Hechos clave:
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La emisión de tokens BRC-20 ocupa menos espacio en los bloques que los NFT Ordinals.
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Ya existen, al menos, 1.400 tokens creados con el estándar BRC-20.
Mientras conversaba con amigos sobre los NFT Ordinals y los tokens BRC-20, uno de ellos me dijo «cualquier cosa que se pueda subir en hex (sistema hexadecimal) a Bitcoin, se hará. Todo lo que se te ocurra. Los Ordinals abrieron el camino». En ese caso, ¿estará Bitcoin condenado a revivir crisis por las que pasaron otras redes al implementar protocolos similares? Como las congestiones en Ethereum relacionadas con los tokens ERC-20, por ejemplo.
La frase que me comentó mi amigo, aunque consiste en una idea que muchos tal vez hayamos pensado antes, no deja de golpear fuerte cuando no la ves venir. Ciertamente, el libre albedrío es parte del ADN de Bitcoin y eso puede ser su emancipación y su condena al mismo tiempo.
El estándar BRC-20 es obra de un desarrollador conocido como Domo en redes sociales. El informático, aunque no oculta el entusiasmo sobre su invención, insiste en que se trata de tecnología a nivel experimental. A eso añade que por ningún motivo debería considerarse como el estándar definitivo para crear tokens fungibles en Bitcoin.
Domo se valió del protocolo de los NFT Ordinals, desarrollado por Casey Rodarmor, para aplicar su idea. Para desplegar, emitir y transferir tokens BRC-20 es necesario hacer una inscripción, nombre que llevan los datos que se suben a la red Bitcoin por medio de Ordinals.
La relación que hay entre ambas invenciones ha despertado cierta inquietud en la comunidad bitcoiner, sobre qué tanto podrían afectar el uso del protocolo BRC-20 al funcionamiento de Bitcoin.
Los NFT Ordinals ya saturaron a Bitcoin más de una vez
A inicios del 2023, los NFT Ordinals despertaron una fiebre en la comunidad de Bitcoin que alcanzó a afectar negativamente el desempeño de esta red. A mediados del mes de febrero, la cantidad de Ordinals que se subían a Bitcoin era tal que provocaron una congestión.
El 12 de febrero, CriptoNoticias reportó que había más de 20.000 transacciones sin confirmar en el mempool de Bitcoin. En ese momento había 66 bloques a la espera de ser cargados a la red y la comisión promedio para confirmar transacciones de alta prioridad era de 14sat/vB. Aunado a ello, el mempool estaba a su máxima capacidad.
Los principales sospechosos de ser la causa de semejante atascamiento eran los NFT Ordinals, que estaban en auge. Y es que el problema no es solo la cantidad de transacciones que generaban. También está el asunto del espacio que ocupan en cada bloque y lo pesada que hacen a la blockchain de Bitcoin.
Desarrolladores y bitcoiners reconocidos, como Adam Back y Luke Dashjr, criticaron duramente el uso de este protocolo y apoyaron la censura de las transacciones que incluyeran este tipo de datos.
En marzo se repitió la historia de la saturación de la red Bitcoin. A inicios del mes, llegó a haber más de 100 bloques en espera de confirmación. A pesar de una baja en la marea de inscripciones con Ordinals después de la fiebre de enero, entre el 28 de febrero y el 7 de marzo se registraron, en promedio, unos 15.000 NFT Ordinals a diario.
¿Podría repetirse la historia de los NFT Ordinals con los tokens BRC-20?
Aunque tiene sentido temer que los tokens BRC-20 provoquen una reacción similar a la de los NFT Ordinals en Bitcoin, hay razones para pensar que esto es mucho menos probable.
En primer lugar, las inscripciones de NFT Ordinals ocupan mucho más espacio que las inscripciones relacionadas con los tokens BRC-20. Por ejemplo, la transacción que dio origen al token BRC-20, llamado «PEPE», tiene un tamaño de 162 B. Mientras tanto, las inscripciones de imágenes o NFT pueden pasar los 150.000 B, casi mil veces más que las de tokens BRC-20.
La diferencia en los tamaños de ambas transacciones puede traer cierto alivio a quienes se preocupan por potenciales congestiones relacionadas con los tokens BRC-20 en Bitcoin. Aunque podrían incrementar el tránsito en la red, no acapararían tanto espacio. Esto daría la oportunidad de agrupar más transacciones en cada bloque. No obstante, hay otros problemas que pudiesen ocasionar dichos tokens.
Lluvia de shitcoins 2.0
El nombre BRC-20 viene del estándar ERC-20, que crearon Vitalik Buterin y Fabian Vogelsteller para Ethereum en el 2015. A diferencia de los tokens creados por medio de inscripciones según el BRC-20, los tokens ERC-20 se originan por medio de un contrato inteligente. Esto los hace mucho más versátiles que su contraparte bitcoiner.
Los tokens ERC-20 fueron una pieza fundamental en la fiebre de las ICO del 2017. Una cantidad tremenda de proyectos lograron financiarse por medio de estas ofertas de tokens a precio de lanzamiento. Sus compradores esperaban que dichos tokens subieran de valor, para luego venderlos y hacer «dinero fácil».
El problema es que esta metodología también le facilitó el camino a muchos estafadores. Fueron muchos los que aprovecharon el hambre de la gente por invertir en estos tokens y terminaron perdiendo cantidades importantes de dinero.
Crear tokens ERC-20 es muy fácil, así como lo es crear tokens BRC-20, a pesar de que funcionen de manera diferente y en redes distintas. Si bien la fiebre de las ICO acabó hace tiempo y dejó lecciones importantes en el ecosistema de las criptomonedas, temo que el surgimiento de una herramienta como el estándar BRC-20 pueda traer algo similar.
A pesar de que Domo ha insistido en que estos tokens no deben tener valor ni deberían gastar sumas de dinero en emitirlos, en menos de un mes, se han lanzado al menos 1.400 tokens con este estándar, según la herramienta de búsqueda de la wallet UniSat. De hecho, el mismo creador de los tokens BRC-20 opina que Taro es una herramienta mucho mejor desarrollada para la emisión de tokens en Bitcoin.
A veces las advertencias no son suficientes para la gente que ve una oportunidad de hacer dinero, no importa cuán absurdo o arriesgado sea el método. Por lo que, lo mejor que podemos hacer es educarnos y mantenernos informados esperando que esta nueva tecnología traiga más beneficios que dificultades. Como dice Juan Luis Guerra en una de sus canciones: «la historia recicla, nos queda la fe».
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.