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Cultura y Educación

“Mar adentro… Ellas”, una obra que “hace trabajar”

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Ideó la dramaturgia y dirige Marcela Mohr, que también actúa junto con Vanesa Molina y Abigail Cuzzani. El domingo próximo en centro cultural El Negro.

Vanesa Molina (en primer plano) Abigail Cuzzani y Marcela Mohr (de pie). Foto: gentileza

“Mar adentro… Ellas”. Así se titula la obra que tienen en cartel Vanesa Molina, Abigail Cuzzani y Marcela Mohr, quien además se ocupó de la dramaturgia y dirección. Tres actrices en escena que “navegan juntas en profundidades”. Ahora bien, “¿navegan o más bien naufragan? ¿Cómo habitar un mismo espacio y tiempo sin entrar en lo más hondo de la contradicción?” Quienes sientan atracción por esas inquietudes tendrán chance de ahondar el próximo domingo (11 de mayo) desde las 18 en Centro Cultural El Negro (Angelelli 7350 – Virgen Misionera) con entrada a la gorra.

El Cordillerano acercó algunas preguntas a la actriz que también ofició de dramaturga y directora. “Cerca de 2020 surge Mar adentro… como un pequeño escrito y después de la pandemia, siguieron las ganas de darle una forma teatral. Tenía un esqueleto y hacia 2023 o 2024 me dieron ganas de formalizarlo, en una idea plasmable de puesta en escena”, compartió. Entonces, “me acerqué directamente a dos compañeras para invitarlas a formar parte del elenco”.

No hubo algo así como un proceso de selección, “de manera interna entendí quién podía ser útil y eficiente para los personajes que estaba buscando”, confió Marcela. “Enseguida ambas dijeron que sí con mucho ímpetu y eso me llenó de energía para pensar que podíamos seguir adelante”. Al final, “somos tres mujeres en escena, porque yo también interpreto un personaje. Suelo decir que teníamos el esqueleto y había que echarle carne, me parece muy aplicable la metáfora de que los personajes encarnan”, ilustró la teatrera.

El proyecto “tenía que ganar volumen y durante tres o cuatro meses, trabajamos en una dinámica constructiva y creativa, en la que afinamos también algunos diálogos”, compartió. “Para mí la etapa de exploración siempre es la más importante, porque se abre el juego para que todos aporten algo y que cada personaje encarne de a poco nutriéndose del antagonismo con los otros”, describió. “Fue un momento muy rico y desde mediados de 2024 afinamos la pluma para llegar a algo mostrable”.

“Mar adentro… Ellas”.

En el transcurso del proceso, “me encontré dirigiendo el timón del barco porque la idea estaba en mi cabeza y el texto era mío, pero a partir de aquel esqueleto fuimos construyendo junto a mis compañeras, que tuvieron la hermosa paciencia de asumir este proyecto”. Cuando se acercaba el momento del estreno, Marcela contó con las “miradas amigas” y externas de Fabiana Carbajales y Gimena Portelli.

Minimalista y absurda

A fin de cuentas, la gente se va a encontrar con “una obra muy simple. Minimalista en cuanto a los recursos utilizados: tres actrices en escena de manera permanente en un espacio reducido sin cambio de escena”, adelantó. “Es íntima, privilegia el uso de la palabra y el lenguaje corporal. Apelamos a pasajes de grotesco y, sobre todo, me parece que sería correcto llamarlo teatro de absurdo, por cómo está planteado”, señaló.

“Mar adentro… Ellas” propone “una historia que está muy vinculada a la esencia humana y trabaja muchísimo sobre el filo de las emociones. También creo que pone al espectador a trabajar: no es una obra en la que uno se sienta y listo… Estás permanentemente invitado a estar activo, a construir permanentemente algún sentido. La obra obliga a buscar conclusiones que enseguida se corren y dejan de ser certezas”, advirtió Marcela.

Con algunas funciones a cuestas, “una de las devoluciones que más me interesó es: nos mantuvo atrapados… Me gusta oír que a medida que transcurre la trama, el espectador va encontrando distintos matices, con nuevas versiones de lo posible. Esas fueron gratas devoluciones. También, que las emociones de los espectadores fueron conmovidas, que algo se movió. Para mí, ese es el mejor regalo: que el espectador se vaya a su casa rumiando algo personal, que no tenga que ver conmigo. Eso quiere decir que hubo encuentro”, valoró la directora y actriz.

Aunque tal vez se la referencia más en otros ámbitos de quehacer comunitario, la relación entre Marcela Mohr y el teatro ya tiene un par de décadas. Comenzó con “Fábulas en pantuflas”, una propuesta de teatro infantil. “Fue un proyecto muy hermoso que nos llevó a recorrer y conocer toda la Patagonia cuando yo recién llegaba a Bariloche. Tengo los mejores recuerdos de esa vivencia teatral porque pude conocer la intimidad de los pueblos. Ahora que ya tengo hijos patagónicos, recuerdo esa gira teatral que hicimos con Alicia Tealdi, Adrián Marré y Bárbara Marigo a través de la mirada de los nenes”, evocó.

Tiempo después “formé parte de Impro Sin Fin, el primer elenco de teatro improvisado en Bariloche, del que tengo los mejores recuerdos porque amo improvisar, es una de las artes que me conecta mucho con el don del aquí y ahora”. Más cerca en el tiempo, “hice Sin conciencia, la primera pieza teatral de dramaturgia propia, proyecto con el que tuvimos la linda aventura de participar del festival provincial. Fue también una experiencia muy amorosa”.

Profesionalmente, Marcela es psicóloga, “trabajo mucho desde el cuerpo y de ahí la propuesta comunitaria: que el teatro nos invite a construir una dimensión del compartir a través de la escena, además del registro emocional. Siempre que pude llevé a eso a los espacios e instituciones de los que, como madre u operante, estuve participando”. Ahora es tiempo de “Mar adentro… Ellas”. Navegar o naufragar, pero con emociones a flor de piel.