El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no estará presente en la ceremonia de asunción de Javier Milei como presidente de Argentina, que se llevará a cabo el 10 de diciembre. La decisión se debe a que el mandatario brasileño se sintió ofendido personalmente por los insultos que el libertario le dedicó en entrevistas y durante la campaña electoral.
Celso Amorim, asesor especial de asuntos internacionales brasileño, expresó al diario O Globo que, aunque el presidente no acuda, el Estado brasileño estará representado en el evento. Además, indicó: “De lo que conozco al presidente Lula, veo difícil que vaya a la asunción, porque se sintió personalmente ofendido“.
Milei lo había llamado “ladrón” y “comunista furioso” durante entrevistas ofrecidas en la campaña electoral. Esto después de que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) exhibiera su respaldo a la candidatura del ministro de Economía, Sergio Massa.
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Por su parte, el ministro de Comunicación Social de Brasil, Paulo Pimenta, aseguró que el presidente electo debería pedir disculpas a Lula antes de que puedan entablar un diálogo institucional.
“Yo no llamaría (a Milei), solamente después de que él pida disculpas. Ofendió de forma gratuita al presidente Lula. Él tiene que hacer un gesto, como presidente electo, de llamar para disculparse. Después de eso, sí, pensaría en la posibilidad de conversar”, dijo a los periodistas que cubren diariamente el Palacio del Planalto.
A pesar de su decisión, Lula manifestó ayer sus deseos de éxito al nuevo gobierno argentino a través de las redes sociales. En un comunicado publicado en Twitter, expresó que “siempre estará disponible para trabajar” junto a los argentinos.
La relación entre Brasil y Argentina es fundamental para ambos países, siendo Argentina el tercer socio comercial de Brasil y el principal comprador de sus productos manufacturados. A pesar de las tensiones entre los líderes políticos, se espera que las relaciones bilaterales continúen siendo tratadas como una cuestión de Estado.