Las mascotas, en especial perros y gatos, son miembros centrales de muchas familias, y su cuidado implica una atención integral que va mucho más allá del afecto. Uno de los pilares fundamentales es la alimentación: debe ser adecuada, equilibrada y adaptada a sus necesidades. Sin embargo, un hábito común entre los dueños es ofrecerles sobras de comida humana. Una práctica que puede parecer inofensiva pero que conlleva consecuencias para su salud.
La realidad es que muchas de las comidas que consumimos las personas contienen ingredientes y preparaciones que pueden ser tóxicas o dañinas para los animales. Desde huesos cocidos hasta platos condimentados con cebolla, ajo o sal en exceso, lo que para nosotros es un alimento cotidiano, para una mascota puede convertirse en un riesgo grave.
Numerosos especialistas veterinarios coinciden en que darles sobras puede generar problemas digestivos, intoxicaciones, desequilibrios nutricionales y contribuir al sobrepeso, por ejemplo. Es por esto, que entender qué pueden comer nuestras mascotas no solo es un acto de amor, sino también un compromiso con su bienestar.
¿Por qué no hay que darle sobras de comida a nuestras mascotas?
La práctica de alimentar a las mascotas con las sobras de comida humana es común, pero cada vez más veterinarios advierten sobre los peligros que esta costumbre puede acarrear. Según la experta María Vetican, conocida en redes sociales por su enfoque educativo, los huesos cocidos representan un riesgo significativo para los perros.
Estos pueden astillarse fácilmente, provocando obstrucciones o perforaciones en el sistema digestivo, una afección que podría requerir intervención quirúrgica urgente. Además, el consumo de alimentos condimentados con ajo, cebolla o especias introducen reacciones alérgicas severas en nuestros animales.
En este sentido, las intoxicaciones representan una preocupación seria. De acuerdo al especialista Ignacio Arija, los perros tienen un metabolismo más delicado que los humanos e ingerir alimentos en mal estado o contaminados con bacterias como la salmonela lleva padecimientos como gastroenteritis.
Por otro lado, el veterinario Juan Andrés Alvarado enfatiza la importancia de una alimentación balanceada y específica para cada especie. Ofrecerles sobras a nuestros compañeros puede alterar su dieta, exponiéndolos a deficiencias nutricionales o excesos de ciertos nutrientes, afectando así órganos vitales como el hígado y los riñones. Además, el consumo de comidas ricas en grasas y calorías puede contribuir al sobrepeso y obesidad, incrementando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y articulares.
Entonces, aunque compartir nuestras comidas con las mascotas puede parecer un acto de cariño, es esencial reconocer los riesgos asociados. Optar por una dieta formulada específicamente para perros y gatos, que cubra sus necesidades nutricionales sin comprometer su salud, es la mejor manera de garantizar su bienestar a largo plazo.