Política y Economía
Milei atacó al periodismo y justificó el bombardeo a Irán
Recibió el premio Escuela de Salamanca que entrega la organización de ultraderecha El Club de los Viernes.
El presidente argentino, Javier Milei, concluyó su gira internacional en España, alzándose con otro galardón de la organización de ultraderecha El Club de los Viernes. Olimpo del pensamiento neoliberal, el premio Escuela de Salamanca volvió a honrar a Milei, quien hizo una parada previa en naciones como Italia, Francia e Israel.
Durante su presentación en Madrid, donde tuvo como antecedente y mentor al célebre Jesús Huerta de Soto, Milei desplegó una enérgica defensa de sus políticas económicas. Con un elocuente discurso, el presidente justificó las drásticas medidas de ajuste implementadas bajo su mandato al alegar que el país había llegado a niveles insostenibles de crisis. Utilizando una colorida metáfora, Milei describió la situación heredada del gobierno anterior como una silla eléctrica a punto de activarse.
Incluso, expuso logros recientes de su administración, como una histórica disminución de la inflación que, según él, alcanzó en mayo un 1,5% solo, marcando el índice más bajo de los últimos cinco años. Atribuyendo este éxito a la eliminación del déficit fiscal y al corte en la emisión monetaria, el presidente aseguró con vehemencia su intención de erradicar la inflación de manera definitiva.
Sin embargo, el evento también mostró otro lado del polémico mandatario, quien no perdió tiempo en arremeter contra periodistas y economistas críticos de sus políticas. Utilizó su acostumbrada retórica incendiaria para menospreciar a figuras del liberalismo que desacreditan el ritmo de sus reformas, tachando a personalidades como Hans-Hermann Hoppe de “imbéciles”. No dudó en emplear terminología despectiva para referirse a aquellos que él llama “libertarados”, una clara bofetada a quienes adaptaron su ideología de manera diferente.
El enfrentamiento con los medios de comunicación no se hizo esperar. En un ataque directo, Milei parafraseó al influyente Wall Street Wolverine, sugiriendo que los periodistas deberían ser menospreciados. Entre desdén e ironía, aseguró que eliminaría cualquier atisbo de propaganda oficial entre la prensa de su país.
