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Moldavia acusa a Rusia de injerencia en la segunda vuelta de las presidenciales | Internacional

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Las autoridades moldavas denunciaron al mediodía de este domingo una injerencia masiva en el transcurso de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. En esta cita, 2,7 millones de ciudadanos están llamados a elegir entre la actual jefa de Estado, la prooccidental Maia Sandu, y el antiguo fiscal general Alexander Stoianoglo, candidato respaldado por los partidos prorrusos y, según la presidencia, apoyado por el oligarca Ilan Shor, fugado en Rusia tras ser condenado a 15 de años de cárcel por el robo de 1.000 millones de dólares (unos 900 millones de euros), lo que equivale al 8% del PIB de Moldavia.

“Estamos viendo una interferencia masiva de Rusia en nuestro proceso electoral, ya que los moldavos votan en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, un esfuerzo con un alto potencial de distorsionar el resultado. Las autoridades están en alerta máxima”, ha señalado Stanislav Secrieru, secretario del Consejo Supremo de Seguridad y consejero de la presidenta en materia de defensa, en un mensaje en la red social X.

Sandu, antigua asesora del Banco Mundial, que en la primera vuelta celebrada el pasado 20 de octubre logró el 42,45% de los votos frente al 25,98% de su rival, partía como favorita, aunque las últimas encuestas muestran un escenario muy reñido. Se anticipa una ardua lucha entre ambos aspirantes, ya que la mayoría de los candidatos eliminados han instado a sus simpatizantes a votar ahora por Stoianoglo. Ninguno, ni siquiera entre los proeuropeos declarados, ha pedido el apoyo para la actual presidenta.

La participación en las elecciones es elevada: a poco más de dos horas del cierre de las urnas, ya se ha superado el porcentaje de votos de la primera vuelta, que acabó en un 51,65%. Sin embargo, se teme que este nivel de participación esté impulsado por traslados masivos de votantes auspiciados desde Rusia.

Los observadores electorales de Promo-LEX, una ONG que defiende los derechos humanos, han asegurado: “Se ha estado llevando a cabo un transporte organizado de votantes, ilegal según nuestro código electoral, en la región de Transnistria [enclave exsoviético que persiste gracias a la ayuda del Kremlin para mantener la influencia rusa sobre el país de la Europa del Este]”.

Chisináu ha puesto en alerta a los países occidentales en los que ha abierto colegios electorales ―Italia, Francia, Alemania, España, Canadá, Rumania, Estados Unidos y Reino Unido― ante el temor de que Rusia intente perturbar la participación. En el referéndum sobre la integración del país en la Unión Europea, que tuvo lugar simultáneamente con la primera vuelta de las elecciones presidenciales el pasado 20 de octubre y que salió adelante por un estrecho margen de votos, la diáspora jugó un papel decisivo, cambiando los resultados de la votación. Las autoridades moldavas temían que se produjeran interrupciones en la actividad de los centros electorales con, por ejemplo, avisos de bomba. Como finalmente ha sucedido. A primera hora de la tarde se han producido sendas alertas falsas de explosivos en los centros electorales dé Liverpool y Frankfurt.

La participación en la región ya había superado a las 11.00 de este domingo a la registrada en toda la jornada de la primera vuelta. La Comisión Electoral Central descartó abrir colegios electorales en la región separatista por no poder controlar el desarrollo de la votación. “Las autoridades de la Federación de Rusia son responsables de lo que sucede en la región de Transnistria de Moldavia, como confirman varias sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos”, ha recordado Secrieru.

Canales de propaganda rusos han publicitado esta movilización auspiciada desde la Federación de Rusia. Según estos, autobuses y vuelos chárter han trasladado a cientos de votantes a Turquía, Azerbaiyán y Bielorrusia. El objetivo es que los ciudadanos moldavos voten en esos países, ya que los colegios electorales en Rusia están colapsados.

Un medio ha colgado incluso en sus redes sociales un vídeo de un avión repleto de ciudadanos enseñando sus pasaportes moldavos. “El avión parece capaz de transportar entre 260 y 400 votantes, una clara evidencia de un transporte organizado y a gran escala de votantes”, ha denunciado Secrieru. El secretario del Consejo Supremo de Seguridad ha informado además de que la agencia moldava de ciberseguridad ha sufrido ataques a su página web a lo largo de la mañana. “Una acción rápida restableció el acceso; la integridad de los datos está intacta; se han tomado medidas adicionales para garantizar el desarrollo sin problemas del proceso electoral”, ha notificado la entidad.

El observador del think tank Watchdog Eugen Muravschi ha alertado de que un ciudadano repartía banderas de Moldavia, Rusia y Gagauzia en Estambul. “Delante de mí, la gente hablaba de haber conseguido 100 dólares [por el voto], pero una mujer les dijo que el dinero había sido confiscado en la frontera”. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Moldavia ha apuntado que “hay algunos indicios de turismo electoral que se estudian con especial atención”.

Por su parte, la agencia de noticias bielorrusa Belta ha publicado que cientos de moldavos han viajado desde Kaliningrado y Moscú a Minsk, Bakú y Chisináu para votar en los comicios, ya que los puntos electorales en Rusia ―dos en la capital― no pueden hacer frente al número de moldavos que quieren ejercer su derecho a voto.

La diáspora, decisiva

Más de 281.000 ciudadanos moldavos han votado ―hasta las 19.00 hora local― en los colegios electorales en el extranjero, una cifra superior a los 263.000 de 2020, que ya era récord. En Rumania se está constatado una considerable movilización. Los ciudadanos moldavos se han volcado para depositar su voto en los 16 colegios electorales, en especial en Bucarest, donde se aprecian largas filas de ciudadanos. Entre ellos, se encuentra el futbolista moldavo Igor Armas: “Será un récord en estas elecciones”. A pocos metros se encuentra Olga, una enfermera que trabaja en la capital rumana desde hace diez años. “No podemos dejar que los rusos vuelvan a ocuparnos; queremos deshacernos de su influencia, que solo trae pobreza y odio”.

Los nervios están a flor de piel en esta república que se independizó en 1991. Durante el día de reflexión, cientos de miles de moldavos han recibido amenazas de muerte en los últimos días por correo electrónico. “Conocemos tu dirección, tus datos personales, tus tarjetas bancarias” o “Te perseguiremos hasta que te suicides” son algunos de los mensajes emitidos por personas que se hacen pasar por miembros del equipo de Sandu. Incluso los periodistas han sido objeto de estos ataques que buscan manchar la imagen de la actual jefa del Estado: “Sabemos dónde vives, sabemos en qué redacción trabajas, podemos matarte. Elige a favor de Maia Sandu y salva tu vida”.

La presidenta proeuropea ha denunciado una trama de compra de votos. “Los ladrones quieren comprar el país”, ha dicho. Pero ha subrayado que “el poder del pueblo es infinitamente mayor que cualquiera de sus calumnias”. “Voté con Moldavia. Confío en que nuestros ciudadanos tomarán buenas decisiones para nuestro país. Ellos, cada vez que han sacado al país hacia delante, lo han protegido del mal”, ha recalcado tras votar en la capital moldava. El primer ministro Dorin Recean ya había vaticinado que Moldavia estaba siendo atacada por grupos criminales que corrompen a los votantes con la compra de su sufragio e instó a los ciudadanos a emitir un voto honesto. El mandatario advirtió de la influencia que esta estrategia “fraudulenta”, que se venía fraguando desde hacía meses, iba a tener en los comicios.

Stoianoglo, que goza del apoyo del prorruso Partido Socialista y ha rechazado la compra de votos, ha insistido en que los órganos competentes deberán evaluar la legalidad de los supuestos viajes financiados por Rusia. “He votado por una Moldavia libre, estable y próspera. Una Moldavia que respete a su gente, independientemente de su origen étnico, idioma hablado, religión u opiniones políticas. Una Moldavia que no se quede de brazos cruzados, sino que desarrolle en armonía sus relaciones con Oriente y Occidente”, ha aseverado el candidato independiente, que ya ha confirmado que no vería con malos ojos reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin.