La movilización promete ser aún más masiva que la de la semana pasada, lo que ha llevado al gobierno a implementar nuevas medidas de control.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, está preparando un despliegue de seguridad sin precedentes para la próxima marcha en apoyo a los jubilados, agendada para mañana 19 de marzo en Buenos Aires. El objetivo de este despliegue es “garantizar una manifestación pacífica y evitar cualquier tipo de desestabilización que pudiera surgir durante el evento”.
Este martes, Bullrich sostuvo una reunión estratégica en la Casa Rosada con autoridades clave del ámbito de seguridad, incluyendo al titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado, Sergio Neiffert, y su segundo al mando, Diego Kravetz. En este encuentro, se ultimaron los detalles del operativo, que promete ser mayor que el de la semana anterior debido a un posible aumento en los asistentes a la marcha.
La operación de seguridad está prevista para incluir a más de mil uniformados de diversas agencias, como la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Sin embargo, se introducirá un control más riguroso de los accesos nacionales a la capital del país, con especial atención en las rutas de entrada y salida, con el fin de prevenir brotes de violencia que pudieran empañar la manifestación.
Por otro lado, incidentes previos de uso excesivo de fuerza en manifestaciones han manchado la imagen de las fuerzas de seguridad, como el caso del fotógrafo Pablo Grillo, quien fue herido en una manifestación reciente. Aunque el ejecutivo sostiene que su accionar se ha ajustado siempre a los marcos establecidos en los protocolos, este hecho ha propiciado un debate sobre los límites de fuerza utilizada en tales eventos.
