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Polémica: idas y vueltas en torno al arroyo La Angostura
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hace 4 semanasel
Ecologistas apuntan a una alteración de la “dinámica ecosistémica”, mientras que en el Club Náutico Lago Moreno afirman que pretenden restaurar en parte el sector, ya que señalan que el accionar humano previo fue el causante de modificaciones problemáticas. Por su parte, el funcionario municipal que autorizó una limpieza en el sector dice que, antes de hacerlo, investigó sobre el tema.
Una cuestión sobre la que existen diversas miradas (fotos: gentileza -excepto donde se indica-).
Ante el pedido por parte del Club Náutico Lago Moreno, en pos de realizar una campaña de limpieza en el arroyo La Angostura, paso que conecta el lago Moreno con el Nahuel Huapi, el subsecretario de Planeamiento municipal, Alfredo Allen, el 6 de febrero autorizó a que en la jornada siguiente la institución desarrollara tareas “de manera manual de ambos márgenes”, lo que efectivamente pasó.
Sacando piedras.
Desde diversos grupos ecologistas se protestó ante la decisión, con expresiones públicas al respecto, ya que consideraron que la medida implicaba un daño ambiental.
“Las consecuencias de cambiar el rango de escurrimiento del arroyo significa modificar el drenaje de toda la cuenca, cambiarle el nivel actual”, sostuvo, por ejemplo, el exguardaparque y ambientalista Alejandro Beletzky, quien consideró: “Se afecta la dinámica costera”.
Para Beletzky, La Angostura “es un arroyo navegable cuando el caudal de los lagos lo permite, no cuando en el Club Náutico quiera”.
Según él, cambiando las características de la zona, “se modifica la dinámica ecosistémica, afectando la vida de una especie en peligro de extinción, como es el huillín, que tiene sus guaridas bajo troncos sumergidos en las costas de los lagos”.
Para Beletzky, no deben realizarse acciones en el sector.
“Ya los hemos visto pasar con lanchas a motor, a alta velocidad, cuando está lleno de peces que vienen a desovar”, aseveró Beletzky, en referencia a los integrantes del Club Náutico.
“Si se modifica una cuenca tan frágil como esta, se generan consecuencias. Bajar el nivel provoca un daño ecosistémico brutal”, opinó.
Por otra parte, afirmó: “Desde el punto de vista legal, están modificando una cuenca que pertenece a un área protegida intangible como es el bosque municipal Llao Llao, y también al Parque Nacional Nahuel Huapi. Violan dos leyes a la vez para ahorrarse el trabajo de pasar la lancha de un lado a otro, ya sea llevándola con sirga o pasándola con tráiler haciendo menos de un kilómetro hasta el Nahuel Huapi. Es irresponsable, injustificable y un atropello a los habitantes de la región y el ecosistema”.
“Están acelerando la muerte de la costa”, apuntó.
Domingo 16 de febrero, protesta de ambientalistas.
Desde diversos sectores que comparten ese parecer, convocaron a visibilizar lo que consideran un atropello a la naturaleza a través de una acción que se llevó a cabo en el lago Moreno, con nadadores kayakistas y demás, el domingo 16 de febrero.
Más allá de eso, aparecieron carteles en diversos puntos de la ciudad con fotos del presidente del Club Náutico Lago Moreno, y protesorero del Consejo de Administración de la Cooperativa de Electricidad Bariloche, Alejandro Seguí, y del funcionario Alfredo Allen, quien autorizó la labor, tildándolos de “monstruos patagónicos” y “asesinos de flora y fauna”.
Carteles que aparecieron en diversas partes de Bariloche.
Alejandro Seguí, ante los ataques panfletarios, optó por realizar un repaso histórico, con las variaciones que se produjeron a través del tiempo sobre el lugar en cuestión.
Así, primero, presentó: “El arroyo Angostura, que une el lago Moreno con el Nahuel Huapi, tiene dos características: es una vía navegable y también la herramienta natural que tiene el Moreno para renovar continuamente sus aguas, que son alimentadas por varios arroyos, entre ellos el Goye, el López y el Casa de Piedra. Desde siempre, y cuando no existían rutas de comunicación por tierra con la ciudad de San Carlos de Bariloche, el Angostura fue el medio de comunicación y conexión para el aprovisionamiento mediante embarcaciones de todos los viejos pobladores de Colonia Suiza y sitios aledaños”.
“También navegaban los lanchones que llevaban grandes rollizos de madera que se transportaban desde Colonia Suiza a Chile y a la ciudad de San Carlos, barcos de gran calado que pasaban por el arroyo sin problema de encallar”, dijo. En tal sentido, recalcó “la profundidad” y “la anchura del paso” que había en aquel entonces.
“Además, sobre el lago Moreno, y muy cerca del comienzo del arroyo, estuvo hasta los años ochenta el astillero Thienemann, donde se construían grandes embarcaciones, como barcos para treinta y cuarenta pasajeros destinados a la explotación del turismo a través de excursiones lacustres en el Nahuel Huapi. Esas embarcaciones se construían en el Moreno y salían navegando por el arroyo Angostura hacia el Nahuel Huapi”, expuso.
Trabajo en el astillero.
Asimismo, Seguí señaló que, con la construcción de conexiones terrestres, se levantó “el puente de madera sobre el arroyo, más precisamente sobre su desembocadura hacia el Nahuel”, precisando que años más adelante se lo reemplazó por el de hormigón, que perdura hasta la actualidad.
De acuerdo a Seguí, fue con el nuevo puente que comenzó “el endicamiento (formación de diques en los cauces) del arroyo por la intervención directa de la mano del hombre”.
En tal sentido, aseveró que la construcción no contó con un estudio ambiental y existieron “errores ingenieriles en el cálculo de dónde debían estar las columnas”, lo que, de acuerdo a su apreciación, hizo que se apoyaran “directamente sobre el mismo cauce del arroyo, a ambos lados del mismo, produciendo el angostamiento del canal de agua y su primera modificación a lo que naturalmente era”.
Limpieza del 7 de febrero.
Seguí, luego, habló de una “segunda modificación” y contó: “Durante la obra, el excedente de materiales, sea piedras, áridos, etcétera, se fue tirando no sólo en las dos márgenes de la costa, sino inclusive en el mismo cauce del arroyo”.
Así, consideró que ese proceder cambió “la fisonomía de la playa” y varió “la profundidad del cauce”.
Al respecto, afirmó que aquello llevó a que se comenzara “a tapar la piedra madre original en el fondo, que se podía llegar a ver en la primera época y pudo observarse hasta los sesenta o setenta, según la información dada por pobladores de aquella época”.
Seguí manifestó que esas acciones humanas devinieron en “cambios en la velocidad de la corriente”, lo cual, según su explicación, provocó “una erosión más profunda sobre las costas”, lo que contribuyó “a que el material erosionado se fuera depositando en el fondo del cauce”.
Viejos tiempos: una embarcación y el puente de madera.
El presidente del Club Náutico Lago Moreno indicó que, ante las variaciones de la fisonomía del lugar, se comenzó a ver al sitio como una playa, lo que incrementó la cantidad de gente, en lo que calificó como “tercera intervención humana”.
“Si a eso le sumamos el cambio climático, con un clima más cálido durante más días en el verano, hace que el impacto sobre la zona haya crecido exponencialmente”, sostuvo Seguí, para después considerar que, de tal manera, ese espacio dejó de ser un sector intangible. En tal sentido, habló de partes que “son utilizadas por los concurrentes como baños”, lo que lleva a la presencia de “excremento en el papel higiénico o sin él, pañales, yerba mate, colillas de cigarrillos, vasos de plástico, bolsas de nylon y demás cosas que se encuentran detrás de los arbustos”.
Así, apreció que se “contaminan con enfermedades a especies animales que puedan llegar al lugar, a pesar de que ya casi no las hay, porque son espantadas por la concurrencia de tanta gente”.
Además, resaltó que “los concurrentes tiran pequeñas, medianas y grandes piedras al fondo del arroyo, o peor, hacen caminos con ellas para cruzar caminando y sin mojarse, como si fuera un puente de orilla a orilla, y luego no lo desarman, ocasionando que se formen pequeños diques que, con la corriente, se van llenando de arena y sedimentos y forman como lomos de burro que obstruyen cada vez más el libre paso del agua del Moreno al Nahuel”.
Ante ese panorama, Seguí indicó que, debido la falta de planes oficiales de limpieza en el lugar, fue que propusieron realizar la acción, lo que derivó, según señaló, en que fueran “atacados por gente” a la que calificó como “ignorante o con muy mala fe”.
Alejandro Seguí brindó un informe acerca de cómo varió el sector del arroyo La Angostura a través de los años (foto: Matías Garay).
De acuerdo a su exposición, “el endicamiento producido por la mano del hombre durante años” propicia que “la renovación del agua del Moreno cada vez sea menor”.
“De dejarlo así, sin intervenir limpiándolo periódicamente después de la temporada de verano, con el transcurso del tiempo perderemos las aguas limpias y potables que hoy tenemos en el lago Moreno”, sostuvo, añadiendo: “Nos avala hacer esta última afirmación lo que pasó con el lago Morenito, que en su momento era un brazo del Moreno y fue encerrado en los sesenta por el camino construido al Camping Musical. Esa obra, sin conciencia y sin un estudio de impacto ambiental correcto, hizo que la gran conexión que el Morenito tenía con el Moreno no existiera más”. De tal manera, opinó que “el impacto en sus aguas fue y es tremendo”.
“Los vecinos abrieron un canal para restablecer aunque sea en una pequeña parte esa conexión para que se produzca la renovación del agua, pero estos ‘fundambientalistas’, porque no se pueden llamar de otra forma, no dejan que ese canal se limpie”, indicó, calificando la oposición como similar a lo que ocurre cuando se habla de realiza una limpieza en el arroyo La Angostura.
Integrantes del Club Náutico Lago Moreno, cuando sacaron piedras del sector.
Tras realizar diversas apreciaciones contra quienes se oponen a acciones de restauración, precisando que, en determinados momentos (como cuando se impulsó que el hotel Llao Llao contara con una planta de tratamiento correcta), “brillaron por su ausencia”, se refirió a las afirmaciones respecto a que, al hacer acciones en la zona, se va contra la preservación de los huillínes y expresó: “El hábitat del huillín no es el lecho del arroyo, sino un ambiente costero libre de contaminación y basura, con abundante vegetación costera que les brinde refugio y protección”.
Por otra parte, observó: “Existe un principio de la física que es el de los vasos comunicantes. No se alteran los niveles de los lagos, pero el flujo natural del agua sí está viéndose afectado por los endicamientos que se intentó corregir”.
En definitiva, Seguí enumeró específicamente las razones que motivaron a que, desde el club que preside, se solicitara permiso para limpiar la zona. Así, en primer lugar, aseguró que “el arroyo está perdiendo profundidad por la mano del hombre” y aseveró: “Si bien en un principio la preocupación sí era la de la navegación, ya pasó a otro nivel; lo que preocupa en la actualidad es la sanidad del agua del Moreno y que el lago termine como el Morenito, que fue la primera batalla que tuvimos contra estos mismos que ahora se oponen a que mínimamente se mantenga el flujo de agua, permitiendo el escurrimiento natural que el Moreno tiene sobre el Nahuel Huapi”.
Autorización municipal para la realización de la limpieza en el arroyo La Angostura.
En cuanto a la limpieza que finalmente hicieron dos semanas atrás, subrayó: “No habilitará la navegación porque no se puede ganar suficiente profundidad a mano, y ya desde enero que no se puede pasar, porque hay zonas con menos de cuarenta centímetros. Lo que los vecinos tratan de evitar, en realidad, es que se corte el flujo por completo”.
De tal manera, recalcó: “Año tras año se reduce la cantidad de días en que se puede cruzar navegando de un lago al otro, lo que da cuenta de cómo va incrementándose el depósito de materiales en el lecho”.
Seguí, luego, citó diversas acciones emprendidas por el Club Náutico Lago Moreno, como diferentes donaciones, por ejemplo, a los brigadistas que combatieron el incendio en el Brazo Tristeza, como también en la lucha contra el fuego actual en El Bolsón y Los Manzanos. En contraposición, formuló: “No tengo conocimiento de actividades del otro grupo (en referencia a los ambientalistas que protestan por la limpieza del arroyo), más allá de oponerse a todo lo que no se ajuste a sus planteos, incluyendo cuando casi se le otorga una construcción a medio terminar al club para instalar su sede, en la cual se dictarían cursos de vela y se enseñaría a chicos a hacer reparaciones náuticas para darles una salida laboral, y se acondicionaría todo el lugar para esparcimiento público, con baños y demás, todo sin ningún lucro, ya que, una vez recuperada la inversión que la institución iba a realizar, todo el producido iría a las arcas municipales”.
“Queremos restaurar esa parte del arroyo, más allá de que no podrá ser nunca como era en un principio, porque la mano del hombre fue eficaz en su destrucción, pero deseamos al menos remediar la situación”, dijo el presidente del Club Náutico Lago Moreno.
En coincidencia con lo manifestado por Seguí, el subsecretario de Planeamiento, Alfredo Allen, quien autorizó la limpieza en el arroyo, ante los detractores de la decisión, habló de “ambientalistas de escritorio” y “pseudoecologistas que cuentan la mitad de la historia o bien son ignorantes porque no recaban información desde lo que sucedió en el lugar, al menos desde 1900”.
Justamente, el funcionario dijo que, por el contrario, él sí se interiorizó en la cuestión y, de esa manera, respaldó lo narrado por el presidente del Club Náutico Lago Moreno.
“Siempre actúo de buena fe, leo y me interiorizo”, apuntó Allen, remarcando que, antes de aceptar que sacaran piedras a mano de aquel sitio, investigó el tema.
Allen le restó importancia a las protestas de los ecologistas y optó por destacar la labor que se lleva a cabo desde su área, por ejemplo, con la restauración del Cristo Verde.
“Mientras los pseudoambientalistas enquistados en todos lados venden humo, sigo trabajando”, sostuvo el subsecretario de Planeamiento, resaltando que se restauró la figura conocida como Cristo Verde, se están reparando instalaciones y pronto reinaugurarán la antigua casa del guardaparque, en la zona ubicada frente al Puente Romano. Además, anunció la construcción de más baños públicos y un mirador. Asimismo, adelantó que en el inicio de la semana se pondrá señalización para personas con discapacidad en el sendero Los Arrayanes.
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