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Mora: esta es la fruta que estimula el deseo sexual, protege el corazón, combate el colesterol y el envejecimiento
En tiempos donde la alimentación funcional gana protagonismo, algunos frutos silvestres han dejado de ser simples acompañamientos para convertirse en potentes aliados de la salud integral.
Entre ellos, la mora destaca por su capacidad para revitalizar el organismo desde adentro. Esta fruta de temporada, popular en jugos, postres o directamente al natural, guarda un perfil nutricional que sorprende: no solo mejora la circulación, sino que también impulsa el deseo sexual, retrasa los signos del envejecimiento celular y favorece la salud cardiovascular.
Su combinación de vitaminas, minerales y antioxidantes la posiciona como una de las joyas más potentes del reino vegetal.
La mora contiene componentes activos que estimulan el flujo sanguíneo, un factor clave en la respuesta sexual tanto masculina como femenina. Esta fruta promueve la liberación de óxido nítrico, un vasodilatador natural que facilita la irrigación en las zonas íntimas y potencia la sensibilidad. A diferencia de soluciones farmacológicas, su efecto es gradual y sostenido, lo que convierte a la mora en una opción confiable y sin efectos adversos.
Los expertos en nutrición la recomiendan como parte de una dieta que busque revitalizar la energía sexual de manera natural. Combinada con otros alimentos ricos en zinc, como las nueces o las semillas, puede potenciar aún más su acción. Además, su consumo regular ayuda a reducir los niveles de estrés oxidativo, uno de los factores que más interfieren con la libido en personas adultas.
Los signos del paso del tiempo no solo se reflejan en la piel, sino también en la salud de órganos y tejidos. En ese frente, la mora actúa como una barrera antioxidante gracias a su abundancia en antocianinas, flavonoides y vitamina C. Estas sustancias ayudan a proteger las células del daño provocado por los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Además, su aporte de vitamina A y E favorece la regeneración celular y la elasticidad cutánea. Las moras también mejoran la producción natural de colágeno, proteína clave para la firmeza de la piel. El consumo frecuente de esta fruta puede reflejarse en una piel más luminosa, una menor aparición de arrugas y una mayor vitalidad general, especialmente si se integra como parte de una dieta variada rica en frutas y vegetales frescos.
Más allá de su efecto en la piel o la sexualidad, las moras también tienen beneficios cardiovasculares y neurológicos. Contienen altos niveles de fibra soluble, lo que ayuda a reducir el colesterol malo (LDL) y mejora la circulación arterial. Asimismo, sus polifenoles actúan como protectores del sistema vascular, ayudando a mantener una presión arterial equilibrada.
En el plano cognitivo, los antioxidantes de la mora tienen un efecto neuroprotector. Estudios indican que su consumo puede mejorar la memoria a corto plazo y reducir la inflamación cerebral.
Esto convierte a la mora en un alimento valioso para personas de edad avanzada o para quienes desean mantener su agudeza mental en óptimas condiciones. Su bajo índice glucémico también la hace ideal para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2.
Las moras pueden consumirse frescas, deshidratadas o en forma de jugo natural. Una de las formas más recomendadas es incluirlas en el desayuno, acompañando yogures naturales o avena. También se pueden utilizar en batidos verdes junto con espinaca, plátano y semillas de chía, potenciando su efecto antioxidante y energético.
En la repostería saludable, las moras se integran bien en recetas sin azúcar, como muffins integrales o barras de cereal caseras. Para quienes buscan una merienda rápida y nutritiva, un puñado de moras con almendras o nueces puede aportar saciedad y energía sostenida.
Es importante priorizar las versiones naturales y evitar los productos industrializados que contengan azúcares añadidos. Las moras congeladas también conservan gran parte de sus propiedades y resultan una opción accesible durante todo el año.