Luego de que se oficializara la desregulación del sector, el mandatario confirmó su intención de privatizar la compañía.
En una declaración que ha remecido el tablero político y sindical del país, el presidente Javier Milei hizo pública su intención de privatizar la empresa Intercargo, responsable de los servicios de rampa en los aeropuertos argentinos. Esta decisión se enmarca en un contexto de desregulación y reforma en sectores estratégicos del país.
El detonante de la firme postura del presidente fue una reciente huelga que provocó severos trastornos en el Aeroparque Jorge Newbery. El paro, llevado a cabo de manera sorpresiva por trabajadores de Intercargo, dejó varados a miles de pasajeros y generó un caos significativo en las operaciones aéreas. “Obviamente que se termina Intercargo”, manifestó Milei en un categórico anuncio antes de entrar a una reunión de Gabinete en la Casa Rosada.
El movimiento hacia la privatización y la desregulación ha sido discutido ampliamente dentro del Gobierno. Junto al presidente, figuras clave como el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, han defendido con fervor estas iniciativas. Mogetta, en una conversación con los medios este viernes, enfatizó que “el proceso de privatización está en marcha”, y confirmó que Intercargo se encuentra en la lista de empresas que pasarán a manos privadas.
La relación entre el gobierno de Milei y los gremios aeronáuticos se torna cada vez más tensa. El vocero presidencial, Manuel Adorni, criticó duramente lo que describió como el “monopolio de Intercargo” y el “terrorismo sindical”, alegando que estas prácticas extorsivas ya no tienen cabida en el nuevo esquema nacional. El gobierno ha tomado una postura de cero tolerancias frente a prácticas que considere dañinas para el progreso económico y operativo del país.
Además, se ha oficializado que, en situaciones de emergencia, se recurrirá a la colaboración de las fuerzas de seguridad para garantizar el funcionamiento óptimo de los servicios aeroportuarios y de rampa. Esta medida excepcional busca “prevenir nuevos episodios de parálisis en terminales clave para el tránsito aéreo argentino”, subrayando la determinación del ejecutivo en llevar adelante estas reformas drásticas para restructurar sectores considerados críticos para el desarrollo y la inversión.
