de personas, imposible sacar una foto sin gente.
EC: supe por un documental que la comida que por aquí conocemos como china, es en realidad de una región y no tiene mucho que ver con la que está disponible en las grandes ciudades chinas. ¿Cómo es tu experiencia gastronómica?
Verónica: ¡es verdad! La comida es riquísima y muy variada, pero se parece poco a lo que conocemos como comida china. Yo como poca carne, prefiero no comer carne de hecho, y me resulta un poco difícil encontrar opciones vegetarianas, pero la gente es amable y busca acomodar los pedidos. De todas maneras, he probado pato y otras carnes, porque para mí es más importante cuidar las relaciones con las personas que adherir a mis restricciones dietarias. Hay una gran cultura del delivery, con aplicaciones para pedir cualquier comida que se te ocurra. Además, Shanghái es una ciudad muy cosmopolita y se puede conseguir desde comida súper tradicional hasta pizza. Aunque podemos discutir qué tal la pizza…
Una foto casi sin gente, aunque con motos.
EC: ¿qué es lo que más te disfrutas de tu estadía y qué lo que menos?
Verónica: lo que más estoy disfrutando es hablar con la gente, con las dificultades de no hablar mandarín, y conocer lugares. Me gusta mucho visitar lugares nuevos, caminar y descubrir las ciudades que tengo el privilegio de visitar. Viajar es un privilegio, realmente, y busco disfrutar la experiencia de conocer los rincones de las ciudades que visito. Shanghái es tan grande y tengo tanto que hacer en el curso del que participo que me van a quedar muchos lugares sin conocer, pero los que visito los disfruto. Lo que menos me gusta es no poder compartir esta experiencia con mi gente querida, porque vine sin familia. Me gusta viajar con mi compañero y mis hijos, así que eso lo extraño.
En Shanghái viven alrededor de 24 millones de personas, se sitúa en el este del país y creció sobre el delta del río Yangtsé a la vera del mar. Hace años que es uno de los motores que empuja el crecimiento económico chino. La ingeniera Garea se disculpó por no remitir fotos en las que ella apareciera. “Suelo pasear sola y no soy muy hábil con las selfis”, argumentó. Vive por estos días una experiencia al alcance de pocos en la Argentina. Una película que en su caso, sí existe.