Las intensas lluvias que azotan a la ciudad desde principios del invierno y que se agudizaron aún más a mediados de la semana pasada, dejaron al descubierto la falta de inversión por parte de los gobiernos que presidieron la ciudad los últimos años.
Tal es así que este fin de semana, la Secretaría de Servicios Públicos llevó adelante el reemplazo de un pluvial ubicado en la intersección de calles Soberanía Argentina y Fourous, en el barrio Perito Moreno.
Según informaron desde el organismo, los años que tiene la cañería sumado al alto nivel de precipitaciones registrado en los últimos días, llevó a que la estructura no resistiera la capacidad de agua que recibe y comenzó a desbordar de gran manera, lo que produjo la inundación de una vivienda lindera.
“Si bien se insiste en que algunos pluviales están sucios, la realidad es que últimamente se están superando las capacidades de los pluviales con las lluvias que se han registrado, con fuerte caudal”, consideró Eduardo Garza, secretario de Servicios Público.
Ante esta situación, desde la Secretaría se evaluó la posibilidad de cambiar esa cañería antigua por otra más moderna de PVC y evitar nuevos inconvenientes.
“Por suerte teníamos 36 metros lineales en stock de ese material, se hizo el zanjeo nuevo, la cuadrilla reparó los cruces de cloacas para poder abrir la zanja bien prolija. y una vez terminado se pusieron caños de PVC de 400 mm y quedaron listos para cumplir una función más precisa para el caudal que tiene ese pluvial”, concluyó Garza.
La urbanización de Bariloche, a pesar de no ser antigua, presenta problemas que podrían ser parte de una falta de visión a futuro en el momento en que se realizaron. La densidad poblacional en algunas áreas, las obras subterráneas viejas y escasas, dan como resultado, complicaciones en algunos servicios o incluso, derrumbes o socavones en zonas transitadas.
Esto ocurrió, por ejemplo, con los últimos socavones que fueron noticia poco tiempo atrás. Uno en la zona del Centro Cívico, otro en calle Ruiz Moreno y la semana pasada en el kilómetro 4 de la avenida Bustillo.
Las obras que no se ven, también colapsan y recién son visibles, cuando esto ocurre. Los pluviales son una de ellas. Si bien en los últimos años, los gobiernos municipales trabajaron con respecto a esta problemática y construyeron obras de drenaje en distintos barrios, muchos otros tienen construcciones viejas que empiezan a fallar.
La topografía de la ciudad, presenta complicaciones en sí misma a la hora de pensar en ciertos trabajos, pero, además, la mayoría de las obras subterráneas datan de hace muchas décadas, cuando Bariloche era un pequeño pueblo de montaña.
Al constante crecimiento poblacional y urbanístico que aumenta la impermeabilización de los suelos, se le debe sumar, además, el cambio climático, que trae sequías y lluvias intensas que generan grandes caudales de golpe. Esto, también se suma a la propia erosión del tiempo en las obras subterráneas de Bariloche.